Oración de la noche del 14 de Enero

Entra a este artículo si quieres iniciar a derramar y a presentar tus hermosas alabanzas a los pies de Dios. Para ello solo necesitarás leer esta magnífica oración de la noche del 14 de enero, y podrás estar un poco más cerca de una verdadera comunicación con el Señor.
¿Cuál es la importancia de alabar y adorar a Dios?
Siempre es importante adorar al Rey y alabarlo por todo lo que Él es y por lo que nos da. De esa forma mostramos plenamente nuestra gratitud por sus obras, y nos mantenemos en una intimidad muy cercana con Él, para el resto de nuestras vidas.
Oh, Mi gran y poderoso Rey,
gracias por las veces que
me has bendecido, y que me
has brindado la fuerza para
alcanzar todo lo que me propongo.
En este momento es un honor
para mí ser parte de
tu presencia y de tu poder,
pues nada es más reconfortante para
mi alma que estar a tus pies.
Te amo más que a nada
en este mundo, y no sabes cuánto
agradezco todo lo que
me das desde que llegué
a este plano terrenal.
Sé que te has esforzado para
que yo estuviese más alto
que las personas a mi alrededor,
pues tienes planes más grandes
para mi vida por siempre estar
adorando a tu nombre.
Te suplico que me des un
espacio en esta noche especial,
para derramar mi alabanza a
tus hermosos pies, Mi Dios.
Te pido que me escuches en esta
hermosa hora y que me
des la oportunidad de entablar
una conversación sagrada contigo.
En esta hora te imploro
que llenes mi habitación,
pues voy a cerrar todas
las entradas de acceso para
que nadie pueda interrumpir nuestro
hermoso momento de intimidad sagrada.
Quiero que todo sea algo
especial, hoy he venido
a este lugar para agradecerte
por todas las recompensas que me
has dado a lo largo de mi vida.
Gracias por todas las bendiciones
que has presentado en mi vida,
pues no ha existido un día en el que no
haya visto tu misericordia.
He venido también por
la emoción que me da
al estar inmerso en
tu divina y poderosa presencia.
Porque para mi alma, Dios,
no hay un lugar que
se pueda comparar a estar
para siempre a tus pies.
Estar inclinado ante ti,
recibiendo tu glorioso poder
y tus llamas de avivamiento,
no es más que un momento
de deleite para mi alma.
En este momento he venido a
adorarte a solas, solo quiero
decir lo magnífico que eres
sin que me importe nada
ni nadie en esta hora.
No hay nada mejor para mi alma
que permanecer a tus pies,
y es el único lugar en
el que quiero vivir anclado.
Quiero sujetarme fuerte a
tu roca de la seguridad y no
pisar ni por un momento
la tierra de la desgracia
por la que me encuentro rodeado.
No hay nadie ni nada
que pueda igualar tu poderosa mirada,
pues de verdad llenas hasta
a los más vacíos de corazón.
Gracias por enviar a tu único hijo
a morir en esa cruz del calvario,
y por darnos la llave de entrada
a tu poder y a tu salvación.
De verdad no hay nada que
se pueda comparar a ti, Mi Dios,
no hay nadie que pueda
darnos esa seguridad que
Tú nos brindas a diario.
Te alabo en esta hora y digo
que no tengo otro Rey
que no seas Tú, Mi Señor,
pues mi rodilla no se doblará ante
nadie más que Tú.
Quiero ser tu siervo para
la eternidad y no
quiero apartarme de tus campos.
Te suplico que me permitas estar siempre
a tu lado, y que no vaya
a quedar por fuera de tus corrales.
Pongo todo esto en tus manos, Mi Dios,
y quedo a la espera de una poderosa y
satisfactoria respuesta.
Te lo suplico, Mi Dios,
en el poderoso nombre del Padre,
del Hijo y de Espíritu Santo.
Amén.
Aprende cómo alabar y adorar a Dios correctamente
Primero que nada debes encontrar el momento correcto para hacerlo, ya sea en la mañana o en la noche. Luego procederás a demostrar y a decirle todo lo que sientes por Él, y le comunicarás lo agradecido que estás por su eterna ayuda y misericordia.