Oración por la señal de La Santa Cruz de nuestros enemigos

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Desde la infancia la señal de la Santa Cruz ha sido implementada, de generación en generación, y por toda la comunidad. No es solo un pequeño gesto a realizar, sino que es realmente una oración. Esta es la poderosa señal de los cristianos, mediante la cual se invoca la protección de Dios.

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Estas palabras son plenas e importantes para mantener la fuerza en las dificultades, ya que otorgan vigor y ánimo en la incertidumbre, además de ser una manera de pedirle a Dios que ampare a sus hijos de los enemigos y el mal.

La Señal de La Santa Cruz no es solo una corta oración, sino que es también amplia mente poderosa y cargada de refuerzo espiritual. De igual modo, esta oración puede ser alargada, para que cumpla el mismo fin, pero especificando a profundidad cada frase.

Índice()
  1. Una buena forma de orar con la señal de la Santa Cruz
  2. ¿Cuando realizar la oración?

Una buena forma de orar con la señal de la Santa Cruz

Con esta poderosa oración solo es necesario dedicar unos minutos más que en la original, y tener el corazón dispuesto a aceptar la voluntad de Dios. Es necesario prepararse de manera espiritual antes de realizar la oración, y concentrarse en cada palabra recitada. Por lo tanto la señal de la Santa Cruz tienes que realizarla con constancia, en los buenos y malos momentos, y siempre con fe y devoción.

Querido y adorado altísimo, rey de reyes y sanador

de cualquier dolor. El que todo lo puede, prueba de

la resurrección y fuente de la vida.

 

Padre amado, atisbo

de luz en la oscuridad y el mejor camino a tomar. Protector de los

afligidos, y de nosotros tus hijos, que deseamos que nos

cuides en tu regazo. Querido Dios, querido padre:

 

Que al abrir mis ojos cada mañana me guíe la señal

de tu Santa Cruz. Que al dar mis primeros pasos matutinos,

y realizar mis tareas y compromisos, la señal de tu Santa Cruz

permanezca aún en mi corazón.

 

En cada momento,

en todo lugar, que la señal de tu Santa Cruz se adueñe

de mi vida, así como tú eres dueño de  absolutamente todo mi ser.

 

Que cuando caiga la noche, y deba volver a mi hogar,

que la señal de la Santa Cruz me acompañe en el camino.

Cuando el día culmine, y deba descansar, que la señal de

la Santa Cruz cuide mis sueños. Que la señal de la Santa

Cruz me acompañe en todo mí andar, desde el dormir, hasta el despertar.

el animo del hombre soportara su enfermedad

Que todos y cada uno de mis días, desde el comienzo

hasta el fin de mi vida, la señal de la Santa Cruz me

proteja de cualquier mal.

 

Por la señal de la Santa Cruz

líbrame de cualquier peligro, que por tu intersección

pueda vivir en paz, y que nada perturbe mi tranquilidad al

saber que tú estás cuidándome desde arriba, observando cada movimiento y caída.

 

Que la señal de la Santa Cruz se convierta en un escudo

protector contra el maligno, y que tu bendición siempre

permanezca en mí.

 

Ayúdame a mantenerme firme en la fe,

para no caer en las tentaciones del enemigo

y vivir mi vida de acuerdo a tu voluntad.

 

Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos

líbranos, amado Dios. No permitas que nos separemos de ti,

y abrígame con el fuego de tu amor y protección.

 

Amén.

¿Cuando realizar la oración?

Esta oración dedicada a la protección mediante una de las señales cristianas más conocidas puede realizarse a cualquier hora, y en todo momento que se considere. Es posible que lo hagas varias veces al día, para que la señal de la Santa Cruz refuerce su poder.

La señal de la Santa Cruz representa la búsqueda del cobijo y amor de Dios, y este lo otorga a través de su bendición. En los malos momentos no hay que sentir incertidumbre y desesperanza, puesto que Dios siempre es el rayo de luz dispuesto a iluminar hasta los caminos más oscuros.

Todas las acciones del maligno, el pecado, las tentaciones y los enemigos de la bondad de Cristo se alejan rápidamente cuando se mantiene una fuerte convicción y lealtad a Dios, ya que él siempre libra a sus hijos de cualquier mal, por ende decimos la Oración por la señal de La Santa Cruz de nuestros enemigos.

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