Oración de la noche del 26 de Diciembre

Entrando al siguiente enlace encontrarás una oración que te ayudará a disfrutar las maravillas de tener un corazón que sabe pedir perdón y perdonar, entra ya, no dejes para mañana tu momento de intimidad con Dios.
Lo maravilloso de vivir en el perdón
Nuestros corazones fueron creados con el propósito de dar amor, pero para ello es necesario poder librarlo de las ataduras que impone el no saber perdonar, es momento de pedir a Dios nos sane y ayude a alcanzar este objetivo.
Amado Dios, una vez más acudo a tu encuentro,
gracias por guardarme un día más entre tus manos,
impidiendo que el asedio del mundo me tocara,
eres digno de recibir esta humilde y sentida oración.
Gracias, por el amor que derramaste sobre mi hoy
y por el cuidado que tendrás de mí en esta noche,
que apenas comienza y se extenderá por horas,
no merezco tanto amor de tu parte, Padre.
Esta noche con mis rodillas dobladas y mi rostro
inclinado me muestro ante ti, arrepentido de
lo malo que hay en mí, reconozco que he
dejado a mi corazón llenarse de orgullo.
Por esa razón he venido acumulando sentimientos
que me hacen daño y carcomen mi alma, Padre,
sentimientos contrarios a ti que eres todo amor.
En esta noche te pido perdón, Dios, por mis
pecados, borra de mi vida cada uno de ellos,
ayúdame a cumplir esa misión única y especial
que Tú me has encomendado a mí.
Perdón, Padre, por haberte fallado y decepcionado,
solo quiero que me veas una vez más con amor
y me ayudes a restaurar mi roto corazón.
Esta noche, te suplico en reverente oración,
saca de mi interior todo lo que me corrompe,
líbrame de la altivez, esa que me hace
creerme superior.
Llévate lejos de mí los sentimientos egoístas,
que me llevan a pensar solo en mí, olvidándome
de ti y de mi prójimo.
Hoy renuncio a todo aquello que no me deja
ser yo, y que me limita tanto de alcanzar
las bendiciones, esas que desde la eternidad
reservas para mi vida.
Ya no quiero ser esclavo de la soberbia y
del rencor, hoy decido ver a los otros con
los ojos tuyos, esos que a pesar de mis fallas
siguen reflejando amor.
Perdona mi espíritu rebelde, celoso,
irresponsable, pues solo me han hecho
desviar la mirada de mi galardón para
mantenerme enfocado en lo que
no me corresponde.
No quiero envidiar nunca más la vida
de nadie, pues el propósito para el que
fui creado, Señor, es igual de grande que
el de las otras personas.
Perdóname por no adorarte con mi vida
y deshonrarte al olvidarme de ti, Mi Dios,
Tú mereces todo de mí, y yo no te daba nada.
Desde esta noche decido ser alguien que
te honra y también a los demás, ya no
hay cabida para nada malo en mi
interior, Señor.
Mañana todos verán en mí una persona nueva,
alguien a quien los demás quieran tratar
por el amor que reflejan mis actos.
Señor, ayúdame también a perdonar,
sé que mi rencoroso corazón guardaba odio,
tal vez no lo admitía, pero era así y lo reconozco.
Quiero poder acercarme a las personas que
me hirieron y darles la misma oportunidad que
Tú me has dado para que, de esta manera,
el sentimiento del perdón se siga esparciendo y
alcance a todos los corazones.
En esta hora, me libero del yugo de la falta del perdón,
me iré a la cama con un corazón tranquilo y en paz,
descansaré sabiendo que mi restauración ha llegado.
Mañana cuando despierte, Padre de la gloria,
espero me des de tus fuerzas para que pueda
avanzar, pues el camino hacia el mejor yo, no es
fácil de recorrer, pero contigo como guía, nunca
más me perderé.
Quedo en tus manos mi buen pastor,
bendice mi sueño y despertar
en el nombre de Cristo Jesús.
Amén.
La libertad única que otorga el perdón
Saber que Dios ha perdonado cada una de nuestras fallas y sentimientos, nos debe dar una libertad inimaginable, por eso no se debe desaprovechar esta nueva oportunidad para hacer las cosas de acuerdo a su voluntad. Perdona ahora mismo a quien te ofendió.