Historia de San Charbel - El patrono de los que sufren en cuerpo y alma

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Conocido como el patrono de las personas que padecen problemas en cuerpo y alma, en esta oportunidad conoceremos la historia de San Charbel. Cada 24 de julio, la Iglesia Católica celebra la vida de San Charbel Makhlouf, un sacerdote, monje y ermitaño católico maronita que es conocido por hacer milagros tanto durante su vida como después de su muerte.

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Con motivo de su beatificación en 1965, el ermitaño católico oriental fue descrito por el Papa Pablo VI como "un nuevo y eminente miembro de la santidad monástica", que "con su ejemplo y su intercesión está enriqueciendo a todo el pueblo cristiano".

San Charbel tiene una historia muy peculiar en la cuenta los estudiosos de su vida, que él no miraba a las personas, esto lo hablaremos por medio de este apartado. Sin más que agregar, continua leyendo esta historia de San Charbel que es realmente interesante y seguramente te gustará.

Índice()
  1. La historia de San Charbel
  2. Nadie vio su cara mientras estaba vivo

La historia de San Charbel

Nacido en circunstancias humildes en el Líbano durante 1828, Yussef Antoun Makhlouf era el menor de los cinco hijos de Antoun Zaarour Makhlouf y Brigitta Elias al-Shediyaq. Antoun, que había sido separado de la familia y obligado a realizar trabajos forzados, murió cuando su hijo menor tenía sólo tres años. En la historia de San Charbel, podemos leer que Yusuf estudió en la escuela parroquial y cuidó de la vaca de su familia.

Comprometido con la oración y la soledad desde una edad temprana, pasó mucho tiempo al aire libre en los campos y pastos cercanos a su pueblo, contemplando a Dios en medio de las inspiradoras vistas de los valles y montañas del Líbano.

Su tío y tutor Tanious quería que el chico siguiera trabajando con él, mientras que su madre quería que se casara con una joven. Sin embargo, Yusuf tenía otros planes y se fue de casa en 1851 sin informar a nadie.

Yusuf se convertiría en el "Hermano Charbel", después de hacer una peregrinación a pie a su nuevo hogar monástico. Siguió el ejemplo de sus tíos maternos, que ya vivían como monjes solitarios en la Ermita de San Pablo en el Valle de Qadisha.

Charbel tomó sus votos monásticos en noviembre de 1853, durante una ceremonia solemne que fue cerrada al público y prohibida incluso a su familia. Posteriormente estudió para el sacerdocio y fue ordenado, regresando al Monasterio de San Marón.

el que ama comera de sus frutos

El sacerdote-monje vivió y sirvió en el monasterio durante 19 años, mostrando una gran devoción a la vida de oración, al trabajo manual y al silencio contemplativo.

Los superiores de Charbel observaron el "poder sobrenatural" de Dios trabajando en su vida, y llegó a ser conocido como un trabajador milagroso incluso entre algunos musulmanes. En 1875, se le concedió permiso para vivir como monje solitario en una ermita cercana dedicada a los santos Pedro y Pablo.

La tumba de San Charbel ha sido un sitio de peregrinación desde su muerte. Se cree que cientos de milagros ocurrieron por su intercesión ante Dios, tanto en el Líbano como en el mundo.

Fue canonizado en 1977 por el Papa Pablo VI, que anteriormente había aclamado al santo maronita libanés como una "admirable flor de santidad que florece en el tallo de las antiguas tradiciones monásticas de Oriente.

Nadie vio su cara mientras estaba vivo

Cuando se hizo monje de la Orden Maronita Libanesa a los 23 años, y fue cuando decidió tomar el nombre de "Charbel". Dedicó completamente su vida a las enseñanzas de Cristo y lo hacía con un corazón indiviso.

Cuenta la historia de San Charbel y los estudios realizados por los historiadores que la gente nunca vio su cara cuando estaba vivo. Siempre mantuvo la cabeza baja en la iglesia, en el trabajo o al caminar, siempre mirando al suelo.

Comentan los estudiosos que solo levantaba sus ojos para mirar hacia el cielo. Cuando estaba en la iglesia, siempre miraba al altar con los ojos fijos en el tabernáculo.

Sin embargo, cuando moría y estaba tumbado boca arriba, sus ojos estaban cerrados, sin mirar a nadie, exactamente como en vida. San Charbel era muy devoto de la Eucaristía. Sufrió un derrame cerebral mientras recitaba esta oración en el mes de diciembre del año de 1898.

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