Oración milagrosa al Santo Niño de Atocha el doctor de los enfermos
Oración milagrosa al Santo niño de Atocha. Doctor, es una persona que ha obtenido un grado de preparación académica, que le ha permitido obtener ciertos conocimientos, para lograr sanar diversas enfermedades.
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Narra la historia que el Santo de atocha, era un niño que apareció en un camino que llevaba sombrero, capa, bastón, espigas de trigo y una canasta para ir a alimentar a los presos en la ciudad de Atocha, donde los guardias que custodiaban vieron con gran sorpresa que la comida y el agua no se agotaban. Mediante este artículo te mostraremos la oración del doctor de los enfermos al Santo niño de Atocha.
Esta es la oración milagrosa al Santo niño de Atocha. El doctor de los enfermos
Se conoció que la aparición del niño de Atocha, fue una señal de la presencia de Jesús para ayudar a los más necesitados.
En primer lugar, Santo Niño de Atocha,
acudo a ti para rogarte que me ayudes,
en el nombre de Cristo Jesús.
Para que seas como resultado
mi doctor glorioso y sobretodo,
vuelve tus ojos hacia mí.
Porque reconozco que necesito de ti,
pequeño infante,
un gran favor, imagen Santa,
del Señor Jesucristo.
Ciertamente, pido tu intervención divina,
para que vuelvas a mi tu bondad,
con el gran amor que te ha caracterizado totalmente
siempre Niño de Atocha.
Y esa humildad con la que alimentaste
a los presos niño de Atocha sin importarte,
el porque de su condena,
multiplicando el alimento.
Por consiguiente, en mi diaria reflexión
me he dado cuenta,
que eso solo lo puede hacer tú Jesús.
Porque jamás has puesto condición a nadie,
para demostrar,
todo el amor que nos tienes.
Amado Jesucristo,
esas características me permiten identificar,
y saber que eres tú, convertido
en el Santo niño de Atocha.
Con esa humildad que viniste a esta tierra Jesús,
amigo fiel; mostrando oportunidades para salvación eterna,
a todo aquel que estaba en perdiciones sin mostrar
ningún desprecio.
Me dirijo a implorar por la mejoría de mi cuerpo,
que es templo y morada tuyo amado Espíritu Santo,
a pedirte imagen divina y santa,
para que pueda ver
con ojos espirituales y no carnales.
Admirar lo bonito y sagrado de tu santa creación
mi Dios, en el que pongo toda mi confianza,
sin dudas de que lo harás otra vez en mi.
Abriste en el mar en el desierto ,
Dios de los cielos,
te quiero exaltar y adorar por tu inmensidad,
magnífico creador.
Niño de Atocha amparo y doctor de los enfermos,
cura toda mis dolencias
y evita que venga sobre mí la aflicción.
Dame asistencia
porque la necesito ahora,
niño Santo y puro además consuela mi alma
del dolor y la angustia.
Siempre te estaré en agradecimiento,
por tu intervención, es más no tardes hermoso niño,
también espero además hermoso Santo,
tu ayuda divina prontamente.
Conviértete en mi aliado,
sé de ahora en adelante mi amigo,
evita todo tropiezo que se me quiera presentar
de ahora en adelante.
Dame la fortaleza necesaria,
para que la paciencia no se me agote,
y espere mi sanidad en paz y tranquilidad.
Por último y en armonía con nuestro Señor Jesucristo,
adorado hijo de Dios,
abre mis caminos y llena mi vida de bendiciones
aunque se que no soy merecedor de ti,que soy un ser pecador.
Tu Santo niño llamado,
protector de los hombres,
clemente y también amoroso en humildad;
porque responde a mi llamado niño de Atocha,
en el cual he puesto yo mi confianza.
Para que todo me salga bien;
y pueda gozar de esa energía
y también de gran vitalidad divina del reino de Dios,
que el mundo no me puede ofrecer.
Finalmente, confío en tu bondad divina
y gran misericordia,
gracias porque estas para mi no me falles.
Amén.
El Santo niño de Atocha conocido como el doctor de los enfermos
El Santo niño de Atocha también es venerado en muchos países alrededor del mundo, especialmente en España, fue una escultura de Jesús en forma de niño. Esta es la forma que te ofrece la oración al Santo niño de Atocha. El doctor de los enfermos.
Podemos imaginarnos que nuestro grandioso Padre, Jesús; nos dio en forma material este hermoso regalo de parte de Dios a manera de niño para que no veamos malicia en él. Por ello, nos acerquemos al Padre de una manera respetuosa volviendo a nuestro niño interior sin maldad.