Oración de la mañana del lunes 12 de Julio
Dios desea bendecirte hoy, ingresa a esta oración y recibe la bendición en su infinita misericordia, estar vivos y respirar es un regalo. Pero este regalo debe tener un propósito, que no viene de nuestro pensamiento o nuestra voluntad, sino que solo debe venir de Dios.
¿Cuál debe ser mi propósito de vida?
Nuestro propósito debe ser estar al servicio de Dios, llevar su mensaje a todos los hombres, y actuar como Él lo haría; y todo comienza por ser agradecidos, orar por su dirección y servir de instrumento de bien.
Mi Dios gracias por despertarme en este hermoso día,
poder ver la luz del sol y su calidez, por la posibilidad
de comenzar en una nueva jornada, por estar
vivo en ti, y ser tu hijo.
Solo Tú Señor de mi alabanza eres grande,
y mereces toda la honra y la gloria, y que
todo tu pueblo te venere por tus maravillas,
solo por ti Dios, elevaré mi voz en cánticos.
Mi Dios, en este nuevo día pido tu protección,
te ruego que me acompañes y me guíes, me
muestres el camino por el cual debo andar,
me lleves de la mano para no perderme.
Señor, sé que Tú siempre provees en mi mesa,
que nunca me has abandonado a mi suerte,
ni en lo alto de la montaña he sentido frío,
ni en lo bajo en el desierto he tenido calor.
Siempre tu gloriosa presencia ha estado a mi cuido,
me da sombra cuando camino bajo el sol,
es mi fuente de luz en la profunda oscuridad,
es brisa refrescante en las tardes de calor.
Mi Dios, siempre que mi cuerpo ha tenido sed,
tu mano amorosa se ha extendido piadosa
para mojar mis labios, con el néctar celestial
de la fuente eterna inagotable de saciedad de tu nombre.
Señor hazte carne en mí y bendíceme enormemente,
desata para mí y mi familia un río de abundancia,
depara para mi comunidad, mi estado y país
lluvia de bendiciones que vengan de ti.
Mi Dios, Tú eres el rey de reyes, eres el Señor de
señores, eterno, excelso y glorioso, no existe
nadie tan poderoso y amoroso como Tú,
ni en el cielo, ni sobre o bajo la tierra.
Por eso Señor, te ruego que en este nuevo día
coloques tus ojos misericordiosos de nuevo sobre
mi vida, que me llenes de sabiduría, para que
siempre esté en ti y me vaya bien.
Que de día o de noche tu palabra
esté en mi boca, y seas Tú quien hable,
que tu energía poderosa mueva mi carne,
mis huesos y pueda yo caminar
conforme a tu voluntad.
Yo te pido Señor que envíes a tu Santo Espíritu,
aquí le espero, de rodillas con los brazos en alto
para que me vea y se pose en mí, le pido
que me reciba, y me use como hogar.
Y que haga nido de gloria en mi corazón,
lo restaure, lo modele y le adorne con bien,
que sea por siempre tu templo y morada
para que habites en el, y yo esté contigo.
Y seas Tú Señor glorificándote en mi rostro,
que de abundancia pueda hablar mi boca,
de perdón y amor puedan dar fe mis actos
de servicio, y mi vida sea ejemplo de humildad.
Úsame mi Dios bendito para tus obras,
muéstrales a los hombres tu poder y
voluntad, para que su velo se caiga y sus
ojos puedan ver tu gracia manifestada en vida.
Toda mi vida Señor me has hablado,
poco a poco has forjado en mí el carácter,
me has preparado bien para la contienda,
úngeme con el aceite sagrado y dame tu bendición.
Hazme en este nuevo día, un instrumento divino
en tus manos, yo libraré mis batallas contra el enemigo
que quiere entorpecer mi propósito.
Que hoy me acompañe tu bendición a donde
quiera que deba ir, ayúdame a hablar a todos
de tu inagotable e infinito amor.
Amén.
Su propósito es divino
Para vivir, necesitamos un propósito, y qué mejor que servir al creador, a quien hizo que nuestra existencia fuese posible; este propósito es sencillo, entregarse en cuerpo, alma y oración a su causa, y tocar los corazones de otros con su gracia.