Oración de la noche del martes 20 de Julio

En ocasiones nos sentimos muy heridos y lastimados, por las acciones que otras personas han realizado hacia nosotros. Por eso no tenemos ganas de confiar en nadie más, y decidimos sufrir nuestro dolor en silencio. Pero debes saber que Dios siempre estará contigo proporcionando consuelo a tu corazón y alma.
¿Dios puede consolarme en medio de esta situación?
Si abres tu corazón a lo que Dios tiene para ofrecerte, sin duda alguna Él hará lo posible por sanar todas y cada una de tus heridas. Pero, realmente necesitas creer en su poder, y en lo que puede llegar a lograr con este.
Majestuoso y espléndido eres mi Rey,
eres grande entre los grandes,
y el único y legítimo Dios
que tiene y tendrá esta tierra.
Eres mi Padre amado
y mi fiel y leal justiciero,
te agradezco por nunca abandonarme
y por no olvidar tus promesas
para conmigo.
Soy el más afortunado
al tenerte como león protector,
y aún más por tenerte
como Padre de mi vida.
No quiero ser un huérfano
sin su padre, es por ello
que te imploro que me
des aliento de vida y
sigas a mi lado en todo momento.
Gracias por amarme y por
tenerme como máxima prioridad
entre tus divinos planes.
Gracias por dedicarme tiempo
y gracias por ser aquel
que siempre me ayuda a avanzar.
Te alabaré por el resto de mi vida
y exaltaré tu nombre hasta que ya
no pueda más.
Te imploro que me ayudes a salir
de este enorme vacío que
siento tan profundo en mi
corazón, pues siento que ya
no puedo más.
Vengo a ti en esta noche,
para que me brindes el
apoyo que necesito para
salir siempre adelante.
No quiero sucumbir ante este
terrible dolor, pues estoy
más que destruido en el mismo.
He sufrido de tantas traiciones
que ya mi corazón no puede
seguir soportando esta clase
de actos atroces.
Quiero que me des la fortaleza
para olvidar esas acciones que
me han quebrantado en esta hora.
Y me permitas tener un sueño
reparador dónde estés Tú
glorificándote y reparando mi corazón.
Te suplico que me permitas
alcanzar el éxito eterno
en el ámbito emocional, pues
esto es algo que me está
perjudicando en muchas áreas.
No quiero ser un títere
del dolor que sonríe por fuera
pero está completamente vacío
por dentro.
Ven, repara y aviva mi ser
por última vez, pues ya no
permitiré que sea perjudicado
nunca más mientras viva.
Ven, da consuelo a mi alma
y saca este fuerte dolor
de mis entrañas, vierte tu
aceite reparador en mis venas
y haz que mi corazón sane
mediante su poder.
Cuento contigo en este momento,
pues no tengo a quien más
recurrir, soy un siervo que ha
sido traicionado por su rebaño,
y que ha sido dejado como
presa fácil para los leones.
He podido sobrevivir a muchas pruebas,
pero no sé cuánto más pueda
llegar a resistir.
Mis huesos están todos rotos
por el odio humano,
y mi carne ya no puede
seguir soportando el fuego
de la traición del mal.
Necesito de tu ayuda pues
Tú eres lo único que me queda,
eres el único con el que puedo
confiar ciegamente y que no va
a darme una puñalada por la espalda.
Ven y dame las fuerzas eternas
para levantarme de este charco
de lodo en el que estoy inmerso,
y permíteme levantarme para
correr hasta tu fuente de agua
limpia y purificadora.
Oh, mi gran Rey,
pongo mi confianza plena en ti
y espero que puedas ayudarme
en este terrible momento de
soledad y dolor.
No permitas que mi alma siga
perjudicada por estas circunstancias
y no dejes que siga
con este profundo dolor.
Te imploro que prestes
atención a mis plegarias
en este preciso momento,
y que me des respuesta a
todas y cada una de mis peticiones.
En el nombre poderoso del Padre,
del Hijo
y del Espíritu Santo.
Amén
¿Cómo dejar atrás los recuerdos dolorosos?
En primer lugar debes pedir mucha ayuda a Dios, ya que Él es el único que nos puede ayudar a salir desde las penas más profundas. Porque tú también debes poner de tu parte, y evitar acercarte a las cosas que te recuerden el daño que te han causado.