Romanos 6:23 - "Porque la paga del pecado es la muerte"

porque la paga del pecado es la muerte

Desde que Adán y Eva desobedecieron el mandato de Dios de no comer de aquel árbol la manzana prohibida. Y apareció la tentación en forma de serpiente y les tentó.

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Ellos comieron de ella, desde allí empezó la batalla entre las penumbras de satanás y el divino Reino de los Cielos. Entonces en Romanos 6:23, “Porque la paga del pecado es muerte. Jesucristo, nos avisa que pasará si nos convertimos en pecadores.

Si conocemos que para agradar a Dios debemos ser obedientes a sus mandamientos. Y caminar de su mano según la palabra divina. Evidentemente desobedecer sus leyes y caer en tentaciones. Ponen a prueba la fe verdadera de amar a Dios en nuestros corazones. Entonces si somos débiles de espíritu estamos muy propensos a caer en el pecado.

La intensión de Satanás es apartarnos de Dios. Es alejarnos de su camino y ponernos en su contra, es colocar tentaciones a nuestro paso que parecen ser buenas y placenteras a la carne. Pero que en el fondo son cosas superficiales, vacías que debilitan el alma y nos hacen sentir faltos de espíritu.

Si nos volvemos pecadores nos alejamos de Dios, y él nos dijo “Yo soy el camino, la verdad y la vida”.  De esta manera nos apartamos de la verdadera vida, experimentamos la muerte. Porque la paga del pecado es muerte, y no es ciertamente una muerte física. Sino una muerte del alma. Una muerte de aquello que nos mantiene conectados con Dios y la verdadera paz.

Índice()
  1. Romanos 6:23 El pecado es muerte y Dios es vida eterna
  2. Expiación de Jesucristo y obediencia al evangelio

Romanos 6:23 El pecado es muerte y Dios es vida eterna

La biblia nos dice en Romanos 6:23: "Porque la paga del pecado es muerte, mientras que la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús, nuestro Señor". No nos dice sobre la muerte física, sino sobre la muerte espiritual que nos separa de Dios. El caer en tentación y ser desobedientes al evangelio es la mejor forma de matar el espíritu.

Nuestros pecados nos vuelven impuros y no nos permiten morar en la presencia de Dios. Y si Dios no está con nosotros entonces quien. No tendremos quien pueda consolar nuestras penas, ni quien de refugio al dolor de nuestra alma. Esteremos solos y desamparados ante un mundo lleno de maldad y perversión.

Quien sino Dios para darnos la fortaleza de enfrentar las adversidades. Estaremos perdidos en cosas materiales, superficiales, vacías. Entonces viviremos en pecado, en bajezas, en penumbras y tinieblas. Esta no es la vida que Dios quiere para nosotros.

dios tiene el cuidado de nosotros

Porque mientras nos mantengamos alejados del pecado. Él tendrá un poco de su misericordia para darnos entonces la vida eterna. Porque lo contrario de la muerte es la vida, y entonces viviremos en cuerpo y espíritu con su maravillosa presencia en el reino de los cielos.

Porque la paga del pecado es muerte y el arrepentimiento sincero es la mejor alternativa. Nunca olvidando hacer una oración a Dios por el perdón de nuestros pecados.

Pero no te angusties si has caído en tentación. No te aflijas por creer que todo ya está perdido. Dios puede rescatarte de esa muerte espiritual en la que te has hundido. No estamos salvados de las consecuencias de faltarle a la palabra de nuestro padre. Pero tampoco estamos totalmente olvidados de su misericordia.

Expiación de Jesucristo y obediencia al evangelio

Puede que nos sintamos culpables, vacíos, confundidos o desconectados de Dios cuando estamos inmersos en el pecado. Pero si un hijo no obedece a su padre en cualquiera de las normas establecidas en el hogar ¿Acaso ese padre dejaría de amarlo por sus faltas y lo abandonaría en el olvido?

El padre ama todavía al niño y todavía desea en su corazón el bienestar de él. El hijo nunca deja de pertenecer al padre. Sin embargo, por los errores que ha cometido puede experimentar algunas consecuencias: la desconfianza, el vacío, un sentimiento de culpabilidad, y cosas similares. Lo que fracturará la relación de padre a hijo.

Pero si el hijo se renueva, acepta y demuestra cambios de actitud. Esa relación florece nuevamente. Si reconocemos nuestros pecados, nos arrepentimos de ellos y padecemos el castigo por estos actos. Podremos eliminar los efectos del pecado y de esta manera podremos reconciliarnos con Dios.

Jesucristo fue la única persona capaz de llevar a cabo la Expiación por toda la humanidad. Por ello, podremos resucitar y recibir el don de la vida eterna. De lo contrario, solo habrá perdición ya que la paga del pecado es muerte.

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