Conocer los obstáculos que te alejan del camino de Cristo
Como todo creyente fiel a cristo, siempre busca la manera de estar bien con nuestro señor, de igual forma, les interesa conocer los obstáculos que te alejan del camino de Cristo. Esos factores que de alguna manera no te permiten entrar en el sendero de la religión, obstáculos que aparecen en la vida diaria, y te impiden tomar la dirección ideal.
El cambio que necesitas está en el camino a cristo, entrar a formar parte remplazara tus fracasos en logros y te llevara a alcanzar la victoria en tu vida.
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Obstáculos que te alejan del camino que desea Cristo
Dios siempre con su amor divino e ilimitado a los hombres nos envía mensajes de vida y amor, pero ya es voluntad de uno interpretar esas señales y seguir por el buen camino, pero a pesar de esta voluntad, debemos conocer los obstáculos que te alejan del camino de Cristo, para poder conocerlos y enfrentarlos siempre.
Existen algunos obstáculos que impiden que los hombres entren en el camino a cristo Jesús, tienen gran influencia y es necesario investigar cuales son para tomar atención de esto, y ayudar aquellos que aún no conocen a Jesús y son:
1.- El pecado y la corrupción
El pecado y la corrupción de la conciencia es lo que incita a que la voluntad se rinda a los deseos de la carne. Asimismo que influye a la toma decisiones torcidas y que difícilmente quiera entrar en el camino que Jesús nos ofrece. Ya que el camino de Cristo está alineado bajo un reino espiritual y no carnal.
2.- La incredulidad
La incredulidad es un factor determinante, existe una conexión que tiene la voluntad del hombre con el árbol del conocimiento del bien y del mal. Es un obstáculo fuerte que cada vez que escogemos no creer en las cosas que provienen de Dios. Nuestra voluntad se tuerce conectándose con este árbol, produciendo incredulidad.
Jesús vino a liberarnos del pecado, debemos activarla en nuestra vida tomando la decisión de creer por la fe lo que el hijo de Dios vino hacer por nosotros. Esto desataría la libertad de una voluntad cautivada por Satanás y la incredulidad tendría que huir, para darle entrada a el poder de Dios en su vida.
3.- La carne
Esta es la estructura de perversidad y maldad que mediante la perversidad que está en nosotros, el diablo construyó en nuestra alma torrentes de malicia, para torcernos y corrompernos del camino de Dios. Desde nuestro nacimiento, la perversidad establecida e implantada en nuestro espíritu. Comienza a contaminar nuestro corazón, nuestros raciocinios, todo el conocimiento de quienes somos. Igualmente nuestra forma de desarrollarnos, en donde vamos poniendo nuestra confianza.
4.- La mente
La mente está bajo el control del alma caída, de esta manera recibe pensamientos de maldad, de ira, de temor, de religiosidad, de incredulidad y de todo aquello que produce el corazón en estado de total corrupción.
5.- Un corazón endurecido
La maldad ha impregnado el espíritu, el alma y el cuerpo logrando llenar el corazón de tantos pecados, que esto endurece el corazón, es difícil poder penetrar un corazón que ha sido golpeado por las consecuencias del pecado. Dios tiene que usar circunstancias difíciles para quebrantar el corazón para que la persona clame a él. Esto logra ablandar el corazón y a prepararlo para tener ese encuentro maravilloso con el Dios de las oportunidades.
6.- La religión
La religión no puede por medio de sus normas y regalismos tratar con la parte interna del ser. Esto únicamente se puede realizar por medio del espíritu, amoldando nuestro espíritu al de nuestro Padre Celestial. Al hombre religioso le agrada hacer cosas que resultan ser aparentemente piadosas; pero lo que es del espíritu no tiene nada que ver con el hacer, sino con el ser.
¿La idolatría también es considerada como aborrecida?
Una de las obras que Dios más aborrece es la adoración de ídolos. El arrodillarse para adorar y servir dioses ajenos. Estos dioses están hechos en forma de imágenes talladas, son dioses invisibles, como el dinero, la comodidad y la cultura; aunque también se adoran imágenes. La idolatría es el inicio de una sucesión de terribles complicaciones y pecados; y está dirigida por el espíritu de fornicación. En este tiempo las naciones están asediadas de perversidad y depravación sexual en la historia.