¿Qué significa tener la mente de Cristo y como puedo desarrollarla?

La mente de Cristo es algo con lo que cuentan todos los creyentes. Los que tienen la mente de Cristo son capaces de discernir las cosas espirituales que el hombre natural no puede entender o ver.
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Tener la mente de Cristo es lo mismo que ser habitado por el Espíritu Santo, y ambos se logran a través de la fe en el momento de la salvación.
A través del Espíritu Santo, Dios nos ha hecho "partícipes de la naturaleza divina" Pedro 1:4, para que podamos tener todas las cosas que pertenecen a la vida y a la piedad a través del conocimiento de Él mismo.
Debemos mantener la mente de Cristo cautivando nuestros pensamientos
En cada momento de nuestras vidas nos encontramos librando una batalla interna. Una guerra en la que podemos elegir si acercarnos un paso más a Cristo o alejarnos de Él.
Podemos alimentar nuestro pensamiento engañado, egocéntrico y autodestructivo hasta convertirnos en esclavos de los procesos de pensamiento pecaminosos, o podemos centrarnos en la verdad de Dios, como se revela en su Palabra.
De esto se trata tener la mente de Cristo, de conservar pensamientos buenos y puros, y no dar paso a aquellas cosas que buscan dañar nuestras existencias.
Alimentemos nuestra mente con la verdad
No solo es suficiente expulsar pensamientos negativos o engañosos. Si ese es el alcance de nuestros esfuerzos, nos encontraremos luchando la misma batalla una y otra vez.
Para caminar realmente en libertad y lograr poder pensar como Cristo, necesitamos contrarrestar y reemplazar las falsedades con la verdad, esta verdad sólo podemos encontrarla en las Escrituras.
De todas las armas espirituales insinuadas en el capítulo seis de Efesios, la espada de la verdad, que es la palabra de Dios, es nuestra única arma ofensiva.
Efesios 4:10 nos dice "...la palabra de Dios está fuerte y viva. Más afilada que cualquier espada de doble filo, vislumbra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y las médulas; juzga los pensamientos y las cualidades del corazón".
La Palabra de Dios destierra la oscuridad, aniquila las mentiras, demuele el engaño y convierte nuestra mente hasta que nuestros pensamientos comienzan a parecerse a los suyos.
Poseemos el poder de elegir qué pensamientos vamos a recibir y cuáles vamos a descartar. Dios nos incita a concentrarnos en la verdad.
Tener la mente de Cristo conectando con relaciones generosas
Nuestra cultura suele bombardearnos constantemente con mensajes contrarios a los que conseguimos en las sagradas escrituras.
Si no tenemos cuidado, podemos fácilmente alejarnos de todas las cosas de Dios hasta que nuestras percepciones, actitudes y creencias comienzan a ajustarse a la idea de la cultura.
Nuestras amistades tienen el poder de acercarnos a Cristo o por el contrario alejarnos de él. Contar con amistades que siempre nos señalan la verdad de lo que se encuentra en la Palabra de Dios es vital para nuestra vida cristiana.
Necesitamos que los creyentes vengan a nuestro lado, señalandonos a Él y sus caminos. No importa la situación o circunstancia, nuestro filtro de la verdad debe prevalecer, y los amigos que permitimos en nuestra vida deben animarnos hacia eso.
Por lo que es momento de analizar si nuestro entorno se encarga de acercarnos a la verdad e la palabra o por el contrario nos mantiene alejados de ella.
Proverbios 13:20 dice: "Camina con los sabios y vuélvete sabio; asóciate con los necios y te meterás en problemas”. Además, "La instrucción de los cultos es como una fuente de vida; los que la permiten impiden los artificios de la muerte" (Proverbios 13:14).