Oración poderosa contra la lujuria y para vencer los deseos de la carne
Oración católica fuerte para vencer la lujuria ¡Aléjala de mi vida! Reprende todo espíritu de lujuria que quiera entrar en la mente y corazón de los hijos del Altísimo.
La lujuria o el apetito sexual extremo, hace referencia a querer tener relaciones sexuales de forma descontrolada. No escatima en límites; además, cuando se está dentro de un matrimonio y se deja tocar por la lujuria, puede dar pie al adulterio, el cual también suele ser pecaminoso y altera la vida de nuestra familia.
Uno de los pecados que más aborrece Dios, es la lujuria; porque no solo estamos actuando en contra de los designios de Dios, sino que además estamos pecando contra nuestro propio cuerpo y alma, y este es templo y morada del Espíritu Santo.
Si no sabes cómo hacer para salir de las cadenas en las que te encuentras atado y vencer la lujuria, solo tienes que llenarte de sinceridad y expresarle a Dios lo mal que te sientes con tu pecado. Luego de esto, el Señor es misericordioso y no solo te ayudará en tu problema, sino que te librará de todo mal.
Milagrosa oración católica para evitar el pecado de la lujuria carnal
Eleva esta oración con fe para que tengas muchas fuerzas a la hora de evitar la lujuria y puedas, entonces, alcanzar el milagro. Vencer los deseos de la carne suele ser tarea difícil; y aún más cuando desconocemos la manera de manejarlo.
Por eso es que la Iglesia católica habla muy bien sobre la lujuria carnal, para que la familia cristiana aprenda a conocer sobre este pecado y que, desde la espiritualidad, cualquier católico pueda combatirla.
No tienes por qué sentir que estás solo en esta lucha de vencer la lujuria. Aprende a dejar tus cargas y pecados a Dios para que Él te libere de ellos. Esta oración es un primer paso a romper con las cadenas que te atan y evitar la lujuria.
Amado Padre Celestial, Omnipotente
y gran Señor; a ti sea toda la gloria y la
honra por siempre y para siempre.
Porque solo tú eres digno de recibir
suprema alabanza y adoración,
mi alma y corazón anhelan tu presencia.
Amado Señor, Rey de todo;
primeramente quiero darte gloria y honra,
porque solo mereces recibirla.
No hay otro Dios mejor que tú,
el Alfa y la Omega, principio y fin.
Eres merecedor de toda adoración
y alabanza; porque por
ti fueron hechas
todas las cosas, y solo
por ti dejarán de ser.
Ciertamente, bendito Señor,
reconozco que soy carne,
la cual es pecaminosa
y llena de perversidad.
Debido a esto, temo en algún
momento tropezar
y dejarme llevar por
apetitos de la carne.
Por lo tanto, Dios mío,
te ruego que seas sujetando mi carne
a tu santa voluntad.
Quita de mí todo deseo
carnal y maligno, porque yo
solo quiero servirte
en perfecta santidad.
Líbrame, oh Padre,
del deseo desenfrenado;
debido a esto, me he
visto en pruebas y
tentaciones, más no quiero fallarte,
quiero seguir siendo esa
Persona limpia ante tus bellos ojos.
Amado Padre,
mi cuerpo es tu
templo y morada.
Por lo que anhelo siempre
permanezca limpio
y sin mancha, en tu palabra
está escrito que
nuestra vestidura debe ser pura,
banca y sin mancha.
Por lo que, te ruego mi Señor,
limpia mi corazón de cualquier
cosa que ensucie
tu santo templo.
Asimismo, controla mis emociones
y mis pensamientos, que sean
siempre según tú
santa y divina voluntad.
Padre bueno,
instrúyeme en el buen camino;
porque por mis propios designios
es que puedo caer.
Toma control de mis ojos,
ya que ellos pueden ser
arma para yo caer.
Toma cautivo mi carne;
ya que por sí sola peca y yo
quiero permanecer
en santidad delante de ti.
Toma control de mis manos,
porque pueden
ser tomadas contra mí.
Reconozco, mi Señor,
que sin ti nada puedo hacer.
Claro está que solo
contigo puedo pasar
y salir en victoria ante todo
problema o tribulación.
Desecha mi antigua
manera de vivir;
porque vivía en constantes
equivocaciones.
Aparta de mí toda
inmundicia y cualquier
otra cosa mala que perturbe
mi comunión contigo.
No puedo estar tranquilo sabiendo
que el enemigo está al
asecho y en constante
movimiento para yo caer.
Ya que esa es la tarea
que más le gusta hacer, más
tú Poderoso Gigante
puedes más que todo eso.
Cristo bendito,
se tú haciéndote fuerte en mi debilidad.
Así como estuviste en las
pruebas junto a Job,
permanece junto a mí y
guíame por tu senda.
Amado Padre,
recibe toda adoración
por toda la eternidad.
Asimismo te agradezco por
toda tu misericordia,
porque a pesar de mi
forma pecaminosa,
aun así permaneces junto a mí.
Gracias te doy, oh Dios,
porque sé que estás obrando en mí,
vivo confiado en que si
permanezco junto a ti.
Nada podrá tocarme y solo moraré
en santa comunión contigo.
Finalmente,
solo tú conoces lo que
hay en mi corazón.
Por tanto te pido que obres en él
conforme lo que creas es
lo mejor para mí.
Amén.
Dios se fortalece en la debilidad
Siempre hay que procurar cerrar todas las puertas para que el enemigo no pueda entrar en nuestras vidas ni nuestra alma. Con esta oración católica fuerte contra la lujuria ¡Aléjala de mi vida! Es un arma más contra el enemigo para vencer a los deseos de la carne y evitar la lujuria.
El enemigo es astuto, y siempre buscará la manera de persuadirnos para que pequemos y corromper nuestra vida. Es verdad que hay situaciones diferentes para cada uno de nosotros. Pero; la buena noticia es que tenemos al Dios Todopoderoso de nuestro lado. Por lo tanto, Él peleará junto a nosotros contra el enemigo y sus huestes, para vencerlos por siempre. huestes.