La hermosa historia de San Martin de Porres - El Santo de la escoba

Amado lector, la hermosa historia de San Martin de Porres, el Santo de la escoba; es el hermoso ejemplo de un hombre; que a pesar de ser, maltratado por su color; su llamado a servir al Señor, el ser de color no lo paro; cumplió su propósito, y honró a Dios de la mejor manera; que él podía hacer. Continua la lectura, y descubre más sobre la vida de Martín; el fray feliz.

https://www.youtube.com/watch?v=2Lzuvndb3Xc

Interesante historia de San Martin de Porres

Hijo de un soldado español pobre, Juan de Porres; y su madre una negra libre de Panamá, Ana Velázquez; sus padres a causa de la pobre, nunca se pudieron casar; Nació en Perú, ciudad Lima; con una hermana llamada Juana, dos años menor; su padre, al ver la situación de pobreza en que se encontraban; se los lleva a los dos a Guayaquil; pero solo aceptaron a Juana, y él regresó a Lima.

Allá se constituyó, aprendiz de botánica y herbolaria; volviéndose el mejor, siendo el curandero de enfermos; luego llego a ser aprendiz de barbería, logrando aprender de cirugía básica; pero cerca de donde residía estaba un convento, y le llamo la atención; e invitado por un fray llamado Juan de Lorenzana.

Entró al convento, como donado que es como un criado; por ser hijo ilegitimo, y mulato; una de sus obligaciones, era de campanero; por ello fue reconocido, como como un hombre muy puntual en sus oraciones; dormía muy poco como 2 o 3 horas, a causa de sus tantas obligaciones; se dice que un gato de colores entraba a su cuarto, y lo arañaba; recordándole sus deberes.

Estuvo en esas condiciones, nueve años y se convirtió en fray; sus votos al convertirse fueron: Pobreza, castidad y obediencia; llegando a ejercer sus servicio de barbería, botánica y herbolaria; su habitación, estaba junto a la enfermería; así que aprovecho cada momento, para aprender el oficio; llegando hasta: Sacar muelas, y muchas cosas más; llegando a ejercer también como enfermero.

Y a pesar de todo eso, no le permitían dirigir un servicio; llegó a postularse para estudiar en el convento; pero sin derecho a postularse a sacerdote. A pesar de las imitaciones, por su color de piel y  bastardo, nunca dejó de ser humilde y sencillo; no se negaba a ningún favor, se negaba a sí mismo; considerándose menos que los demás.

Todo lo que aprendió, lo puso al servicio de: Pobre, mendigos y enfermos; y era tan excelente en el trabajo; que hasta hombres de mejor nivel económico, acudían a su ayuda; no solo su habitual servicio, también para recibir concejos; a pesar de que él no fue estudiado.

Era tal su favor, que con la ayuda de los ricos de la zona; se le compró un terreno donde abrió una casa de abrigo, donde recibía muchas personas; en ofrendas recogía mucho; y se los obsequiaba a cada pobre que encontraba, o lo buscaba. Llego a sembrar  un huerto y todo tipo de hierbas, que mezclaba; logrando crear medicamentos, que le daba al necesitado.

Su servicio, no solo se dedicó a los desvalidos; sino también a los animales, mayormente: Gatos, perros sarnosos o enfermos y hasta pericos. Ellos le obedecían muy bien, llegando a lograr; que un perro un gato y un perico comieran del mismo plato. Los ratones que llegaban al convento, él los enviaba a su huerto, y ellos le seguían hasta el lugar.

Contaba además con muchos dones; entre ellos estaba, el don de lenguas, volar y videncia; así como mostraba a la gente gran caridad, también causaba terror; pues, así como aparecía desaparecía, entraba y salía del convento sin llaves y sin que nadie le abriera; oraba tanto que llegaba a un éxtasis, donde flotaba y no oía a nadie.

El santo de la escoba fiel servidor a Dios

La hermosa historia de San Martin de Porres, el santo de la escoba; significa la descripción de una vida devota a Dios, a los desvalidos; y su entregado servicio como criado sin quejas a la cuidad; este hombre muere a sus sesenta años de una enfermedad, y fue enterrado inmediatamente, con el único hábito que tenía. Su día de celebración son los 3 de noviembre. Y es siempre buscado por los necesitados de un milagro; pero venerado mucho más en Perú.