Divina oración para agradecerle a Dios y lograr ser guiados por el Espíritu Santo
Para comprender la palabra de Dios siempre es necesario consultar el evangelio. De esta manera, podemos entender lo imprescindible, que es el agradecimiento para el mismo y la importancia que tiene ser guiados en nuestro camino por medio del Espíritu Santo. Debemos clamar una bendición, siempre que podamos para reafirmar nuestra fe por todo lo que se nos otorga.
https://www.youtube.com/watch?v=bNpFeFk7URE
Bendita plegaria de agradecimiento a Dios teniendo la guía del Espíritu Santo
Existe una oración del espíritu santo al estudiar la Biblia, imprescindible para estar bajo la bendición de Jehová. Consiguiendo grandes cambios en nuestras vidas. Demostrándole amor y fidelidad en la siguiente oración:
Padre celestial, hoy me arrodillo
ante ti y darte gracias por
ser mi guía y luz que
alumbra mi camino.
También me encomiendo
a ti, Espíritu Santo, y que
no permitas que me desvíe
y me pierda en este mundo
lleno de cosas no dignas.
Creo que me puedas
enseñar el valor del
conocimiento de tu palabra
mirándome con compasión
y dejándome tomar tu mano.
Para que nunca permitas
que me quedé sin
compañía celestial.
Ya que sin tu presencia
me perdería.
Solo Tú, Señor misericordioso,
puedes arrancarme las
dificultades de esta vida.
Por ello, necesito que tu mirada
de amor se fije en mí y así
permitas que el Espíritu Santo sea
mi guía por este transitar de
piedra y de dolor.
Aunque tengo muy en claro
que todas las dificultades a las que
debo enfrentarme, y Tú permites
que yo pase, me ayudan a mejorar.
Es decir, también me hacen el bien.
Tengo la seguridad de que soy
tu hijo amado y el elegido por ti,
incluso antes de mi llegada
a este mundo.
De tal forma, que esta es mi
manera de demostrarte mi fe en ti,
porque sé que te encuentras siempre
presente ayudando a pulir
cada uno de mis detalles.
Para que sea
como una piedra preciosa,
viendo una importante
transformación en mí.
Siento tu poder iluminándome
en cada dificultad que tengo,
por lo tanto, sé que no estoy
solo y estás dando la batalla por mí.
Siendo ese escudo protector
como un Padre que protege a su hijo,
en todos los momentos difíciles.
Te pido que el maligno
no toque mi vida y mucho
menos me alejé de ti.
Muéstrale tu poder, que es
más grande que cualquier cosa,
porque Tú eres mi Dios amado.
Espíritu Santo, te agradezco
por ser mi guía en este mundo
perdido que no sabe por donde
deben andar sus pasos.
Muchos encuentran rumbo
al precipicio y sin hacer caso,
a lo que el Salvador
quiere para nosotros.
Pero Tú, intervienes
por los que creemos en ti,
manteniéndonos siempre
en el camino de la verdad
y el conocimiento de tu palabra,
que dejaste para todos.
Por eso es tan importante
acercarse al amor de Dios,
y así poder vivir en paz
y en serenidad.
Estando seguro
que seremos felices
en esta vida tan preciada
que nos ha regalado,
nuestro Creador.
Una oportunidad que
empieza cada mañana,
donde conseguimos todo
el consuelo necesario y
se nos brinda
una vereda bendita.
Con una solución para el
problema que se nos presente
en este camino.
Lo importante de saber afrontar
las dificultades es que, por
el contrario, también podemos
tomar la opción de alejarnos de ti.
Pero esto nunca sucederá,
porque nuestra fidelidad
y amor hacia ti, no se
compara ni con la
inmensidad del cielo.
No permitas, amado Señor,
que caiga en la desgracia,
y que me haga daño.
Sacúdeme de todo lo malo
y también te pido
que enternezcas mi corazón.
Por último, te solicito que
perdones mis pecados,
es importante para mí
estar limpio, de todo
lo que te pueda ofender.
Perdóname por actuar algunas
veces de forma equivocada.
Por favor, no me dejes solo,
te necesito en mi vida.
Amén.
¿Qué dice el Salmo 107:8-9?
Esta interrogante es bastante acertada luego de la oración, ya que tiene un mensaje muy importante que habla sobre la misericordia del Señor. A la cual siempre debemos dar gracias, porque Él es nuestro mayor proveedor y ha hecho milagros por las personas más necesitadas. Sobre todo demostrando su amor por los niños manteniéndolos a salvo en una oración cristiana.