Oración de la noche del lunes 27 de Septiembre

¡Entra aquí! Si quieres que tu alma sea saciada de tu sed de Dios en esta hora. La poderosa oración de la noche del 27 de septiembre te será de mucha ayuda para ello ¡No dejes que tu sed se siga incrementado! ¡Entra ya!
¿Por qué tengo esta sed del poder de Dios?
Se puede decir que dicha sed, es producto de la distancia que has provocado entre tú y Dios. Pues al alejarnos de Él, nuestra alma empieza a querer sentir su presencia de nuevo, tanto de día como de noche, pero eso solo puede solucionarse orando constantemente y acercándote más a Él.
Oh, mi Gran Dios amado,
en este momento te alabo
y te exalto desde lo
más profundo de mi alma.
Te amo desde lo más profundo
de mi corazón, y es un privilegio
para mi ser tu hijo.
Te doy gracias por todo
lo que me has dado hasta ahora,
y gracias por hacerme parte
de tu hermosa y bendecida familia.
Gracias por adoptarme y por
sacarme de ese estanque de
suciedad en el que me encontraba
inmerso desde hace mucho tiempo.
Gracias por darme la fuerza
para apartarme de ese mundo,
que solo provocaba destrucción
para mi vida y para mi alma.
Gracias por nunca dejarme
solo en mi proceso de cambio,
pues ha sido lo más duro
por lo que he tenido que pasar.
Gracias por darme la seguridad
y la convicción de que estaba
haciendo lo correcto, al alejarme
de ese mundo que solía ser
mi hogar, y aventurarme en lo
desconocido, oh, Rey.
Gracias por darme siempre
fuerza y seguridad en mí mismo
para salir adelante, en cualquier
situación que me encuentre.
Y sobre todo, gracias por darme
siempre soplo y aliento
de vida, para avivar
mi alma que solo anhela tu presencia.
En esta hora te imploro que
me dirijas a tu manantial
de vida, y que me
permitas beber de sus aguas sagradas.
Te pido que me dejes
entrar a él, y lavarme
de una vez por todas
el resto de suciedad que ha
quedado en mi cuerpo, a raíz
de mi vida pasada.
Te suplico que sacies mi sed
de ti en todo momento,
pues no hay nada que
quiera más, que entrar en tu
presencia, mi Dios.
Te suplico que me des
siempre la dirección para
dirigirme siempre más allá
en tu divina presencia.
Pues en este momento soy
como el siervo que busca
jadeante las corrientes
de tus aguas.
Así te anhela, oh, mi Dios,
el alma mía en este momento,
pues mi alma tiene sed
de Dios, tiene sed de
un Dios vivo que habita
en las alturas de los cielos.
Cada día intento acercarme más
a ti, a tu palabra
y a tu poder, pues son
como una cascada de agua
viva que corre en mi ser.
Quiero nadar en el río
de tu poder, y ser sumergido
por completo en tu divina
misericordia, pues en este
mundo terrenal, lo que abundan
son los desiertos.
Y si llegase a haber algún río,
sólo sería de agua pantanosa
que ofrece mal a los
que la beben.
No quiero morir al saciar mi sed
con el agua que me ofrece
el mundo y los secuaces
del enemigo.
Pues ya he estado en ese
mundo, y no quiero regresar
porque es como estar en
la muerte en vida.
Día y noche me acuerdo de
Ti y sólo quiero ser
lleno de tu divina presencia.
Pues no hay nada más
reconfortante que ser sacudido
por tu insuperable poder.
Cuando estoy contigo me
siento más fuerte que mis
carencias y adversidades, es por
ello que te imploro me des
la oportunidad de siempre estar
sumergido en tu manantial de vida.
Pongo todas y cada una
de mis plegarias en tus manos,
mi Dios, y quedo a la
espera de una pronta respuesta.
Te lo suplico, oh, Dios,
en el nombre del Padre,
del Hijo
y del Espíritu Santo.
Amén.
¿Cómo puedo acercarme más a Dios?
La manera de tener más encuentros con Dios, es mediante la constante oración. Debes intentar orar tanto por la mañana al levantarte de la cama, como antes de dormir, de esa forma crearás un hábito de constante comunicación con el Señor.