¿Por qué es mejor orar de rodillas?
Orar de rodillas no hace referencia a un símbolo de esclavitud ni indigencia, sino una forma de reconocer con humildad que somos pequeños ante el poder de nuestro creador. Cuando oramos de rodillas, realmente estamos en busca de una íntima relación profunda entre el que se humilla y el que se humilló por nosotros una vez.
Es cierto que en la biblia no se nos manda a orar de rodillas. Sin embargo, en muchos versículos se cuenta que esta era la posición adoptada por muchos discípulos y por el propio Jesucristo al dirigirse a Dios.
¿Por qué nos arrodillamos para orar?
Igualmente, como se arrodillo Jesucristo en el Jardín de Getsemaní para orar, también lo hizo su Santa Madre junto a la cruz. Razón por la que ha sido durante muchos años una señal de reverencia y de humillación ante nuestro Señor Jesucristo.
No queremos decir con esto que si no oramos de rodillas no seremos escuchados. La verdad es que Dios ve nuestro corazón y que realmente estemos pidiendo con gran devoción y fe.
Pero a través de la historia hemos visto cómo los grandes episodios en la biblia, y los grandes milagros han ocurrido luego de que se han arrodillado ante Dios para suplicar. Por ello, es visto orar de rodillas como una forma de demostrarle a Dios que realmente necesitamos de él de forma urgente.
Igualmente, en la biblia se pueden conseguir distintas posiciones en las que muchos oraron e igualmente fueron escuchados por Dios.
La verdad es que nuestra oración no depende de la posición en que nos encontremos al hacerla, la verdadera importancia de esta es que al realizarla lo hagamos poniendo todo nuestro corazón y nuestra fe en Dios y creyendo que realmente nuestras súplicas serán escuchadas por Él.
Sin embargo, puede haber personas con distintos problemas físicos en sus rodillas o espalda que no le permitan mantener esta posición durante un largo tiempo, por esto es posible encontrar distintas posturas para orar.
¿La biblia nos ordena orar de rodillas?
No, la Biblia no nos ordena que tomemos una posición cuando rezamos. No dice (por ejemplo) que debemos rezar siempre de rodillas, o con las manos levantadas, o incluso con los ojos cerrados.
La Biblia, de hecho, da muchos ejemplos de personas que oraron en varias posiciones físicas. Cuando el rey David confesó sus pecados y oró fervientemente para que Dios perdonara la vida de uno de sus hijos, "ayunó y pasó las noches acostado en cilicio en el suelo" (2 Samuel 12:16).
Por otra parte, cuando Abraham oró para que Dios perdonara a la ciudad de Sodoma (a pesar de su pecado), "permaneció de pie ante el Señor" (Génesis 18:22). Lo importante en la oración no es nuestra posición física, sino la actitud de nuestros corazones.
Cuando rezamos, ¿nos damos cuenta de que nos acercamos al Creador y Señor del Universo?. ¿O tratamos nuestras oraciones de manera casual, como si simplemente estuviéramos hablando con un vecino?. ¿Y nos damos cuenta del gran privilegio que Dios nos ha dado al permitirnos entrar en su presencia?. ¿Un privilegio que le costó a Dios su único Hijo?.
Sin embargo, no malinterpreten esto; nuestra posición física es importante en la oración, porque refleja nuestra actitud hacia Dios y puede ayudarnos a centrarnos en Él. Asegúrate de tu compromiso con Jesucristo y luego, con alegría, pero con reverencia, ven a su presencia mientras rezas.
En la Biblia dice: "Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia de Dios, para recibir misericordia y hallar gracia que nos ayude en nuestro tiempo de necesidad" (hebreos 4:16).