¿Por qué debemos orar en todo tiempo?

Orar es hablar con Dios, por eso cuando nosotros oramos, nos estamos comunicando directamente con el Padre y Él que es bueno, nos escucha y nos ayuda a que podamos solventar cualquier problema que estamos haciendo. De ahí la importancia de orar en todo tiempo.
Jesús durante su paso aquí en la Tierra, siempre nos enseñó que lo más importante que podíamos hacer como cristianos era estar en constante comunicación con el padre. Cuando sientes que tu mundo está fuera de control y sientas que las tormentas golpean.
Además, cuando te invade la preocupación. Cuando la enfermedad y la fatiga golpean, en ese momento, es donde el poder que tiene la oración toma su fuerza. Aquí te vamos a enseñar cómo puedes orar en todo tiempo con súplicas y acciones de gracias a Dios.
Oración y acción de gracias a Dios en todo tiempo
Cuando estamos en constante búsqueda de la presencia de Dios, automáticamente, nuestra vida está llena de Él y por consiguiente vamos a enfrentar cada situación difícil o problema de la mejor manera. Aprendemos a entender que Dios siempre nos acompaña y que Él no permite que nada nos pase sin que Él mismo nos ayude a tener la salida.
Orar en todo tiempo es un requisito importante para todo creyente, ya que eso les ayuda a que el maligno no les ataque y que cada día que pase pueda estar cubierto por la poderosa sangre de Cristo.
Si creemos que Dios es soberano, que todo lo sabe, todopoderoso y que es un buen padre que conoce todas nuestras necesidades, ¿por qué molestarse en orar? ¿No es rezarle a Dios una pérdida de tiempo?
Como veremos, la oración ciertamente no es una pérdida de tiempo. ¿Por qué rezar entonces? La respuesta corta es que Dios nos ordena orar. Jesús nos instruye a orar e incluso detalla exactamente cómo debemos orar en Mateo 6: 9-13, en lo que conocemos como la Oración del Señor. Podemos ver que en esta oración, debemos pedirle cosas a Dios. Debemos pedir que venga su reino, que se haga su voluntad como en el cielo, que nos dé pan diario, que nos perdone nuestros pecados, que seamos guardados de la tentación y librados del mal. Pero hay razones más específicas del por qué debemos orar en todo tiempo y estás son algunas:
Orar al Señor nos ayuda a entender más sobre el carácter de Dios
El acto de orar nos recuerda nuestras debilidades, necesidades y pecados cuando le pedimos a Dios que nos ayude en estas cosas. Es cuando confesamos nuestros pecados en oración ante nuestro Padre Celestial que llegamos a conocerlo más como Aquel que es completamente perfecto. Además de ello, Él nos perdona todos nuestros pecados en Jesucristo, que no nos trata como nuestros los pecados merecen, quien tiene compasión de nosotros y nos satisface con el bien
La oración nos ayuda a ver la fidelidad y la bondad de Dios en nuestras vidas
Cuando veamos que Dios contesta continuamente nuestras oraciones, lo conoceremos como un Padre verdaderamente fiel que desea dar buenos regalos a sus hijos.
Orar realmente hace la diferencia
A lo largo de la Escritura vemos al pueblo de Dios orar y que Dios contesta esas oraciones. Piense en Moisés rogándole a Dios que evite su ira de los israelitas después de que hayan cometido idolatría con el becerro de oro. Dios cedió y tuvo misericordia de su pueblo. O cuando Elías le pidió a Dios que enviara lluvia sobre Israel después de una larga sequía, y Dios envió una gran lluvia. La oración de una persona justa tiene un gran poder ya que está funcionando. Dios realmente escucha todas nuestras oraciones a través de Jesucristo, nuestro Mediador.
Porque es importante orar siempre
Nuestras vidas pueden volverse abrumadoras, desalentadoras y difíciles. En muchas oportunidades podemos sentir desanimo, frustración y agotarnos fácilmente por circunstancias que están fuera de nuestro control.
En esas estaciones en las que nos sentimos desesperanzados e indefensos, lo mejor que podemos hacer es alejarnos de los desafíos, orar en todo tiempo y volvernos hacia Cristo.
Cuando recordamos que Dios está en control y nuestras vidas no son nuestras, recordamos que tenemos un Salvador que nos da fuerzas cuando somos débiles y nos consuela en todos nuestros momentos de necesidad. Así que ten ánimo y verás como la hermosa mano de Dios estará contigo siempre.