¿Qué significa orar con toda oración y súplica? ¡Hazlo en cualquier momento!

¿Qué significa orar con toda oración y súplica? Probablemente has escuchado muchas veces, que en todo tiempo tenemos que mantenernos en constante oración y suplica; pero ¿Qué significa orar con toda oración y súplica? y ¿De qué manera  podemos lograrlo? puede llegar a pasar que no podamos comprender por completo el contexto de esta frase.

https://www.youtube.com/watch?v=DwjhzZwkzk4

Puede que lleguemos a pensar, que orar es solo mantener una conversación pasiva con Dios. Es más que un simple dialogo, ya que en la palabra de Dios encontramos parámetros; la biblia nos señala lo siguiente: orando en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu, y velando en ello con toda perseverancia y súplica por todos los santos. Efesios 6:18. En primer lugar, podemos notar que la oración, es la herramienta más importante de un cristiano; Ya que con ella se puede destruir fortalezas y encontrar la paz que necesitamos, entre otras cosas.

Por esta razón, notamos que pablo aconseja en el libro de efesios, que andemos orando en todo tiempo; lo que quiere decir, que estemos a diario en contacto con nuestro Padre; para así mantenernos alertas de las maquinaciones del padre de mentira, el diablo. Asimismo encontrar en la oración parte de la armadura indestructible de nuestro señor Jesucristo.

Significado de orar con toda oración y súplica

Como consecuencia de la maldad del gobernante de este mundo, el diablo, Dios nos demanda que estemos alertas; junto a cada uno de nuestros hermanos en el cuerpo de Cristo, tenemos que cuidar cada parte, porque todas ellas cumplen una función. Asimismo, en efesios 6:18, Pablo llama a que nos mantengamos en oración y súplica por todos los santos, que son nuestros hermanos.

A propósito, de entender el significado de lo que en realidad es el orar con súplica, desglosaremos el versículo de la biblia de efesios 6:18.

Orando en todo tiempo: esto quiere decir, que nuestra prioridad en todo momento, tiene que ser el ejercer nuestra comunión con el Padre.

Con toda oración y súplica en el Espíritu: en esta frase se percibe que debemos orar fervientemente con súplicas desde nuestro corazón.

Y velando en ello con toda perseverancia: estaremos alertas ante todo ruego a nuestro Dios, para que nos libre del pecado y de los impulsos hacia este; pidiéndoselo con toda firmeza.

Y súplica por todos los santos: Dios quiere que como parte de un mismo cuerpo, trabajemos en mantener la unidad, cuidándonos y amonestándonos unos a otros.

Como resultado, del amor que Cristo nos dedica cada día, nuestro Padre que está en los cielos, quiere que los ejerzamos en nuestros hermanos, amándonos unos a otros como nos lo demostró Jesucristo. Esto es lo que demandaba Pablo referente a este versículo, que oremos no solo por nosotros mismos, sino que también por nuestros hermanos en Cristo.

Nuestra mejor oración y súplica

Ciertamente, tenemos una manera pasiva y monótona de orar muchas veces, pero la palabra nos describe que nuestra oración puede consistir en adoración, alabanza, acción de gracias, petición, ruego o intercesión. De este modo, logramos darle el lugar a nuestro Creador que se merece, porque él lo llena todo. Asimismo, comprendemos que tenemos que estar alerta del enemigo. Que no se cansará de trazar planes en contra los hijos de Dios.

Igualmente, tenemos que mantenernos firmes en nuestro clamor y con toda autoridad proclamar las proezas de nuestro Cristo sobre nosotros. También, debemos levantar peticiones, las cuales son a favor de otros, cumpliendo así, lo que el Padre nos demanda, de orar unos por otros.

Por lo tanto, la mejor manera de levantar nuestra súplica a Dios, es cuando la hacemos de todo corazón. Ya que, Dios conoce nuestros deseos más profundos, no hay nada oculto que para él no sea manifestado. Por lo tanto, mantengamos nuestra relación con él, de manera que podamos acudir a su presencia cuando se nos presente alguna dificultad. Es importante, entregarle a Dios todos los deseos de nuestro corazón, y así él nos limpie de toda maldad que pueda estar apartándonos de estar cerca de la manifestación de su gloria.