La verdadera historia de Daniel en el foso de los leones
El relato de Daniel siendo arrojado al foso de los leones es una de las historias más familiares del Antiguo Testamento. Tal evento se le deba dar el mismo espacio en las Escrituras que a la vista panorámica de la historia del mundo registrada en el capítulo 7. Esto lleva a la conclusión de que, desde el punto de vista de Dios, este fue un evento importante no sólo para Daniel sino para todos los estudiantes de las Escrituras.
Pero ¿conoces tú la verdadera historia de Daniel en el foso de los leones? Aquí te contaremos de qué se trata.
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Lo que esperaba a Daniel en el foso
En la Biblia se cuenta que Darío, quien era el gobernante del reino, decidió constituir sobre él ciento veinte sátrapas. Esto para que que pudieran gobernar sobre todo el reino.
Y además sobre ellos existirían tres funcionarios entre los que se encontraba Daniel. A estos funcionarios los sátrapas nombrados anteriormente debían rendirle cuentas, para que así el rey no resultara perjudicado. Pero Daniel sobresalía entre todos los funcionarios y sátrapas nombrados. Esto debido a que en él existía un espíritu extraordinario, y por esto el Rey decidió colocarlo por encima de todo el reino.
Por este motivo el resto de sátrapas y de funcionarios escudriñaron todos los medios para incriminar a Daniel de cualquier asunto del reino, pero no lograron encontrar ningún motivo de acusación. Fue en este momento en que aquellos hombres dijeron “no lograremos encontrar nada en contra de Daniel en relación con la ley de su Dios”. Así que todos los sátrapas y funcionarios se pusieron de acuerdo y se acercaron entonces hasta el Rey y le dijeron: “¡Rey Darío, vive para siempre!”.
Y qué sucedió...
Continuaron diciendo que todos aquellos funcionarios del reino, sátrapas, gobernadores, altos oficiales y prefectos han decidido en común acuerdo que el Rey promulgue una nueva ley.
En donde se ponga en vigor el mandato de que todo aquel que durante 30 días realiza una petición a Dios o cualquier otro hombre diferente al Rey fuera lanzado al foso de los leones.
Prosiguieron a solicitar que se firmara el mandato para que no pudiera ser modificado. El Rey Darío luego de escuchar todo esto, decidió firmar el documento en el que se estipulaba el nuevo mandato.
En cuanto Daniel se enteró del nuevo mandato que fue firmado por el Rey. Se fue a su casa y como solía hacerlo cada día tres veces al día, se arrodillo orando y agradeciendo a Dios.
Aquellos hombres entraron a casa de Daniel y al verlo pidiendo a Dios fueron hacia donde el Rey y le preguntaron ¿No firmaste un mandato en el que se estipula que cualquier hombre que en términos de 30 días hiciera peticiones a Dios sería lanzado al foso de los leones?
¿Qué hizo el rey?
El rey afirmó la pregunta y los hombres prosiguieron diciendo “Daniel no te ha hecho caso, ni del mandando que tú has firmado, tres veces al día se arrodilla ante Dios”.
El rey al escuchar esto quiso librar a Daniel del foso, pero no lo logró. Dario procedió a dar la orden para que llevaran a Daniel y lo expulsaran al foso de leones.
Pero justo antes le dijo a Daniel lo siguiente “Tu Dios, a quien sirves con perseverancia, Él te librará”. Daniel fue lanzado al foso, y todos se retiraron. Durante esa noche el rey la paso en ayuno y en vela. Al amanecer el rey fue directo al foso esperando encontrar solo los huesos de Daniel, gritó a Daniel preguntando si Dios lo había salvado.
Entonces Daniel respondió: “oh rey, vive para siempre”, Dios ha enviado un ángel. Este cerró la boca de los leones y así no han logrado hacerme daño.
El rey feliz de ver a Daniel sano y a salvo, mando a que fuera sacado enseguida de aquel foso. En su lugar colocaron a aquellos hombres que habían acusado falsamente a Daniel.
Fueron lanzados junto a sus mujeres e hijos, y no habían alcanzado aún al fondo del foso cuando ya los leones le habían machacado todos sus huesos se habían apoderado de ellos.