Jesús y la mujer adúltera - Análisis de este relato bíblico
La religión abarca un concepto muy amplio, que nos comprende a todos. A pesar de ser diferente alrededor del mundo. Existen varias religiones (cristianismo, catolicismo, budismo…) y entre ellas relatos bíblicos diferentes, tal es el caso de Jesús y la mujer adúltera.
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En esta oportunidad, traemos para ti “Jesús y la mujer adúltera", un maravilloso relato bíblico que trata acerca del adulterio y los pecados que, Jesús perdonó ante las mujeres. Continúa leyéndonos y disfruta tu lectura.
Jesús ante el pecado del adulterio
Ante los pecados no hay nada mejor que orar. Arrodillarse, cerrar los ojos y abrir nuestra alma ante Dios. Para Dios todos somos iguales, todos somos seres humanos, irracionales, y por ende, pecadores, léase “Cualquiera de vosotros que esté libre de pecado que lance la primera piedra”.
La biblia relata que un día Jesús se encontraba en el templo, cuando unos hombres quienes eran los maestros de la ley trajeron consigo presa a una mujer, acusándole de un acto de adulterio.
De acuerdo a lo que realmente era ese pecado, ello involucraba la muerte, específicamente se debía caer a pedradas a la mujer hasta el momento de su muerte, dicho esto en La ley de Moisés. Se debía apedrear a todas aquellas mujeres que cometieran el pecado del adulterio y por ende exigían la muerte de la prisionera.
Jesús, vaciló. No quería caer a pedradas a la mujer. Ni muchísimo menos quebrantar la ley Romana. Sabiamente, Jesús se agachó, y de rodillas, comenzó a escribir en el suelo con sus dedos, mientras respondía: Cualquiera de vosotros que esté libre de pecado, que lance la primera piedra.
Estas sabias palabras impresionaron y sensibilizaron a quienes, incluso hasta el día de hoy, las oyen. Puesto que nos enseña la moraleja de que no se puede juzgar a alguien si tú también tienes los mismos pecados, o pecados en sí.
La trampa tendida hacia Jesús
Jesús cree que en ese momento realmente todo era una trampa, pues los maestros de la Ley lo intentaban poner a prueba para ver qué acción decidía el tomar en contra de la mujer aparentemente prisionera.
Poniéndole en una situación entre espada y pared, puesto que él no podía violar la Ley del gobierno Romano (la cual imponía que no se debía matar con las propias manos a los criminales) pero tampoco podía quebrantar la Ley de Moisés, la cual destaca que todo acto de adulterio era condenado a la muerte.
Los enemigos de Jesús, o quienes sencillamente le querían ver caer y verle humillado, a menudo trataron de derrotarle (Marcos 3:2; 10:2) Sin embargo la inteligencia, bondad y humanidad de Jesús podía ante todo y con todo.
Jesús y la mujer adúltera
Ante las palabras de Jesús que callaron a todos los del templo, los maestros de la Ley sencillamente se alejaron, dejando así a la mujer prisionera, libre. Al levantar la mirada de sus escritos en el suelo, y ver a su alrededor Jesús notó que no quedaba nadie en el templo: Sólo la mujer y él.
“Pero mujer ¿Dónde están los demás?” preguntó Jesús, a lo que la mujer respondió que se habían marchado, y que le habían dejado libre. Jesús asintió y solamente dijo “Entonces yo tampoco te condeno. Vete ahora y no peques más".
Ante los ojos de Jesús todos somos iguales, todos somos seres humanos, nos equivocamos y merecemos perdón. Existen las segundas oportunidades y existe la compasión ¿Por qué condenar a muerte a una mujer y sólo a una mujer que comete el acto de adulterio? ¿Dónde se encontraba el hombre? ¿Libre? ¿En dónde quedan las segundas oportunidades?
Este relato y análisis bíblico nos deja realmente sin palabras y con el corazón en la boca ante tanta bondad. Todos ante los ojos de Jesús somos iguales, y no hay otro relato mejor que este para comprobarlo y corroborarlo por nosotros mismos.
De la misma manera en la que te interesó ente hermoso relato, te recomendamos leer relato de La amistad verdadera, Historia de Jonás y la Ballena, Historia de José el Rey y nuestro favorito: La justicia de Dios en la biblia.