Oración a San Miguel Arcángel para pedir y hacer justicia ¡No más injusticias!
La justicia terrenal se encuentra en manos de los hombres, quienes en muchas ocasiones no actúan correctamente o se tienden a equivocar. La única justicia poderosa y de la que nadie escapa es la Justicia Divina, la que viene de Dios. Para conseguir equilibrio en nuestra vida, te presentamos la Oración a San Miguel Arcángel para pedir y hacer justicia. ¡No más injusticias!
San Miguel Arcángel es el Príncipe de los Guerreros de Dios, el poder milagroso que Dios le ha conferido. Por ello lo ha puesto a nuestra disposición para defendernos, guiarnos y ser nuestro más fiel amigo. Porque como guerrero de luz está dispuesto a atender a nuestro llamado de protección y justicia.
Oración para pedir y hacer justicia
De injusticias está lleno el mundo, pero en manos de San Miguel Arcángel, su espada de justicia nos arropa y nos protege de todo acto de iniquidades. Acude a la siguiente Oración a San Miguel Arcángel para pedir y hacer justicia. ¡No más injusticias! y entrega tu fe a su misericordia.
San Miguel Arcángel
Oh mi Guerrero de Luz,
también mi luchador de justicia y protección,
mi fiel e incansable enviado de Dios
que nada ni nadie te detiene.
Eres la esperanza
de mis días lluviosos
y la alegría
de mis radiantes días de sol.
A ti, misericordioso Ángel,
recurro con mi mayor humildad
para entregarte a través de esta alabanza,
mi vida y mi corazón.
Porque en ti confío, en la gracia divina de Dios
que arropa mi vida, en la perfecta
voluntad que acobija
mi existir como muestra del más vivo
reflejo del amor que Dios.
Me guarda y que a través de tu esencia divina
se hace parte de mí.
Por ello, permite que tu santidad luche
contra las injusticias del mundo que me atacan,
para que pongas la balanza en manos de quienes
tienen el poder de señalar a culpables e inocentes.
Además, que jamás toque mi vida,
un mal juicio que no me corresponda
ni que sea señalado ante actos
que jamás he cometido.
Asimismo aleja de mi vida,
las malas acusaciones
que por envidia
han de hacerme.
Además, aléjame de aquel lugar
donde la injusticia
apremie y sea inocente
de su presencia.
De igual manera, aléjame de donde puedan
acusarme de males no cometidos
y sentenciar mi vida
a condenas que no merezco.
También dale al mundo cada gota de lo que merece,
en su debida cantidad,
como muestra de la justicia y el equilibro
que permite la armonía del universo.
Porque los excesos empalagan y la escasez
produce carencias.
Mientras tanto, no permitas que mi vida
se vea llevada a esos extremos.
¡No más injusticias!
Yo no pido más de lo que merezco,
ni espero más de lo que doy,
porque la justicia divina nos toca a todos
aquí en la tierra o allá en los cielos.
Por eso intento con sacrificio
llevar mi vida
en perfecto equilibrio
según lo ordenan las leyes de Dios.
Mi Glorioso Arcángel,
benditas las luchas que has librado
en nombre de nuestro Dios,
porque luchas en contra del enemigo y de satanás
de las cuales siempre has salido victorioso.
Permite que con tu espada de justicia
protejas mi vida del mal que acecha,
también bendice mi casa, mi hogar,
mi familia y a todos mis seres queridos
que son importantes para mí.
Además, poderoso Guerrero de Dios,
mi San Miguel Arcángel,
en tus manos dejo mi vida y mi andar,
que cada uno de mis pasos
vayan siempre de tu lado.
Igualmente cuando veas en el camino rocas filosas
que puedan herirme,
entonces me tomes en tus brazos y eleves
mi humanidad para que no puedan dañarme.
Finalmente impregna de justicia mi vida
y colma mi corazón de humildad
porque quiero aceptar
la voluntad de Dios.
Amén
Justicia Divina en manos de Dios y de San Miguel Arcángel
Dios Todopoderoso nos ve desde lo más alto, desde donde ha de venir a juzgar a los vivos y a los muertos. Ese poder de justicia que nos permite recibir y dar lo que es merecido. Por ello actuemos siempre de la mano de las leyes de Dios, obedientes a sus mandatos para que las bendiciones lleguen a nosotros multiplicados en cantidad.
San Miguel Arcángel nos otorga el don de la justicia para apartar de nuestra vida malentendidos que nos confieren por maldad. Imploremos en oración, para que su virtud de Justicia nunca nos abandone.