Oraciones cristianas para mantener e incrementar la fe y la esperanza
Dios es sinónimo de amor, por eso no debes desmayar ante las adversidades, ¡confía! Él nunca te va a abandonar si lo sigues con la más genuina devoción. Él te sorprenderá con los más resplandecientes actos hacía tu beneficio, solo debes conservar la fe y la esperanza ante todo obstáculo que se te presente. A continuación las oraciones cristianas para mantener e incrementar la fe y la esperanza te ayudarán a mantenerte en pie.
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Dios nos enseña con su ejemplo que debes asumir desde el primer instante los nuevos desafíos que se te vayan presentando. ¡Creé en él!, en el amor que te profesa, en su infinito poder. Y también, cree en ti, en lo que puedes lograr, en lo que Dios ha cultivado dentro de tu corazón.
Oraciones cristianas para que podamos aumentar nuestra fe y esperanza
Debemos pedir a nuestro Señor Dios con lo más profundo del corazón para que no permita que nuestra fe se quebrante. Y para que nos ayude a apartarnos del maligno para que no pueda hacernos perder la esperanza. Eleva estas oraciones cristianas para mantener e incrementar la fe y la esperanza.
¡Oh mi Señor!, te suplico
por el valor necesario y la
clarividencia suficiente
para poder carear todos los
obstáculos que el maligno.
Ha puesto sobre mis senderos,
¡por favor!,
no dejes que mis ánimos
y fuerzas decaigan.
Señor, tú y solo tú, eres mi fuerza,
mi anhelo, mi ahínco, mi empeño, mi tesón,
para poder continuar adelante.
Haces de mí una roca ante la adversidad.
También te pido que nunca el mal confunda
mis actos para las personas
que creemos en ti mi amado Dios.
¡Oh mi amado Dios!
Mi corazón está ansioso
de sentir en cada instante
que se llena de ti.
De tu confianza, de tu fuerza
para salir de todas
las vicisitudes que se me
puedan presentar.
Asimismo has que tenga el coraje necesario
para comprometerme con el
logro de todas mis metas
y poder consumar los
propósitos que anhelo.
Por favor ayúdame a que
pueda dar lo mejor de mí,
aunque no tenga fuerzas,
aunque no me quiera
levantar de mi cama.
Aunque no quiera ver la luz del sol,
y aunque sienta que no pueda más.
Dios, dame las fuerzas necesarias
para tener la capacidad de entregarme a ti
absolutamente llenos de bondad
y con la pureza de tu amor
a concentrarme en tu palabra.
Esa palabra que me abriga,
que me sostiene,
que me impulsa y me
alienta para enfrentar
las dificultades que se me
presentan en el camino.
¡Oh mi Dios!, socórrame para tener
la capacidad de hacerme
una introspección,
a escudriñar toda mi alma a
fondo y poder encontrar.
Todos esas aptitudes que
asimismo has cultivado en mí.
Igualmente eleva mi fe y mis esperanzas
para poder seguir adelante.
En tú nombre, me elevo en
cuerpo, mente y alma
y sé que con tu infinita misericordia
podré vencer las vicisitudes.
Además sé que me mostrarás tu compasión
para cultivar mis esperanzas y mi fe
como los crepúsculos al amanecer.
Como el manantial que arropa mi alma
dentro de la adversidad, como el
animalito agradecido
cuando le doy un bocado de comida.
Como el hambriento
que come con emoción y como mis
ojos cuando claman tu nombre.
En tu nombre, pongo mis manos
para que puedan alabarte y
bendecirte con el aumento
de mi fe y mi esperanza hacia ti mi Señor.
Hazme un siervo del bien y pon en mi espíritu
las energías necesarias para seguir
por el sendero de tu palabra.
Mi Dios, ayúdame hoy, mañana y siempre
para seguir de pie ante los destellos
de cualquier acto del mal en mí ser.
Ayúdame a mantener mi
esperanza y también mi fe
para seguir alabando tu nombre.
Amén
¿Cómo dirigirnos a Dios para incrementar la fe y la esperanza?
Normalmente no sabemos cómo dirigirnos a Cristo nuestro señor cuando nos sentimos sin fuerzas, sin ánimos y sin energías. Sin saber que es allí en ese desasosiego donde podemos encontrar las fuerzas necesarias para salir del abismo donde nos encontramos. El abismo de la adversidad que nos invade y nos atañe y que el maligno quiere que nos regocijemos en él.
Dios, nuestro señor, nos impulsa a seguir adelante cuando hablamos de la manera más genuina y noble con Él. Es decir, necesitamos hablar desde el interior de nuestro corazón, alabándolo y venerándolo.