¿Qué es la gracia de Dios y como se manifiesta?

que es la gracia de dios y como se manifiesta

Amado lector, siempre nos preguntamos ¿qué es la gracia de Dios y como se manifiesta? Cuando hablamos sobre la gracia de Dios es dar las buenas nuevas porque Jesús nos ha traído una nueva oportunidad trayendo palabra de poder y edificación conforme a los mandatos de la biblia que edifican nuestras vidas en el día a día.

En estos tiempos podemos ver que la gracia de Dios puede que sea muy buena, de esa forma todo el tiempo debemos de estar con una buena actitud; porque a pesar de las malas cosas que nosotros hacemos, nuestro amado Dios siempre nos va a regalar de su divina gracia.

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Índice()
  1. ¿Qué es la gracia de Dios y como se manifiesta?
  2. La humanidad y la gracia inmerecida
  3. Hombres que experimentaron la gracia de Dios
  4. La gracia divina de Dios

¿Qué es la gracia de Dios y como se manifiesta?

Primero que nada le hablaremos de la gracia que Dios perpetuamente nos ha regalado a los que lo necesitan, es por eso que todos nosotros todo el tiempo debemos de ser obedientes y guardar sus mandamientos siempre y cuando lo busquemos en espíritu y en verdad para que se manifieste su gran poder sobre nosotros.

La gracia es un don divino de nuestro Padre Celestial, que se deriva de su gran amor y misericordia que son infinitas, ya que él no quiere ver a su generación perdida en el mundo del pecado. Y esta dispuestos a darnos nuevas oportunidades y hacer de cada uno de nosotros una nueva y mejor persona.

Esta gracia se puede manifestar a través de su Espíritu Santo, en aquellas personas que deciden a hacer su voluntad y vivir en santidad. También a través de la adoración, puede manifestarse la gracia divina; ya que Dios habita en medio de la alabanza de su pueblo.

que la paciencia ha de tener su perfecto resultado

La humanidad y la gracia inmerecida

La humanidad desde tiempos antiguos se han encontrado en constante conflicto con Dios, a causa de la rebeldía del hombre que decidió caminar conforme a su creencia; como lo describe la biblia “hay caminos que parecen derechos al hombre, pero su fin es camino de muerte” (Proverbios 16:25).

Debido al pecado, que tuvo origen desde el principio; cuando Adán y Eva desobedecieron a Dios, las generaciones siguientes fueron maldecidas a causa de la maldad.

Dios tomó una decisión determinante, la cual provocaría la exterminación de la humanidad; ya que Jehová acabó con los hombres a través de un diluvio.

Pero aun así Dios airado, tuvo misericordia de un hombre llamado Noé; al cual le pidió que construyese un arca, en donde debía resguardar la vida de su familia y la de cientos de animales.

En esta historia podemos ver como la gracia de Dios se hizo manifiesta en la vida de este hombre, debido a la obediencia y la bondad de Noé. Dios es un ser de infinito amor, por tal motivo se arrepintió de haber destruido a la humanidad; así que por tal razón, decidió establecer un pacto entre él y su creación en donde asegura no volverla a destruir otra vez.

Su misericordia y gracia se extendieron hasta nuestra generación, ya que fuimos redimidos y salvados por su hijo; el cual sufrió un terrible martirio a causa de nosotros. A este sacrificio se le conoce también como un pacto de gracia.

Hombres que experimentaron la gracia de Dios

Abraham, fue un hombre fiel al Señor, que mantuvo su fe hasta el final manteniendo constantemente una comunión con él; tanto así que logró tener un hijo a una edad bastante avanzada.

Así mismo, Daniel fue salvo cuando fue arrojado al pozo de los leones, ya que Dios envió a un ángel para cerrar la boca de esos animales.

Y en el nuevo testamento, se puede notar claramente como la gracia de Dios moraba en la vida de aquellos hombres. Ya que, muchos fueron sanados y liberados de su pecado.

La gracia divina de Dios

Por consiguiente, podemos decir que la gracia es un don inmerecido que Dios le regala al que se acerque a él con sinceridad sin importar los errores que hayan cometido, lo importante es que nos arrepintamos de corazón, y no solo nos arrepintamos sino que también hagamos un pacto con él de no volver a pecar. Es decir, que con su grandísima bondad él nos cubrirá de todo mal, para que no cometamos errores.

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