Hebreos 12:15 – Conoce la mejor forma de alcanzar la gracia de Dios
Amigo lector, conoce la mejor forma de alcanzar la gracia de Dios; y que hacer para no perderla.
Cuando hablamos de la gracia; la mayoría de la persona, se imaginan que es solamente; la forma en que Dios perdona nuestros pecados, de forma inmerecida; pero no es solo eso, la gracia es como la fe; porque trae también salvación, e incluye otras bendiciones. Y en Hebreos 12:15, no dice también claramente; como podría perderse esa bondad.
Conoce la mejor forma de alcanzar la gracia de Dios
Antes de argumentar, como es la mejor forma de alcanzar la gracia; repasaremos su concepto, y es que es un regalo muy especial; y significa: Favor, bondad y bendición. Pero de parte de Dios, es inmerecido; porque toda la humanidad esta lleno de pecado, pecados que solo son pago; con la muerte.
Y Dios en su infinita misericordia, desde la caída de hombre; ha tomado en cuenta a hombres y mujeres en donde posar su gracia.
En el antiguo testamento, el hombre alcanzaba gracia en Dios; por su forma de vivir; reposaba su gracia en personas, que de corazón lo honraban. Una de esas personas era Noé, hombre esforzado; y aún cuando la maldad de los hombre era demasiada, él halló gracia ante los ojos de Jehová; por guardarse de todo aquello.
Otro testimonio es la de Lot, el Señor tuvo misericordia de él; cuando destruía a Sodoma y Gomorra, el mismo los reconoce en Génesis 19:19. Y otra de las personas, que el Señor reposó su gracia en gran manera; fue en Abraham, ya que por medio de él llegaría la salvación; por su fe, y obediencia; Dios lo llenó de favor y riquezas.
Pero, en la actualidad; ¿Cómo alcanzar la gracia de Dios Si aún hay tanta maldad en la tierra? Entonces sí sabemos; “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna” (Juan 3:16). Queda por entendido, que a ese acto de amor se le llama: Gracia de Dios con nosotros.
Alcanza la gracia de Dios
Este regalo, no tiene límites; porque cuando Jesús vino a la tierra, la extendió a toda la humanidad; nadie puede pagar, para obtenerla; de ninguna forma el hombre con obras la puede obtener, porque somos injustos; pero él la compro por nosotros con su sacrificio. Él habitó entre nosotros, lleno de gracia y de verdad (Juan 1:14). Y de la cual, nadie es merecedor; por el pecado.
Entonces, queda claro que la mejor forma de alcanzar gracia; no es el cumplimiento de la ley, “Pues la ley por medio de Moisés fue dada, pero la gracia y la verdad vinieron por medio de Jesucristo” (Juan 1:17); donde solo era salvo Israel.
Ahora, por medio, de nuestro Señor el mundo entero puede alcanzar gracia; pero es necesario creer en Cristo, tener fe que por medio de su bondad para con nosotros; de ella obtenemos salvación, “Porque por gracia sois salvo, por medio de la fe” (Efesios 2:8a); y perdón de pecados.
Pero de su favor, no solo obtenemos salvación y perdón; también trae santificación, sin la cual nadie verá a Dios (Hebreos 12:14); servicio, “Porque Dios es el que produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad” (Filipense 2:13); y fuerza en la debilidad, se lo dijo a Pablo “Y me ha dicho: Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad” (2 corintios 12:9).
Es importante resaltar, que en Hebreo 12:15 nos dice; que una raíz de amargura nos puede llevar a dejar alcanzar la gracia de Dios; además de envenenar a muchos con ella. Una raíz de amargura es dejara que en nuestro corazón; se envenene de cualquier mal sentimiento que no lleve a cometer alguna falta contra tu prójimo.
Y la mejor forma de no perder la bendición de Dios es la obediencia. Pues cumpliendo con lo Jesús pide, nunca llenaremos nuestro corazón de raíces de amargura
La gracia de Dios nos alcanza al creer en Jesús
Conoce la mejor forma de alcanzar la gracia de Dios. Es tener creer en la obra de nuestro Señor Jesucristo; aceptándolo como salvador, y el único que puede llevarnos a Dios; porque quien recibe al hijo recibe al Padre. Jesús nos convierte en amigo de Dios, no esperes más para alcanzar la bendición de Dios en tu vida