¿Qué es la ira de Dios y como se manifiesta?

La ira de Dios posee un plan perfecto para la humanidad. Cuando la humanidad pecó contra los planes sagrados de Dios, lo que podemos encontrar en el Antiguo Testamento, Dios expresó su ira hacia ellos (Deuteronomio 1:26-46; Josué 7:1; Salmo 2:1-6). Esto fue más a menudo el resultado de que el hombre se volviera hacia los ídolos para la liberación y el consuelo (Salmo 78:56-66). El plan perfecto de Dios para el hombre depende de la dependencia y confianza del hombre en Dios.
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Cuando la humanidad no siguió este plan de dependencia y desobedeció a Dios, mereció la ira de Dios, y su ira fue santa y justificada. Dios le dio al hombre una forma de ganar el favor divino, que era a través del arrepentimiento. El arrepentimiento alejó la ira de Dios del pecador, porque Él también es un Dios misericordioso.
Dios no siente tanta molestia como nosotros
Al decir que Dios está enojado debemos tener cuidado de entender que, aunque Dios experimente ira no está manchada por el pecado. Dios no está enfadado como nosotros. Cuando nos enojamos, a menudo perdemos el control, diciendo y haciendo cosas que son excesivas, y totalmente pecaminosas. No puede pertenecer a Dios hacer berrinches, salirse de control o dar golpes irrazonables.
La forma en que Dios experimenta la ira no es algo que podamos comprender plenamente, pero seguramente es un acto soberano y sereno de Su voluntad, no una emoción fuera de control.
Es provocada por los pecadores
La ira de Dios no es algo que resida en él por naturaleza; sino que se trata de una respuesta al mal.
La Biblia dice: "Dios es amor". Esa es su naturaleza. El amor de Dios no es provocado. No nos ama porque ve algo de sabiduría, belleza o bondad en nosotros. Él te ama porque te ama, y nunca podrás ir más allá de eso. Pero la ira de Dios es diferente, su santa respuesta a la intrusión del mal en su mundo. Si no hubiera pecado en el mundo, no habría ira en Dios.
Así que la enseñanza de la Biblia sobre la ira de Dios es diferente de las antiguas mitologías, dioses que corren frustrados y humeantes. La ira de Dios es su resolución establecida de que el mal no se mantendrá.
Su ira se encuentra reservada
Toda la historia de la Biblia lleva a un día en que Dios tratará con todo el mal completamente, finalmente y para siempre. Este será el día de la ira, cuando Dios recompense cada mal y lleve a juicio cada pecado.
Dios hará esto en perfecta justicia. El castigo por cada pecado será igual al del crimen. Cuando se haga el juicio, toda boca se cerrará porque todos sabrán que Dios juzgó en justicia y equidad. Entonces Dios abrirá un nuevo cielo y una nueva tierra, que será el hogar de la justicia.
¿Cómo reconocemos su ira?
Cuando sentimos envidia, cuando traicionamos a quienes amamos, la codicia y el engaño, todo esto es el castigo de Dios a los pecadores, su mejor castigo es hacerlos vivir con estos terribles males.
No hay nada peor que tener una mente intranquila y que nuestra alma no esté en paz. La ira de Dios se refleja cuando simplemente no bendice al pecador, cuando no socorre al que no ha decidido pedir perdón aun por todos sus pecados.
Su ira no se reflejará en terribles desgracias comunitarias, en daños naturales, porque Dios castiga sólo al pecador más no al que está a su lado también. El pecado para Dios es individual, hay que tener cuidado, ora al Señor y tus pecados serán perdonados.