¿Cómo humillarnos ante Dios? El llamado de Dios al arrepentimiento
Una de las interrogantes que surgen en la actualidad en las personas, sobre todo aquellas que son nuevos creyentes es ¿Cómo humillarnos ante Dios?. El llamado de Dios al arrepentimiento, para que se entienda con claridad estos puntos, iniciaremos con la verdad que se encuentra en el capitulo 2 de Filipenses, en la que muestra que la vida cristiana demanda constante humillación.
https://www.youtube.com/watch?v=u8hiR-nm3j0
En Filipenses, se muestra como Jesús se despojó así mismo de todo. Ya que, siendo el hijo de Dios, fue enviado a la tierra tomando forma de siervo. Anduvo por igual con sus discípulos, siendo obediente hasta la muerte en la cruz. En pocas palabras, fue tal la humillación de Jesús que en ningún momento utilizó sus atributos divinos.
Satanás, mientras Jesús anduvo en el desierto, lo tentó para que hiciera uso de sus atributos divinos, cuando le pidió a Jesús que convirtiera las piedras en pan y no muriera de hambre. Sin embargo, Jesús le respondió con mucha sabiduría que no solo de pan vive. Sino de las palabras que salen de la boca de Dios. (Véase Mateo 4:4).
Cómo Humillarse ante Dios y la importancia del arrepentimiento
Para humillarse ante Dios es necesario despojarnos de todo, entender y actuar como Jesús mientras estuvo en la Tierra. Es quizás una de las cosas más difíciles para el hombre, ya que, tienden a aferrarse a las cosas carnales o a las cosas materiales.
Para la mayoría de las personas, la palabra humillación les resulta incómod. Porque realmente no se le ha dado el significado correcto o suele ser utilizada de una manera errónea.
En 2 de Crónicas 7:14, habla claramente sobre la humillación que Dios solicita de todos, en quien establece que, si el pueblo se humillara, sobre el cual su nombre ha sido invocado, oraran, buscaran su rostro y se arrepintieran de sus malos caminos. Entonces Dios, que está en el trono celestial, los oirá y perdonará cada uno de sus pecados y sanará su tierra.
Actitud de reconocimiento
En ese sentido, humillarse es tomar una actitud de reconocimiento. Es hacerse humilde, es lo opuesto a ser presumido u orgulloso. Cuando una persona es humilde, aprende a que depende completamente de Dios, aceptarlo como su único creador.
Por lo tanto, no trata de tener dominio propio de sus pensamientos o actos sobre otras personas, por el contrario, las valora por encima de todo. En primer lugar, Humillarse significa aceptar las condiciones en la que te encuentras, qué eres y qué has hecho, al mismo tiempo, es saber que será Dios quien hará por ti y también saber quién eres para Él.
Para humillarnos ante Dios, debemos reconocer su majestad y su poder. Aceptar que sin Él no somos nada, porque toda nuestra condición humana está por debajo de Él. (Véase Salmos 8:3-4).
Esta manera de cómo humillarnos ante Dios, se reconoce también que todas aquellas cosas que tenemos provienen de su infinita misericordia y que si fuese por nuestros propios méritos, no seríamos merecedores. Es obedecer su palabra y vivir de manera conforme a su voluntad en todas las situaciones de nuestras vidas (véase Levítico 26:18-19).
Es allí, humillándose ante Dios, aceptando que no somos nada sin Él, que nos demanda al arrepentimiento. A dejar atrás todos aquellos pensamientos y acciones que nos llevaban al pecado. Es dar un cambio en nuestras vidas, es imitar a Jesús en el día a día.
Dios y su llamado al arrepentimiento
Para que ocurra un verdadero arrepentimiento, debe volverse a Dios, alejándose de todo tipo de pecados. Es rendirse a sus pies, cuando ocurre de manera genuina comienzas a experimentar un poderoso cambio en tu vida. Es por ello que Dios llama al arrepentimiento, porque quiere para ti una mejor vida, tanto en la tierra, como en los cielos.
En el ser humano, no es natural abandonar todo y seguir a Dios y así lo puedes leer en Romanos 8:7. Sin embargo, para poder comprender la necesidad del arrepentimiento, se debe acudir a Dios (Véase Romanos 2:4). Este vendría siendo el primer paso en el arrepentimiento. Es una decisión importante y personal.
Asimismo, el arrepentimiento puede surgir en muchas situaciones de nuestras vidas y siempre va a depender de ti. Porque si confiesas tus pecados de manera genuina, Dios que es fiel y justo te perdona y te limpia pero primero debes usar esta manera cómo humillarnos ante Dios para el glorificar nuestra vida, liberándonos de de toda maldad. (Véase 1 Juan 1:19).