La milagrosa Novena de Santa Rosa de Lima que no dejarás de leer

Esta mujer laica nacida en Lima, fue la primera mujer de América en ser canonizada y declarada santa por la Iglesia católica. Durante su vida realizó diversas curaciones y milagros, llevó una vida honorable y dedicada a Dios, en la cual oraba con una devoción incomparable. Se presentaron más de 120 milagros realizados por Santa Rosa de Lima al Vaticano para que fuera declarada santa, tanto en vida como en la oración a su memoria.
https://www.youtube.com/watch?v=aKyXwEyRqmw
Poderosa Novena a La Santa Rosa de Lima para cumplir milagros
Un hecho importante de Santa Rosa de Lima es que, uno de los milagros aceptados por la Iglesia, fue que curó a una niña inválida (María Sánchez, 9 años) gracias a una novena encomendada a la santa, realizada por sus padres. Por tanto, es preciso confiar en el poder de la oración, y que sea realizada con seguridad.
Oración inicial a la Santa Rosa de Lima
Oh, hermosa Santa Rosa de Lima, hoy te
entrego todo de mí, y me encomiendo a tu
ayuda.
Tú, intercesora de los más grandes milagros,
escucha mis peticiones y mira dentro de mi
corazón, el cual anhela fervientemente de tu
auxilio.
Santa Rosa de Lima, representación de amor
puro y alma limpia, concédeme tu ayuda y
escucha mi voz. Rosa radiante, hoy ruego a ti.
Día 1 para La Santa Rosa de Lima
Santa Rosa de Lima, tú que curaste la
enfermedad mediante la oración a Dios, y los
milagros brotaban de tus manos.
Así como utilizabas la imagen del Divino Niño
parar curar a los enfermos, te pido que
elimines cualquier atisbo de enfermedad de
nuestros cuerpos, que tu mano intercesora
invada nuestro ser y sane cualquier dolencia.
Santa Rosa de Lima,
invade el alma mía.
Día 2 Poderosa Santa
Oh poderosa Santa, tú que
hiciste llover las flores más perfumadas sobre
el Papa Clemente IX para comprobar tu
santidad, incluso años después de tu partida
de este mundo.
Tú que conviertes lo imposible en algo real,
Reina de la viveza que brota del aire, del
agua, las flores y la naturaleza. Convierte mi
anhelo en algo existente y palpable, que brote
de tu dulzura como el perfume de las rosas.
Día 3 Amada Santa Rosa de Lima
Amada Madre, tú que protegiste
en vida al sacramento del altar y a la ciudad
de Lima de ser profanada y saqueada por un
pirata holandés, y dispuesta a morir por
defender al santísimo, te pido que me protejas
de todo mal, peligro o perturbación. Invade el
alma mía.
Día 4 Santa Protectora
Tú que protegiste al
pueblo filipino durante la Segunda Guerra
Mundial e hiciste diversas apariciones, entra a
mi vida y cuídame del maligno, escucha la
petición que realizó con devoción e intercede
por este milagro. Invade el alma mía.
Día 5 Amante de los animales
Tú que tenías una conexión muy noble con
los animales, tal como San Francisco de Asís,
ayúdanos a valorar la naturaleza y la vida, a
ser empáticos con el mundo y a alzar
nuestras oraciones con pureza. Santa Rosa
de Lima, invade el alma mía.
Día 6 Llena de vida
Tú, que hacías que las flores brotarán de tu
jardín a voluntad, que desbordabas vida y
amor en cada paso, ayúdanos a encontrar
nuestro camino, y que en él demos lo mejor
de sí.
Día 7 Ferviente Madre
Según la leyenda, el diablo secó un árbol de
limón porque tú, Reina Santa, no caíste en
sus tentaciones.
Ayúdanos a ser firmes en la fe cada día, a no
caer en las tentaciones y mejorar como seres
humanos.
Día 8 Intercede por nosotros
Amada Santa Rosa, entra a nuestra alma,
abraza nuestro ser, escucha esta petición que
hoy te elevo. Tú, Santa milagrosa, escucha
mis plegarias, que aclaman con fervor mi
deseo.
Día 9 Acogedora
Tú que consagraste tu vida a Dios, acógenos
Santa Rosa, consuela nuestro corazón
moribundo y no te apartes de nuestro lado.
Invade el alma mía.
Oración final a la Santa Rosa de Lima
Luego de realizar los nueve días la petición correspondiente, se debe recitar una pequeña oración de cierre:
Amada Santa Rosa, hoy, en este día del
novenario rendido a tu honor, te pido
escuches mi petición, y me concedas tan
esperado milagro. Gracias de antemano por
escuchar mis ruegos. Santa Rosa,
invade el alma mía.
Amén.