Oración de la mañana del 19 de Febrero
En este nuevo día que comienza, entra a esta notificación y deja que Dios llene tu corazón de esperanza. La esperanza es un estilo de vida que todos los creyentes vamos desarrollando a medida que maduramos espiritualmente.
Dios es la fuente de la esperanza
Dicen que la esperanza es lo último que debemos perder, pero si esta esperanza está puesta en nuestra propia capacidad, seguramente no va a durar mucho ante el primer desafío. Coloca tu esperanza en Dios, Él si tiene el poder de hacer que tu esperanza nunca se acabe.
Fiel Señor y amoroso rey del universo,
en este amanecer me acerco a tu trono
lleno de agradecimiento por todo tu amor
y bondad derramada sobre mi vida.
Nadie me ama como Tú lo haces,
porque tu amor es incomparable,
y ningún otro ser humano igual a mí
puede brindar el amor que Tú
puedes dar.
Porque Tú eres la fuente del amor y
la bondad, no solo tienes amor, Tú
eres el amor, eso que para mí es un
sentimiento, para ti es tu esencia,
estás compuesto de amor.
Es algo que intento entender día a día
y me hace reflexionar en lo perfecto
que eres, y en el privilegio que tengo
de poder tener tu amor sobre mi vida.
Hoy vengo ante ti, Señor, para presentar
una petición delante de tu santo trono.
Te ruego, Padre amado, que llenes mi
corazón de esperanza.
Hay días, Padre, en los que este corazón sufre,
por experimentar desafíos tan grandes que
pareciera que no podré lograr alcanzar.
A veces mi ánimo desmaya, mis fuerzas
disminuyen a causa de la desesperanza,
no veo la salvación de mi vida y lucho
por no rendirme ante los desafíos que
la vida pone delante de mí.
Pero hoy te pido, Padre amado, que renueves
mi esperanza, que cada día las expectativas
de lo que Tú harás en mi vida aumenten,
sé que nunca me dejarás solo en medio de
la adversidad, y que en todo momento vas
a estar atento para hacer un milagro en mi vida.
Tú en tu palabra me has garantizado la
esperanza en cada día de mi vida, hasta
este momento nunca me has fallado,
por lo que te pido perdón por haber
dejado que el desánimo y la duda
entrarán en mi corazón.
Este día me levanto una vez más convencido de
que nunca me vas a faltar Tú, Señor, de que mi
vida está en tus manos, por lo tanto, mi futuro
está en tus manos también.
No tendré temor del porvenir porque
Tú estás en él, porque solo Tú sabes qué
va a pasar en mis futuros días y solo en
ti deposito mi confianza.
Yo hoy decido confiar plenamente en
tu promesa, cierro mis ojos a las circunstancias
presentes y abro mis ojos del espíritu a todas
las bendiciones que tienes para mi vida.
Confiaré cada día en que a pesar de la maldad
que crece en el corazón de muchas personas,
yo puedo caminar confiado entre ellos, porque
Tú me proteges.
Creo firmemente en que esa maldad no me tocará,
hoy vuelvo a soñar, a hacer crecer en mi corazón
esos planes, sueños y anhelos que me llenan de
emoción por el futuro.
Esos que me hacen vivir a la expectativa de los
milagros y experiencias increíbles que me vas a
hacer experimentar por el poder de tu gracia.
Yo pongo en ti mi confianza, hoy creo una
vez más en que Tú eres mi esperanza, mi
refugio y mi salvación oportuna.
Nadie más tiene el poder de rescatar mi vida
como lo tienes Tú, Señor, yo confiaré en ti y sé
que veré los resultados de mi fe, materializándose
en mi vida, a través de ricas bendiciones que
vienen de lo alto, directamente de tu mano.
Te alabo, Dios grande y poderoso, porque
una vez más llenas mi corazón de certidumbre,
porque eres fiel a las promesas que has hecho,
bendigo la esperanza que has sembrado en
mi corazón hoy y siempre.
Amén.
Abre tu corazón a la esperanza
Si has sufrido muchas decepciones, seguramente tu esperanza está golpeada. Hoy puedes orar para renovar tu esperanza y confiar una vez más en Dios.