Oración de la mañana del 27 de Mayo - Haz de mí un instrumento del perdón
Continuamente enfrentamos a personas ofensiva, que nos hieren y nos llenamos de rencor; por ello, albergamos sentimientos negativos contra quienes nos lastimaron y nos hacemos amargados con el paso de los años
¿Puedo superar las ofensas a través del perdón?
Si, siendo necesario entrar en comunión con Dios y pedirle que sane nuestro corazón, nos enseñe a perdonar y nos haga libres del rencor.
Querido Dios, gracias te doy por
mantenerte junto a mí en todo momento,
por ser ese fiel compañero que
no me abandona por muchas
que sean mis fallas.
Gracias por tu perdón inmerecido
y por permitir que vuelva a tu refugio
luego de tantas ofensas cometidas
a lo largo de mi caminar.
En esta ocasión que vengo me presento,
para que seas tú quien forme en mi ser
el carácter del perdón, ese que tanto necesito,
no solo para ofrecerlo a otros
sino para perdonarme a mí mismo.
Reconozco que soy pecador
y por tanto con mis actos
le he fallado a otros y también a ti.
Acepto que tal vez por mi carácter y forma de ser
tomo a mal el actuar de los demás,
me ofendo con facilidad y guardo malos
sentimiento en mi interior.
Trabaja en mi todo cuanto está mal,
ata mis pensamientos, de modo que pueda
olvidar aquellas ofensas por más grandes
y dolorosas que sean.
Muéstrame como vivir con
un corazón sin rencores, sin odios;
Con un corazón que no se ofende con otros, sino
más bien está lleno de perdón.
No quiero seguir en un mundo marchito
por causa del resentimiento,
por el contrario, deseo poder hablar a todos
de tus maravillas en mi vida.
Ayuda a sanar mi alma a través del perdón,
quiero ser libre en mi interior de todo aquello
que yo mismo he convertido en un muro
y que me separa de todos a los que amo.
Hoy decido perdonarme a mí mismo,
asumiendo que ese es el primer paso
para perdonar a otros.
Señor quita de mi la altivez
que no me permite aceptar
las disculpas de mi prójimo.
Saca de mi ser ese perfeccionismo que me hace ofender
cuando todos no ven las cosas como yo quisiera
y me lleva a sentirme ofendido,
ayúdame a pedirles perdón por lo que
sin dudas es mi culpa y no de ellos.
Dame humildad para reconocer mis fallas
y así pueda acercarme a mi hermano y
solicitar su perdón.
Líbrame del orgullo que no me
deja buscar a otros a quienes sé que
he lastimado alejándome de ellos y
negándoles el perdón.
Lléname de tu fuerza para cambiar,
ahora que todavía puedo hacerlo
y de esta manera mejorar como ser humano,
como hijo tuyo; no permitas que mi alma
se pierda por seguir lleno de rencores.
Amado Dios úsame para llevar paz a los
corazones heridos por falta de perdón, que a través
de mi vean otros tu grandeza, no importa
cuán grande sea su ofensa que aquellos que
han sido heridos también puedan perdonar.
Reconozco que no es un camino fácil
y que el perdón se alcanza un día a la vez,
pero solo a tu lado puede el hombre alcanzar la paz,
y así como tu perdonas mis ofensas
quiero yo las de otros perdonar.
Deseo en mi interior sentir tu perdón
para poder perdonarme y luego
acercarme a mi hermano y decirle que lo que
sea que me haya ofendido en el pasado,
ya no existe más.
Padre que en medio de mis imperfecciones
tú te manifiestes, permíteme ser libre
de toda atadura que no me permite
olvidar las ofensas que me hirieron.
Esas que hasta el día de hoy
roban mi tranquilidad y me impiden avanzar,
pero sobre todas las cosas hoy te doy gracias
por tu perdón, pues es por el que puedo
yo también perdonar.
Amén.
Sé libre de las ataduras por falta de perdón
Cuando entregamos a Dios las ofensas y dejamos que se ocupe de ellas, el yugo del rencor deja de ser quien nos domina y somos libres.