Oración de la mañana del 30 de Marzo
Comienza este nuevo día entrando el siguiente enlace y encontrarás a través de la oración una conexión especial con el Padre. Dale gracias por una nueva mañana que de seguro estará cargada de bendiciones.
Necesitamos encomendarnos con el Padre diariamente
Dios es un Padre excepcional y único, que tiene cuidado especial de cada uno de sus hijos, solo espera que nos acerquemos a Él y le pidamos esa protección que ofrece especialmente para nosotros.
Dios amado y bueno, Señor del cielo y la tierra,
como cada mañana siento tu presencia divina
tocando a mi puerta y esperando para entrar.
Eres todo un caballero que con paciencia
aguarda a escucharme hablar para acercarse
y sentarse a mi lado para poder intimar.
No imagino nada mejor que encontrarme contigo.
Tú, Señor mío, que con un rayo de luz iluminas mi
día y me dejas disfrutar del canto de las aves
al abrir la mañana.
Mirando al vasto horizonte no puedo más, Señor,
que darte gracias desde lo más profundo de mi
ser, pues me has regalado un día más de vida
para disfrutar y gozar de tu maravillosa grandeza.
Hoy cuando apenas el día nace para mí,
inclino mi cabeza en adoración y declaro
que desde ahora me someto a tu
perfecta voluntad.
Te alabo, mi Señor, y mi alma danza para ti,
recibe estas palabras como ofrenda
agradable, pues no tengo nada más
grande que mi amor para darte.
Digno eres Tú, Señor, a ti sea mi adoración,
pues mis ojos se han abierto un día más por algo
y ese algo, es tu propósito divino para conmigo.
Hoy como nunca, quiero sentir tu Espíritu Santo,
como brisa que recorre mi cuerpo y me envuelve
en esa protección única que me habrá de acompañar.
Permite que mis pies anden en este día
sin encontrar tropiezo alguno y mucho menos
sin desviarse del buen camino, Padre mío.
Hoy me sujeto a ti en todo aspecto, Señor,
sé Tú sometiendo mi orgullo y mi temperamento,
guardando mis oídos y reprimiendo mi lengua
en todo momento.
Átame a tu buena, agradable y perfecta voluntad,
así me será más fácil mantenerme alejado del
diablo, ese enemigo que el nombre de Jesús
de mi vida he expulsado.
Permíteme ser reflejo de tu santo amor
y ejemplo para aquellos que quieran ser
mejores, úsame para encaminarlos hacia ti, Dios.
Perdona toda ofensa que haya cometido
y limpia mis errores para siempre, Señor,
en esta mañana me declaro criatura nueva.
Límpiame de todo aquello que me impida crecer,
de todo lo que me aleja de recibir el galardón para
el cual desde mi nacimiento me estás preparando.
Dame las fuerzas necesarias para luchar y vencer
todo tipo de pecado que venga por caer en tentación,
solo quiero hacer tu voluntad en este día, mi Dios.
Desde hoy quiero reflejar el cambio que viene de ti
y el amor incondicional que me has regalado, Padre,
necesito menguar al viejo yo y crecer siendo como Tú.
No me desampares en el transcurrir del día, buen Dios,
susurra tus palabras a mi oído y guíame en tus caminos,
háblale al interior de mi corazón y recuérdame el propósito
para el que he sido llamado desde antes de nacer, Señor.
Desde ya quedo en tus manos lleno de agradecimiento,
esperando con deseo la llegada de la noche, Dios,
donde espero volver a encontrarte para seguir adorándote.
No tengo más que de decir, por eso en silencio estaré
presto siempre para escucharte y dejarte guiarme
hacia el lugar que reservas a mi nombre.
Gracias por darme tanto a mí que no merezco nada,
gracias, porque nunca dejas de mirarme con amor
así como tampoco dejas de corregirme con respeto.
Guárdame como cada día, mi Dios hermoso,
y bendíceme hoy en cada una de las cosas
que yo emprenda para ti, que tu amor
me acompañe hoy en todo momento.
Amén.
El Dios que no descansa se mantiene junto a ti
Nunca dudes de su presencia silenciosa a través del día, Dios siempre está allí cerca de ti, para librarte de cualquier mal y bendecirte con cada cosa buena que vives en el día a día, sé agradecido y no olvides sonreír para Él.