Oración de la noche del 31 de Enero

Ven aquí para que Dios te dé la forma de aprender a perdonar a aquellos que han llegado a dañarte alguna vez. Pues con esta poderosa oración de la noche del 31 de enero, vas a poder fortalecer tu capacidad de perdonar a tu prójimo.
¿Qué tan necesario es el perdón?
La verdad, Dios ha dicho en su santa palabra que debemos perdonar a aquellos que nos han ofendido, para que Él pueda perdonar nuestras ofensas. Pues de lo contrario estaremos hundiendo a nuestra alma a un lago de tormento eterno.
Oh, Mi gran y poderoso Rey,
gracias te doy por siempre darme
tu hermoso amor y comprensión,
gracias por no dejar que mi vida
se quedara hundida en la oscuridad.
Gracias por siempre darme una
segunda oportunidad en todo lo
que emprendo, y gracias por
siempre estar al pendiente de mi
vida desde el día de mi nacimiento.
Gracias por nunca dejar que mi vida
se quedara estancada en ese
mar de sufrimiento en
el que se encontraban luchando
por su libertad.
Y gracias a ti, Mi Dios, he
logrado librarme de ese oscuro
lugar en el que me encontraba.
En este momento, te pido perdón
por todo lo malo que he
hecho a lo largo de mi vida,
pues sé que no soy una
persona exenta de pecados
en lo absoluto.
Tengo muy claro que he cometido
errores y que me he visto
dominado por los oscuros
secuaces del enemigo.
Te suplico que no me castigues
en esta hora por todas esas
cosas que he cometido, pues
no quiero dejar que mi pasado
manche de forma permanente
mi futuro, Mi Señor de honra.
Pero así como Tú me has otorgado
tu divino perdón hacia mi vida,
te suplico que me des la capacidad
de aprender a perdonar a todos aquellos
que me han ofendido.
Pues quiero ser digno de entrar
algún día a tu reino celestial
de los cielos, y sé que para
hacerlo no debo llevar ninguna
clase de rencor en mi corazón.
Pues Tú nos has mandado
a perdonarnos los unos a
los otros, así como Tú
nos has perdonado a nosotros
de todos y cada uno de
nuestros errores cometidos.

Y de verdad que no quiero
manchar mi luz y mi alma,
solo por no saber dominar
el hecho de poder perdonar
a todos aquellos que me han
ofendido en algún punto de mi vida.
No quiero ser una víctima de
ese sentimiento de enemistad que
solo aleja a todos aquellos que
alguna vez lo quisieron, pese
a los errores que cometieron.
Sé que debo aprender a otorgar
disculpas y perdón a aquellos
que cometieron errores en mi contra,
pues es la única forma en la
que voy a poder crecer como persona.
De verdad necesito aprender
a ser mejor persona, y un
mejor hijo de Dios, pues no
quiero ser arrastrado a las aguas
del rencor y las contiendas.
No quiero que me den pena
de muerte eterna, por el simple
hecho de no saber dominar
mis sentimientos, y por no
saber dejar a un lado mi ego.
No quiero que mi vida sea
puesta en peligro solo
porque mi corazón se ha envenenado
con odio e ideas malignas.
Pues Tú me has formado
con amor y con mucha paz,
y es lo que más deseas
que contenga mi alma.
Quiero vivir en perfecta
paz y armonía con el mundo
que me rodea, y quiero que
mi vida y corazón puedan sentirse
en perfecto orden con los otros.
No quiero seguir viviendo de esta
forma, es por ello que en
este momento me
armo de valor para dejar a un
lado el orgullo y empezar a perdonar
a aquellos que me ofendieron.
Pongo estas humildes plegarias
en tus poderosas manos.
Te lo suplico, Mi Dios amado,
en el nombre poderoso del Padre,
del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
Pasos para empezar a perdonar
El primero y el más importante es buscar la dirección de Dios, además, deberás identificar cuál es la clase de ofensa que te han realizado, y a partir de ahí vas a tener que preparar tu corazón para avanzar y otorgar perdón a tu opresor.