Poderosa oración de la noche a la Virgen María ¡Cúbreme con tu manto!

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En el catolicismo, la adoración hacía María santísima, comprende numerosas devociones hacia la madre del Cristo Redentor. Abarca los actos piadosos, la oración, las artes visuales, la música y la poesía dedicada a nuestra señora misericordiosa. Entregamos así a la feligresía mariana esta poderosa oración de la noche a la Virgen María ¡Cúbreme con tu manto!

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Llamamos a María, la madre de Dios debido a la devoción de sus creyentes por la encarnación de Cristo su Hijo. Por ello, cuando necesitamos de su santa protección divina, debemos elevar nuestras plegarias siempre con fe y nunca olvidando su milagroso y bendito poder.

Índice()
  1. Poderosa oración de la noche a la Virgen María Madre de Dios para que nos cubra con su manto
  2. ¿Cómo dirigirse a Santa María en las noches?

Poderosa oración de la noche a la Virgen María Madre de Dios para que nos cubra con su manto

María permaneció al pie de la Cruz y luego del sepulcro, siendo mártir de la resurrección de su hijo. Ella es el principio femenino originario del Cristianismo primitivo. Luego de su resurrección los pueblos de Galilea y Jerusalén, comenzaron a alabarle y por ello elevamos nuestras plegarias.

Virgen María,

siempre repican en nuestra alma

las dulces palabras del redentor,

que nos acercan a tu vientre

y nos atrevemos a llamarte

madre nuestra también.

 

Pues, tú y solo tú puedes cubrirnos

y ampararnos en los

momentos más difíciles

y por ello hoy te invoco.

 

María inmaculada, transparente,

plena de gracia.

 

En torno a ti nos congregamos,

tus hijos, en suplica de amparo

y te imploramos para que acudas

ante el señor y ante las vicisitudes

que nos depara el destino.

 

Ahora que ha llegado

la noche, madre de Dios,

te suplicamos que nos ampares.

 

También Madre,

escucha la súplica de los enfermos

y de los jóvenes entusiasmados,

que vibrando acuden ante tu santa

presencia para cantar tu gloria.

 

Alabamos también al hijo de Dios,

verbo ígneo encarnado

desde tu vientre.

 

Por ello, madre guíanos por

el sendero de la santidad.

 

Tú, bienaventurada que con

tu manto nos cubres, interviniendo

en los manantiales por

los que fluye la vida.

 

Hoy en esta noche,

cuando el santo silencio

acoge nuestros corazones.

 

Te invocamos para que nos

cuides y ampares en tus entrañas,

madre de Dios, te alabamos

y bendecimos reconociéndote la gloria

del fruto bendito de tu vientre.

a media noche me levantare

María, te suplicamos para que

desde tu corazón invoques

al Espíritu Santo,

para que nos dote de

abundancia y sueños felices.

 

Entonces, abrimos nuestros

corazones hacia ti,

 para que se encarnen en

nosotros la justicia y el amor.

 

Por eso, madre misericordiosa,

te encomendamos a todos

los hombres y mujeres,

iniciando por los más desasistidos.

 

También te pedimos por los niños

que aún no han nacido y por aquellos

que lo han hecho en medio

de la miseria y el dolor.

 

Finalmente, cubre a los desempleados,

a los hambrientos y a los enfermos.

 

Además, te encomendamos

a las familias disfuncionales,

a los ancianos sin asilo y a los

solitarios que se encuentran

desesperanzados.

 

María, madre de Dios,

resguárdanos de las malas

decisiones aconsejadas en

la noche eterna del alma.

 

Líbranos de las pesadillas infernales

que atormentan nuestros sueños

y nos mantienen insomnios.

 

Esta noche aparta las tinieblas

y entréganos tu luz, señora, madre de Dios.

 

Finalmente, en esta noche

clara de luz celestial,

en la que ha posado tu luminosa

mirada me encomiendo a ti madre de Dios

para que guíes nuestras súplicas

y protejas nuestros sueños.

 

Ahora, llenos de fe te damos

las gracias por haber escuchado

nuestra oración y que el fervor

puesto en ella reciba el fuego

que arde en tu corazón.

 

Amén.

¿Cómo dirigirse a Santa María en las noches?

Es importante que antes de orar, se esté en completa paz y armonía para consigo mismo y su conciencia. Solo así se podrá atender los puentes verbales a la perfección de nuestro señor Jesucristo y a la gloria de nuestra madre celestial. Cuando nos atrevamos a dirigirnos a las más altas deidades, al supremo redentor y a su santa madre. Debemos pensar en todos los hombres que necesitan de su luz celestial.

Por ello, siempre evita guardar rencores o resentimientos al momento de elevar tus súplicas. Así pues, nunca olvides el poder de la poderosa oración de la noche a la Virgen María ¡Cúbreme con tu manto! y así encontrar la solución a todos nuestros problemas.

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