Oración al Santo Niño de las Suertes para pedirles por milagros imposibles

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La importancia, de la oración al Santo Niño de las Suertes para pedirles por milagros imposibles es que el Santo Niño de las Suertes es venerado en el Distrito Federal de México, por tanto tiene muchos fieles y creyentes. Una hermosa imagen del niño Jesús, quien duerme apoyando su cabeza en una calavera. La leyenda se remonta que dos misioneros caminaban rumbo a Tlalpan.

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Al llegar a las inmediaciones escucharon el llanto encontrando a un bebé, intrigados y sorprendidos porque no había ningún habitante, buscaron el lugar de donde procedía el llanto y encontraron a un bebé de escasos cuatro meses. Al momento de levantarlo, el niño se convirtió en una escultura, según se dice al mismo tiempo brotó en ese sitio un manantial de agua al que desde entonces se le ha llamado ¨Ojo del Niño¨.

Índice()
  1. Milagrosa oración al Niño de las Suertes por milagros y cosas difíciles de suceder
  2. ¿Por qué debemos orarle al Santo Niño de las Suertes?

Milagrosa oración al Niño de las Suertes por milagros y cosas difíciles de suceder

Los Sacerdotes impresionados con el niño, llegaron a México para presentarlo ante el arzobispo. El arzobispo no podía creer tal acontecimiento, depositando al niño en un nicho y allí permaneció toda la noche. Al llegar a visitarlo observaron un bellísimo resplandor que emanaba la imagen. 

A este niño se le nombró el Niño de las Suertes, ya que el arzobispo sorteó la imagen y en dos oportunidades salió el Convento de San Bernardo. Lo que hizo reflexionar al arzobispo acerca de que la voluntad del niño era quedarse con esas pobres religiosas. Esta santa oración al Santo Niño de las Suertes para pedirles por milagros imposibles utilizaremos el favor para que nuestras súplicas sean cumplidas:

Tú que está lleno de bondad como clemencia,

¡Escúchame, te lo ruego! Dame tu santa 

bendición, compasión como también, 

misericordia.

 

 Oh Jesús Niño fuerte y dulce, acoge mi 

corazón y hazlo tuyo.

 

 ¡Oh Divino Niño! Apacible como bondadoso.

Sé tú mi defensa, amparo como la fortaleza.

Te adoro amable Niño, el más humilde y el 

más grande de los hijos de los hombres.

 

Asimismo el más pobre como el más rico.

El más débil como el más poderoso. Te 

bendigo, porque te has dignado bajar hacia 

nosotros, para ser nuestro modelo en la 

práctica, de todas las virtudes.

 

Nuestro guía en todas las dificultades de la 

vida. De nosotros consuelo en los días de 

aflicción. Te amo porque vienes a mí, con un 

amor misericordiosamente infinito.

 

Que se anticipa a los tardíos impulsos de mi 

corazón, con un amor paciente. Me espera 

siempre para amarme, cada vez con más 

ternura.

 

Por eso con el corazón lleno de 

agradecimiento, te adoro y te bendigo 

igualmente.

 

Te amo con todo el fervor de mi alma.

Confiadamente levanto mis ojos, hasta mi 

Dios amado y querido, buscando tu mirada 

llena de misericordia.

 

Así pues mira nuestra ferviente necesidad,

te pedimos que la remedies, de la manera 

que sea más provechosa, para nuestra alma.

 

Mi tierno adorable niño. Bendícenos, Divino 

Niño escúchanos. Busco consuelo del 

cristiano, la gracia que necesito la que tanta,

que me causa desesperación como agobio,

igualmente hace que sienta intranquilidad en 

mi vida.

todas nuestras necesidades por medio de jesucristo

Pongo en tus benditas manos. Acuérdate ¡Oh 

Niño Santo Amado! Que jamás se oyó decir 

que alguno haya implorado, ante tu presencia, 

sin tu auxilio recibir.

 

Por ello con sencillez y confianza, humilde y 

arrepentido lleno de amor y esperanza, 

sabiendo los milagros que obras, como lo 

rápido que concedes remedio con mucha 

ilusión, en nombre de todo tu poder, favor yo 

te pido.

 

Divino niño hoy te entrego mi vida, para que 

Tú me transformes y hagas la obra en mí.

Poderosísimo y Majestuoso Niño hijo del 

Padre Celestial, que descendiste de los 

cielos.

 

Igualmente viniste al mundo para cumplir los 

designios de Dios Padre, rescata mi alma del 

barranco.

 

Por favor aleja de mí todo lo que me cause tentación,

además de la incitación a la maldad.

Dulcísimo Niño sabes que te amo con todo mi 

amor, que te tengo presente en todo 

momento, aunque a veces olvido decírtelo.

 

Sabes que tu protección me es muy necesaria 

siempre. Por eso mándame a diario tu santa 

bendición. Yo no dejaré de agradecer tu 

auxilio. Te tendré presente en mente y 

corazón.

 

Quiero ser fiel devoto tuyo. Tenerte a mi lado 

como en mis penas como en mis alegrías.

Como siempre he contado, con tu hermosa 

presencia.

 

¡Oh mi Divino Niño de las Suertes!

De rodillas ante tu amada presencia quiero 

decirte, que creo firmemente que tu divinidad,

me puede socorrer lo que te pido.

 

Espero con toda confianza obtener tu santa 

gracia. Te quiero con todo mi corazón.

Con todas las fuerzas de mi alma.

 

Finalmente me arrepiento sinceramente de todos mis 

pecados, por consecuencia te suplico,

¡Oh mi Niño! que me des la fuerza para 

triunfar.

 

Amén.

¿Por qué debemos orarle al Santo Niño de las Suertes?

Desde que las monjas concepcionistas de San Bernardo recibieron este gran tesoro, lo vieron como un regalo del cielo. Llenas de gratitud han procurado sostener su culto, con el mayor empeño. Llamado el Niño de las Suertes. Desde ese momento que entró el Santo Niño a la comunidad, entró en ella la felicidad. Todos sus feligreses gozan de grandes e imposibles favores que les ha concedido por medio de la oración al Santo Niño de las Suertes para pedirles por milagros imposibles.

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