Oración efectiva para la sanidad de los pulmones ¡Señor haz que respire mejor!
Cuando la enfermedad aqueja nuestras vidas, sin duda alguna, se torna como una experiencia difícil de afrontar y también de aceptar. Sobre todo si afecta nuestros pulmones porque son la base fundamental de nuestra respiración. La oración efectiva para la sanidad de los pulmones, ¡Señor haz que respire mejor! Te permitirá entrar en contacto directo con Dios para que te brinde la sanación que necesitas en tus pulmones.
No obstante, debemos además agradecer a Dios, pues, nos hace reconocer en qué estamos fallando y sobre todo cómo podemos mejorar nuestros hábitos. Porque desde el momento que nos dicen que tenemos una enfermedad, comenzamos a ver la vida con otra perspectiva. Y también vemos lo que en realidad somos y que lo que en verdad tenemos es por obra y gracia del Señor.
Plegaria efectiva para la sanidad de mis pulmones
Al momento de enfermarnos hemos vivido el desasosiego y la soledad. Así como también el amor y la benevolencia de las personas que menos imaginábamos que iban a estar allí. Esta oración efectiva para la sanidad de los pulmones, ¡Señor haz que respire mejor! nos ayudará a tener fe en que sanaremos rápidamente.
Señor, tú que reinas en
los cielos y en el universo,
te pido que por favor me
ayudes en lo que hoy me aqueja.
Ayúdame a que mis pulmones
siempre puedan respirar el dulce
olor a jazmín por las mañanas.
Señor, eres testigo de que
he vivido en la soledad y además
en la angustia por el
bienestar de mis pulmones.
Por favor concédeme la sanación.
Señor, aunque sé me es
sumamente difícil, me repito a mi mismo,
“Hágase tu santa voluntad”
A ti, amado padre
te ofrezco mis sufrimientos
y también mis pesares.
Asimismo bendice con tu poder
infinito a todos los médicos
y personal de salud en general
porque vienen a socorrerme.
Por favor bendice Señor,
a todas las personas que se
preocupan por mí y por mi
pronta recuperación.
Igualmente ayúdame Señor,
a obtener mi pronta recuperación,
para conseguir el bien espiritual
que me haz de enseñar con
esta enfermedad.
Mientras tanto permíteme
comprender que esta enfermedad
en mis pulmones me ayudan
a recapacitar y crear
conocimiento sobre mí mismo.
Porque debo desprenderme
de todo lo que me haga mal
y se queda atragantado
en mi pecho.
Señor, permite que pueda
conseguir la reflexión plena
sobre mis actos para
sanar prontamente.
Señor, postrado ante ti
te pido que con mi empeño
y seriedad preparo mi alma
para la vida que me espera luego
de superar este mal.
Donde no exista ni enfermedad
ni mucho menos penas que nos
mermen nuestras fuerzas, donde
sólo exista el gozo bendito
de tu compañía.
Señor, mi Dios, hoy
estoy sin fuerzas, no permitas
que mis pulmones colapsen.
Tú que todo lo puedes,
te pido con humildad
que me devuelvas la salud.
Señor, si estos son tus designios
para que aprenda a valorar
mi cuerpo.
Te pido que me
concedas la gracia plena para
poder sobrellevar con fe
esta enfermedad.
Tú, que siempre haz
tratado con delicadeza y sutileza
a los enfermos, sabes que el
oxígeno es vital para mi vida.
No permitas que se me acaben
las fuerzas de poder respirarlo.
Señor, dame la dulzura
de tu espíritu para poder
disfrutar cuando esté
en completa recuperación.
Señor, que mi fe nunca
se vea quebrantada
por mi ansiedad y melancolía.
Por favor enséñame cómo
hacer para poner más cuidado
a mi cuerpo y permite que me aleje
de todo mal hábito que me hace daño.
Concédeme entendimiento para
comprender que debo administrar
mejor mi tiempo y no puedo
entregarme de lleno al trabajo,
porque todo tiene su curso y su hora.
Señor, yo que aún estoy
lleno de vitalidad, te doy gracias
por ello y te pido que sanes
mis pulmones hoy,
mañana y siempre.
Lléname de caridad y abnegación
para contigo y haz de mí
un mejor ser humano cada día.
Amén.
¿Cómo dirigirse a Dios para que nos brinde la sanación a nuestros pulmones?
Oración efectiva para la sanidad de los pulmones ¡Señor haz que respire mejor! Cuando la enfermedad respiratoria nos azota, puede ser un momento demoledor en nuestras vidas. Porque no solo nos afectará físicamente, sino que nos aquejará espiritualmente.
Siendo una cruz sumamente pesada para llevarla sola, necesitamos ayuda celestial para aliviar este peso. Por ello, cuando nos vayamos a dirigir a Dios, que es lo que Él desea, debemos acercarnos mediante la fe y el respeto. Dios, todo misericordioso escuchará tus plegarias si oras postrándote a él desde lo más íntimo de tu ser.