Oraciones cristianas para romper cadenas, ataduras y maldiciones generacionales
Una cadena o maldición generacional consiste en los pecados o las consecuencias de los pecados que se heredan de los padres. Y pueden ir de generación en generación. Por ello es posible que podamos estar practicando una atadura espiritual o sufriendo los pecados como herencia de los padres. Conoce algunas Oraciones Cristianas para romper cadenas, ataduras y maldiciones generacionales.
Estas consecuencias también pueden llegar en forma de vicios, adicciones o enfermedades en nuestras vidas. Además pueden verse expresadas en constantes problemas, enfermedades recurrentes y permanentes crisis financieras. Porque todas estas cosas son consecuencia de pecados de nuestros antepasados que vienen a manifestarse y a causarnos problemas y limitaciones en el presente.
Oraciones cristianas para romper cadenas, ataduras y problemas generacionales
Posiblemente sientas que hay factores que se repiten y se repiten en tu vida y que no consigues superar y salir de ellos. Porque hay elementos malos que afectan tu crecimiento y tu realización, para eso implora estas Oraciones Cristianas para romper cadenas, ataduras y maldiciones generacionales.
Poderoso Dios Liberador
Oh Mi Dios de amor y de libertad,
mi ser supremo y especial,
también el amo y señor
de mi vida y de mi corazón.
Bendita tu maravillosa presencia
que ha colmado mi vida
de bendiciones y también
de regalos de amor.
Porque eres el brillo de mi vida
y la luz que ilumina
en las noches de oscuridad.
También eres el amor
que brota de mi alma
para ver con dulces ojos las
difíciles situaciones
que se presentan, porque en cada
momento estas junto a mí.
Mi Adorado Dios,
estoy padeciendo en carne propia
una situación terrible.
Y cuando he buscando
entre mi pasado he podido descubrir
que se ha repetido constantemente
en mis familiares cercanos.
Porque ha pasado de generación
en generación y ahora he sido yo la
víctima de este caso.
Ya que hay presencia
maligna de una cadena
de maldiciones generacionales
que vienen arrastrando
los pecados de mis antepasados.
Bendito y poderoso Dios,
soy inocente ante los errores
cometidos por aquellos de
mi sangre que antecedieron
a mi vida.
Y no tengo idea de la magnitud
de sus pecados, ni tampoco
de los errores que en una
oportunidad cometieron.
Igualmente desconozco si se
alejaron de ti y además cayeron
en cultos perversos en nombre
de Satanás, si idolatraban
a dioses paganos o practicaron
hechicería o brujería.
Además mi fe en ti es tan grande
que se que todo aquel pecado
que se haya cometido en
carne de mis familiares
y que ahora rueda por mi sangre.
Será limpiado y además
purificado por
tu gracia poderosa
y en tu santo nombre.
Por eso así lo pido ante ti
mi Ser Supremo, con la devoción
fiel y verdadera, mi creencia
fuerte y poderosa de que
tú eres mi único y verdadero Dios.
Asimismo imploro en tu nombre
que por favor rompas
toda cadena maligna
que lleve dentro de mí,
desates toda atadura.
Y que amarre mi vida a la
desdicha y a la perversión,
también que canceles toda
maldición generacional
que corra por mis venas.
Mi Dios Todopoderoso,
pido que destruyas toda
maldad que venga desde
mis padres, mis abuelos,
mis bisabuelos y mucho más allá.
Todo aquello maligno que en
nombre del demonio
pueda venir dentro de mi a través
de generación en generación.
Mientras tanto renuncio
en nombre de Dios
y de Jesús de Nazaret.
A toda palabra, acto, suceso,
acción, maleficio,
sacrilegio, maldición, falsa religión
o adoración, espíritu y demonio.
Finalmente renuncio
a toda autoridad
que haya salido de la
boca de mis padres.
De mis hermanos, de mis
tíos, también de mis abuelos
y de cualquier familiar que pueda
ser causante de mi derrota
y además mi destrucción.
Y así nada podrá tocarme
ni empañarme más, pues en el
nombre de Mi Señor Dios
limpio y purifico mis antepasados
y quedo salvo de ellos.
Amén.
Liberación de maldiciones generacionales
Los pecados que cometemos pueden ser pagados por nuestros hijos y nietos hasta la tercera generación. Nosotros mismos podemos estar viviendo una maldición generacional por el pecado de nuestros antepasados. Por eso la verdadera fe y la oración son los más efectivos medios para librarnos de estas cadenas y ataduras generacionales que limitan nuestras vidas.
Pide a Dios con fe y confianza, entrega en sus manos la purificación de tus antepasados. Sin importar la grandeza de sus pecados, la poderosa Sangre de Cristo es muy buena purificadora de ellos. Igualmente implora a ella y hazte libre de maleficios generacionales.