5 oraciones y dedicatorias hermosas para las lápidas de difuntos
La pérdida de un ser querido es uno de los acontecimientos más duros que nosotros los humanos podemos pasar, pues con la muerte comienza un proceso de despedida que suele durar de 1 a 2 años en promedio. En este sentido, los creyentes solemos elevar plegarias al cielo por el alma del difunto, y también acostumbramos realizar oraciones y dedicatorias hermosas en las lápidas del ser querido.
¿Qué poner en la placa dedicatoria de un difunto?
El mensaje que se puede poner en la lápida de un difunto es variado; puesto que algunos familiares suelen poner mensajes dedicados directamente al fallecido, mientras que otras familias prefieren inspirarse en pasajes de la Biblia para dar un mensaje.
Sé que están tristes, porque
hoy los he dejado, pero les digo que,
solo muere quien es olvidado,
así que nunca moriré, pues viviré siempre
en los corazones de quienes me aman.
Y recuerden que Jesús el Salvador nos enseñó que,
bienaventurados los de corazón honesto y limpio,
ya que solo nosotros veremos a Dios el Creador.
Por ello les digo,
vivan como el Salvador nos ha enseñado,
pues el reino del Padre nos espera,
y aunque yo me he adelante,
espero verlos ahí.
Amén.
Oh, mi amor, hoy has partido al descanso
eterno al lado del Señor,
y por ello mi alma y corazón esta desecho,
pues sé que no te veré por un largo tiempo.
Pero Tú debes estar tranquilo,
ya que peleaste y batallaste hasta tu último aliento,
ahora solo te queda descansar en los brazos del Padre.
Vete tranquilo,
que aunque te extrañe,
tengo la firme convicción que
algún día nos reencontraremos,
en el Reino del Señor.
Adiós, amor mío,
aquí me quedo con tus hijos,
cuidándoles y amándoles,
como lo harías tú.
Y al Altísimo solo le pido que,
te acompañé en tu camino hasta llegar a Él,
y si tus faltas lo han ofendido,
ruego que te perdone.
Amén.
Hermanos míos, regocíjense
pues hoy he partido al Reino de mi Padre.
Hijos de mi corazón, familia adorada,
no estén triste porque me he ido,
ya que me encuentro en un lugar
lleno de luz y `paz.
Ahora mi alma está tranquila,
y puedo descansar lejos de los tormentos
del mundo terrenal. Y aunque sé que me extrañaran,
recuerden la promesa de nuestro Señor Jesucristo.
Pues solo Él es la resurrección y la vida,
y quien crea en Él, aunque este muerto volverá a vivir.
Y yo como siervo fiel,
creo ciegamente en el Salvador.
Por ello les digo,
no estén triste, ya que esto no es una despedida,
si no un hasta luego.
En este momento, solo puedo decirle que
vivan como Jesús nos enseñó,
pues así podremos disfrutar del regalo de la vida eterna.
Amén.
La vida es corta y efímera,
pero la Gloria de Dios es eterna,
y quien crea en Él vivirá por siempre.
Hoy mi corazón le embarga la inmensa pena,
pues Tú has partido al descanso eterno,
donde no hay dolor ni sufrimiento.
Y quiero que sepas
que aunque hayas partido,
tus recuerdos me acompañarán
hasta el día en que el Padre Supremo
me llame al reencuentro.
Mientras tanto, le pido al Señor
que me dé resignación, pues es difícil
imaginar mi vida sin ti, pero sé que con él
podre sobrellevar mi dolor.
Te pido Dios que ilumines a mi
difunto en el valle de las sombras,
pues solo Tú eres luz en las penumbras.
Dale el descanso que tanto necesita,
y si te ha ofendido,
perdónalo, mi Dios,
Amén.
Hoy les digo Adiós a mis hijos,
que me hicieron sentir el amor verdadero,
a mis amigos, por hacerme sentir muy querido,
a mis Padres, por enseñarme cuál es el amor desinteresado,
y a mi pareja por mostrarme que puedo
amar hasta volverme uno.
Solo les puedo decir que el Señor me ama,
y por ello me ha llamado a su Reino,
no lloren ni caigan en desesperación,
pues el día del Juicio nos reencontraremos.
Amén.
¿Qué más puedo hacer por mi difunto?
Los fieles solemos emplear diversos rituales que sirven para pedir por el alma del fallecido, un ejemplo es cuando se ejecuta el Novenario por los difuntos.