Señales que manifiestan la eternidad de las personas que oran a Dios

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La gracia del espíritu o la eternidad de las personas que oran a Dios se manifiestan a través de señales, pero ¿Cuáles son estas señales? A lo largo de este articulo te mostraremos los primeros indicios de una persona está obteniendo la gracia del Espíritu.

Todos los santos que han existido a lo largo de la historia de la humanidad manifiestan características en común. Para empezar todos y cada uno de ellos sienten un profundo repudio por el maligno y sus consecuencias; es decir, el pecado, el diablo, sus demonios y tentaciones.

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Además, ellos reconocen la debilidad de la carne, es decir, la concupiscencia que adquirimos desde el pecado original de Adán y Eva. Por este motivo, oran incesantemente para no perder la gracia del espíritu, su eternidad. La oración debe convertirse para todos los hijos de Dios en el arma más poderosa en contra del enemigo y sus asechanzas.

Índice()
  1. Señales que manifiestan santidad de las personas que oran
    1. Importancia de la oración a Dios que manifiestan eternidad
    2. Beneficios de la oración
  2. El secreto de la eternidad es la oración constante y perseverante

Señales que manifiestan santidad de las personas que oran

Como se dijo al inicio de este artículo una de las señales principales de la santidad de las personas que oran incesantemente a Dios es un profundo repudio hacia el pecado. Quien se mantiene en oración constante sabe lo que implica pecar; el pecado es una ofensa grave al amor, que es Dios mismo. Es por ello que sienten tal aversión por cualquier pecado por mínimo que sea.

Sin embargo, para poder alcanzar tal nivel de conciencia es necesario un nivel de sincronía con las gracias, frutos, carismas y dones del Espíritu Santo. Todos los que hemos sido bautizado hemos recibido al espíritu santo y luego en la confirmación recibimos de Este sus dones y frutos.

oye a tu padre que te engendro

Importancia de la oración a Dios que manifiestan eternidad

La oración nos permite recuperar ese nivel de sincronía con Dios y devolvernos cada uno de las gracias del Espíritu Santo y sus frutos.

Sin embargo, antes es necesario obtener el perdón de nuestros pecados, y perdonarnos nosotros mismos, a través del sacramento de la confesión o reconciliación. Así, todo aquel que desee alcanzar la santidad podrá hacerlo gracias a este sacramento.

La mejor arma de todo cristiano es, sin duda alguna, la oración. Esta le permite, no solo volver la mirada a Dios, sino también mantenerse en gracia y perfecta comunión con Cristo Jesús y con el resto de la Iglesia. La oración es como una armadura que nos protege contra los ataques del enemigo, además, nos une en comunión con Dios mismo y nuestros hermanos.

Las señales que manifiestan la eternidad de las personas que oran a Dios no son más que las gracias, dones, carismas y frutos del Espíritu Santo; la santidad nos convierte en un reflejo del amor mismo, es decir, de Dios. Pero, ¿Cuáles son precisamente estas gracias, carismas, dones o frutos del Espíritu Santo?

Beneficios de la oración

En realidad, no existe un límite para todas las gracias, carismas, dones y frutos que podemos recibir del Espíritu Santo, pues este, que es Dios mismo; no conoce límite alguno. Dios, en toda su magnificencia, no puede ser encerrado en la pequeñez del pensamiento humano.

Sin embargo, se puede nombrar alguna de estas como: sabiduría, inteligencia, consejo, fortaleza, ciencia, piedad y temor de Dios; los que se conocen como Dones del espíritu. Por otro lado, se conocen 12 frutos del Espíritu Santo: caridad, gozo espiritual, alegría, paz, paciencia, benignidad, bondad, longanimidad, mansedumbre, fe, modestia, continencia y castidad.

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El secreto de la eternidad es la oración constante y perseverante

La oración es el camino más adecuado para mantener nuestra alma conectada a Dios y al resto de nuestros hermanos en Cristo. Aunque, es importante recordar que la oración sin amor se convierte en vanidad; algo vacío que carece de la presencia de Dios.

La oración debe manifestarse como consecuencia del profundo amor que sentimos hacia Dios y hacia nuestros hermanos, pues de nada serviría que utilizásemos la oración como un simple medio para obtener la salvación, si internamente sintiésemos desprecio y repudio por nuestro prójimo.

Vive el amor primero en tu alma y en tu corazón, luego confía en el amor de Dios y pídele que te conceda la gracia de mantenerte unido a Él y a su amor.

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