'Ketoret' Fuerte oración judía del incienso ¡Muy hermosa!

El Ketoret es uno de los rituales más hermosos y sagrados que aún se mantiene vigente entre el Judío. Este consiste en la bendición del incienso, para ofrecer en el santuario santo a Jehová Creador. Esta tradición se efectúa desde los tiempos remotos. Cuando Yahvé, instruyo a Moisés acerca de las ofrendas que debían hacer, en el tabernáculo Sagrado.
Hermosa oración judía para la ofrenda del incienso
Al ofrendar incienso en el lugar santo. Los Hebreos, lo que buscan es complacer al Señor, con regalos agradables a Él. Este ritual se originó, en el desierto, cuando los Israelitas iban camino a Canaan. Entonces, Dios instruyo a Moisés sobre las ofrendas que se debían hacer en el Tabernáculo.
Poderoso Dios de Israel, en este momento sagrado,
vengo a ti, para ofrecer un olor fragante. Con la
esperanza de sea agradable a ti.
Con esta pequeña ofrenda del Ketoret,
quiero mostrarte mi agradecimiento por
todas las bondades que Tú, me has
concedido hasta este momento.
Gracias, por las bendiciones que me
otorgas tanto a mí como a cada uno de
mis seres queridos. Porque comprendemos
que, aún, subsistimos por tu inmenso
amor y misericordia.
Quiero en este momento pedirte perdón, por
todas las ofensas cometidas ante ti.
Perdóname si te he fallado y si no he
cumplido con tus mandamientos.
Disculpa, también, cada una de las faltas
de mi familia y concédele a ellos la
sabiduría y el discernimiento de reconocer
que te han fallado. Que necesitan de tu perdón.
Padre de la Gloria, deseo entregarte a ti,
mi vida entera, quiero servirte en todo
momento, que mi humanidad
se sujete a tu voluntad.
No permitas, que en mi terquedad, de
querer hacer, lo que mi mente y mi
corazón me digan, me aleje de tu presencia.
Llegando así a desobedecer tus mandatos.
Tú, mejor que nadie, conoces los deseos
más profundos de mi corazón. Por eso
vengo ante ti, y te pido que no permitas
que me aleje de tu presencia.
Si en algún momento mis pies toman otro
camino, sé Tú sujetando mi mano y
regresándome al sendero correcto.
No permitas que mi corazón y mente
se corrompan con la maldad del mundo.
Ten misericordia de este pueblo que se ha
desviado de tus caminos y han seguido
sus propios deseos. Dándole así cabida
en sus corazones a la mentira y la maldad.
Que ellos, puedan comprender que no
existe nada en este mundo más valioso
que Tú, pues solo Tú, eres nuestro
único y verdadero Dios.
Porque desde el principio de los tiempos
Tú, has estado con cada uno de nosotros.
Aun cuando este pueblo no tenía
esperanza, Tú, nos liberaste de
la vida de esclavitud.
Escuchaste el clamor de tu gente
que tanto te necesitaba y nos enviaste
a Moisés. Quien contaba con tu protección,
para que él nos llevara a la tierra prometida.
Y desde entonces Tú, nos acompañas
en todo momento. Por eso vengo y me
postro en tu presencia, puesto que
reconozco que sin ti no somos nada.
Gracias, porque aun siendo personas
infieles y pecadoras, Tú, nos has mirado
con un profundo amor y nos has
llamado tu pueblo escogido.
Te agradecemos por el hecho de que
podemos vivir tranquilos y confiados en
que Tú. Eres nuestro escudo y a nada
temeremos, ya que Tú, lucharas
las batallas por nosotros.
Quien como Tú, para defendernos de
todos aquellos que pueden acecharnos
y desean nuestro mal. Pues solo en ti,
podremos encontrar un lugar seguro.
Gracias, porque sé que Tú, has escuchado
mi oración y ahora puedo reposar tranquilo
puesto que sé. Que Tú, cuidaras de mí
y de toda mi familia.
Amén.
Quién es la persona encargada de ofrecer el Incienso
El Ketoret o Perfume de Jerusalén, en los tiempos antiguos lo ofrecía nada más el Sumo Sacerdote. El primero de la historia fue Aarón, hermano de Moisés. Quien lo escogió Dios de forma directa. Esta tradición se mantiene aún en la actualidad, ya que muchos lo usan para limpiar una casa de brujerías o malas energías.