Hermosa oración católica para la “Comunión espiritual”
En primer lugar, como fiel creyente del Señor Jesucristo, debemos preocuparnos por ejercer una excelente intimidad con él. Por lo tanto esta hermosa oración católica para la “Comunión espiritual” se profundiza en pedirle la ayuda a Dios necesaria para aumentar la fe y así nuestra comunión con él.
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Asimismo, la comunión con Dios, siempre será de beneficio para el fiel creyente. Ya que, entenderá que su bienestar tanto físico como espiritual depende de la gracia del Señor en su vida. Porque debido a la intimidad con el Padre, el Espíritu Santo redarguye sus pensamientos, instruyendo así su diario caminar; por consiguiente el favor de Dios reposará en su ser.
Hermosa Oración Católica para la "Comunión Espiritual"
Ciertamente la adoración e intimidad con Dios, es algo importante para la vida del creyente; por lo tanto, esta hermosa oración católica para la comunión espiritual, es un instrumento valioso que nos llevará a incrementar nuestra intimidad con él.
En primer lugar,
quiero exaltar tu Santo nombre,
que es sobre todo nombre.
Porque te has vestido
de santidad y misericordia;
quiero enaltecer
tu suprema soberanía.
Santo padre,
damos honor a ti,
de día y de noche.
Como resultado, de querer
conocer más de ti,
te ruego que me enseñes
a tener una comunión espiritual
contigo, agradable y perfecta.
Es más, aumenta mi fe
de manera ascendente
para agradarte en todo momento.
Porque quiero comprender
y reconocer tu voluntad
en mi vida.
Por ello, te ruego
que traigas sabiduría
para expresarme
de manera correcta
en la comunión espiritual contigo.
Además hoy reconozco,
que es tu amor
el que me inspira
hacer mejor.
Por ello te ruego,
que me ayudes a servirle
de todo corazón
a los Santos consagrados.
Como resultado,
conseguiré agradarte
Santo Padre.
Asimismo, le rendiré honor
a cada uno de tus siervos.
Otro podría ser mi destino
sin tu protección,
pero te has determinado
en enviar a tus ángeles
al cuidado de tu hijo.
Por ello daré gloria y honor
a tu santo nombre,
por medio de mi caminar.
Probablemente amado Dios,
me he desviado quitando
la mirada de tu santidad;
pero tu amor incorruptible
me ha salvado.
Por ello te adoro,
rindo todo mi ser
ante tu majestuosa presencia.
Porque es en tu presencia,
donde encuentro
esa inexplicable paz
que llena mi interior.
Por lo tanto, viviré confiado
en que tu Espíritu Santo
transforma mi ser, y me instruye
llevándome por caminos correctos.
Asimismo te ruego,
que te muevas en mi vida
de una manera sobrenatural.
Ciertamente mi esencia
se eleva en adoración a ti;
y todo mi ser
se conmueve ante tu presencia.
Es más, lléname de ti
Espíritu Santo de Dios,
y fluye con poder
en todo mi existir.
Porque en tu presencia
encuentro eterno gozo.
Además quiero vivir
agradando tu hermosa presencia,
porque eres merecedor
de toda alabanza.
Asimismo Dios te ruego,
que mi comunión espiritual contigo
sea de extrema integridad;
para hallar favor
delante de tus ojos.
Porque sé que oyes
el clamor del justo,
y no desamparas
al necesitado.
Por esa razón,
eres mi pronto auxilio
en tormentas.
Por lo tanto te pido,
que aumentes mi amor
a seguir tus senderos.
Quitando así toda duda,
y limpiando mi corazón
de la maldad.
Debido a que en la obediencia
está la bendición,
enséñame a ser obediente
a tu palabra.
Asimismo seguir tus estatutos
y confiar en lo perfecta
y justa que es tu voluntad.
Finalmente Padre amado
aumenta mi sabiduría,
para afinar mi intimidad
con tu santa presencia.
Te lo pido en el nombre
de Jesucristo mi Señor.
Amén.
La comunión espiritual con el Señor
Ciertamente nuestra intimidad con el Señor tiene que ser algo único y especial. Por ello, en esta hermosa oración católica para la “Comunión espiritual” declaramos que la soberanía de Dios está en nosotros, de modo que la sabiduría del Padre dirige nuestra vida.
Asimismo, nuestra comunión se renovará cada día, si permitimos que la voluntad de Dios transforme la nuestra. Por consiguiente, nuestro caminar será distinto, y la presencia del Señor en nuestra vida se notará al tomar una decisión; pues es en la intimidad, donde se forja el carácter de Dios en nuestros pensamientos y corazón.