Oración católica más poderosa, milagrosa y efectiva del mundo
Una oración católica hermosa, pero sobre cualquier cosa poderosa, muy milagrosa y extremadamente efectiva. Ni se te ocurra dudar de ella, más bien compártela con las personas que conozcas o sepas que necesiten que se obren milagros en su vida. Después de conocerla, tienes la responsabilidad de dar testimonio sobre ella, compartiendo este enlace; por ejemplo, en tus grupos familiares.
Debes tener presente que, muchas veces el poder viene de nuestra capacidad de comunicación con Dios y de la manera en la cual nos dirigimos a Él. Entonces, es conveniente que analices de qué manera estás llevando esa unión con nuestro Padre, porque no es solo pedir, se trata de una verdadera comunión espiritual o enérgica.
Oración de la iglesia católica, poderosa, milagrosa y con efectividad para lo que quieras pedir.
Esta es la oración católica más poderosa, milagrosa, pero sobre cualquier otra cosa efectiva del mundo; así que, lo que tengas que implorar por causa urgente, es bueno que emplees esta plegaria en las mañanas, antes de levantarte de tu cama.
“Padre amado, esta oración,
la elevo muy especialmente,
para ser merecedor de tu luz.
Te imploro me mantengas en el camino,
de tu palabra, de tu luz,
con esperanza.
Te ruego porque me,
conserves salvo de toda,
maldad y enfermedad,
aleja de mi la negatividad.
Igualmente,
es mi suplica por fortaleza,
por la fuerza y el coraje que requiero.
Para seguir adelante,
porque a veces no puedo.
En oportunidades,
las situaciones adversas.
Sinceramente me afligen y me derrotan,
me hacen sentir mal,
sin escapatoria.
Por eso elevo esta plegaria poderosa.
Ya que necesito de ti, Dios mío,
sostenme en tus manos,
y no me dejes solo,
me perdería, ayúdame por favor.
Requiero salir adelante,
pero me siento cargado,
con un peso que,
me aprisiona casi sin respirar,
socórreme y libérame de esto que siento.
Porque sin ti yo no puedo.
Del mismo modo, te pido perdón,
porque en mi desesperación,
he renegado.
Te lo imploro de rodillas,
desde mi corazón,
y mi alma arrepentida profundamente.
En consecuencia, me siento amarrado,
como encadenado,
por eso te pido auxilio.
De esta manera, sostenme siempre.
Guardo mi Fe en tus palabras,
en tus enseñanzas,
y tus mandamientos.
Conservo la convicción,
de tu pronto auxilio.
Aun en mis momentos de desasosiego.
Busco tus palabras, tus señales,
las formas en las que te haces presente.
Cual luz que ilumina mi oscuridad.
Imploro al Espíritu Santo que descienda,
sobre mí, sobre mi ser, que me guie,
y que me direccione en todo momento.
De la misma manera,
pido por este mundo,
que tanto necesita del amparo celestial.
Porque sobre el desciendan,
los Ángeles y acaben con la,
maldad que yace acá.
También, por la sanidad de los enfermos,
por quienes te llaman,
y claman a su lado Padre.
Perdona por favor,
a los que te ignoran.
Finalmente, ruego especialmente,
de forma poderosa.
Por todos los feligreses,
de la religión católica,
que todo lo que pidan de corazón,
les sea otorgado en el nombre de Dios.
Agradeciéndote, por hacerme salvo,
por hacerme reflexionar,
sobre tus bendiciones.
Por lo que me has dado en esta vida mía.
Toda la Gloria sea tuya Padre.
También, porque la sangre poderosa,
de Jesús nos cubra siempre, en todo momento.
Para que nos libere de la maldad.
Que seamos libres, en el nombre del Padre,
del Hijo y del Espíritu Santo, que nos amparen,
y guarden siempre.
Amén.”
¿Qué significa orar?
Esta oración católica, es poderosa, milagrosa, efectiva, ya que vas a conocer la trascendencia de ella. Tienes que saber que, quien busca a Dios es o será Bendecido por su misericordia. De manera que hacer una plegaria, es entrar en comunicación con Él. Incluso, pidiendo la intercesión de alguno de nuestros Santos Patronos, la Virgen María, de Jesús, los Ángeles o incluso implorando la luz del Espíritu Santo en nuestras vidas.
Por ello, hacer una rogatoria es conversar con el Creador, no solo en queja constante, sino agradeciendo las bondades para con nosotros como sus hijos. Porque nos sostiene no solo en malos momentos sino en cada una de las ocasiones que, nos otorga su amparo y fortaleza, en los dones con los que nacimos, eso es la oración.