Oración de la noche del 11 de Febrero
Solo la gracia de Dios da paz, búscale y la conseguirás. Haz clic en el siguiente enlace y encontrarás la fórmula para conectarte con el Padre y ofrecerle tus horas de sueño, deja que Dios tome el control de tu descanso.
Dios, te pido que guardes mi descanso
Dios es la fuente de toda verdad, Él nos dio la vida y luego de nuestra muerte nos llamará al juicio. Va delante de nosotros en cada batalla y nos hace ganar ¿Quién mejor para proteger y velar nuestro descanso?
Mi Dios bendito y eterno, te agradezco por el día
que me diste hoy para vivir y para serte útil, por
todas las situaciones edificantes que transcurrieron
hora tras hora, y que permitieron afianzar mi fe en
tus grandes promesas.
Te agradezco, Mi Señor, por tenerme ese cuidado
especial que me das cada día, desde el momento que me
despiertas por las mañanas invitándome a vivir y seguir
hasta que me traes a mi lecho para descansar.
A esta hora, cuando este buen día da sutilmente su
paso a la noche, me presento ante ti en ferviente
oración, inclina tu oído y escucha mis palabras.
Padre amado, dispón tu voz para responder a
mis suplicas en esta oración.
En esta noche, quiero entregarte mi descanso,
para que seas Tú, Mi Dios amado, quien se encargue
de cuidarme y guardarme. Deseo, Señor bendito, que
estés presente en cada sueño para poder adorarte por
todas las maravillas que colocaste en la tierra, para
mi bien y disfrute.
Sé Tú, Padre Santo, disipando con tu luz las tinieblas
y librándome del terror que de noche merodea, porque
cuando duermo, no puedo defenderme de nada, pero
confío a ciegas y sin réplicas en tu protección.
Porque clamo a tu nombre y Tú vienes a mí,
me cargas en tus brazos, me llevas con tus alas
hasta un sitio de descanso sublime, de frescor sin igual
y en delicados prados me haces descansar con tu amor.
Mantente siempre a mi lado, Mi Dios, no me abandones,
cobíjame con tu manto de paz, permíteme recostarme en ti,
consuela mi alma y aquieta mis pensamientos, doblégalos
a ti, señoréate en mis sueños como lo haces en el cielo.
Reconozco, Mi Dios, que Tú eres perfecto en el universo,
que eres inmaculado, en ti no existe mancha de pecado,
clamo a tu bondad, tu amor infinito, a tu benevolencia
y te pido que perdones, Señor, todos mis errores cometidos.
Por ello, me arrepiento, Dios excelso, por mi debilidad y
por toda falta, ofensa o pecado que haya proferido contra
mi prójimo, pero, sobre todo, prepara mi alma y ser,
para pedir perdón a quien ofendí por obra u omisión.
Siembra en mí la semilla de la oración de fe, para
que cada noche o momento del día te busque,
expulsa de mí todo espíritu de pereza y de olvido,
que nada se interponga entre Tú, Padre y mi palabra.
Necesito estar siempre cerca de ti, Mi Señor amado,
porque soy una pequeña criatura indefensa, si Tú no
estás, yo solo soy presa fácil de las garras del enemigo,
si no me mantengo bajo tu sombra de amor.
En estas horas de descanso, Mi Dios amado,
renueva mis energías, te entrego las cargas que
me aquejan, saca de ellas la basura, lo que no
es necesario para mi vida y deséchalo, yo confío en ti.
Que en esta noche que me consagro a ti, Mi Señor,
solo tu voluntad pueda cumplirse en mi vida, postra
en cada esquina de mi habitación ángeles protectores
vigías eternos y guardianes guerreros que luchen por mí.
Esta noche y como es mi costumbre, me acostaré confiado
en tu palabra, Señor, y en la promesa de despertarme en
el nuevo día, porque solo Tú conoces mi destino, porque si Tú,
Mi Dios, estás conmigo esta noche, nadie estará en contra de mí
para hacerme daño.
Amén.
Durmiendo bajo la sombra del omnipotente
Solo en Dios podemos dar respuesta a todas nuestras preguntas, y saciar toda nuestra sed, en Él nada nos faltará, más bien todo será de sobreabundancia, confía que tu sueño estará bendecido por el Padre, para que descanses serenamente y tengas un bello despertar.