Oración de la noche del viernes 13 de Agosto

Oracion de la noche del 13 de agosto

Ahora es más fácil conectarte con Dios, solo entra al siguiente enlace y toma unos minutos de tu tiempo para entregar tus horas de sueño a quien no duerme, para cuidar de ti.

Índice()
  1. Señor, te entrego mis horas de sueño
  2. Durmiendo tranquilo y confiado

Señor, te entrego mis horas de sueño

Encontrarse cara a cara con Dios antes de dormir, es la definición más simple de un sueño tranquilo, pues luego de rendirnos ante su presencia, conciliaremos el sueño reparador que tanto buscamos.

Gracias, mi Dios, por este día que ya termina,

sin dudas tu presencia se hizo sentir en mí,

hoy pude ver cómo te moviste a mi favor;

no existen palabras para definir lo que

siento, ni tampoco hay forma de

demostrar mi agradecimiento.

 

Ahora cuando me dispongo a descansar,

quiero entregarte mis horas de sueño,

para que seas Tú, Señor, quien vele por

mí, para que me hagas descansar confiado

y me protejas de todo lo malo.

 

Hoy fue un día de crecimiento y edificación,

pero también de luchas y pruebas. Padre,

te pido que mientras duerma, toda preocupación

que pudiera impedir este descanso,

te la lleves lejos de mí.

 

Ahuyenta, Señor, todo aquello que pudiera

interferir y borrar la tranquilidad que me

rodea ahora, quiero dormir tranquilamente y

soñar apaciblemente.

 

Dios mío, Tú que me cuidas, guárdame,

sé que el enemigo intentará perturbarme,

pero también sé que sus planes no progresarán

gracias a la llenura que da tu presencia.

 

Ahora, cuando dispongo estas horas al descanso,

sé Tú, adueñándote de ellas, mi Dios hermoso,

ahora pues, coloca en mi mente pensamientos y

planes acordes a tu voluntad para mi vida.

 

Así, el día de mañana cuando despierte yo,

mi mente esté no solo descansada, Señor,

sino llena de ideas poderosas, para en tu nombre

seguir creciendo como lo he venido haciendo.

 

Cúbreme en esta noche oscura, Dios,

y sé Tú, la claridad que necesita mi vida

y la lumbrera que me da calor siempre.

 

A esta hora cuando busco de ti, Señor,

quiero encontrarte y descubrirte mi ser,

porque solo así, alcanzaré el

descanso que anhelo.

 

Es propicio el momento de entregarte mis miedos,

para que los saques de mi mente mientras duermo,

reconozco que el temor deja de ser sano cuando ata,

y yo no quiero vivir presa de este sentimiento.

Señor te doy total control sobre mi vida

También te entrego mis ansiedades, buen Dios,

esas que me roban cada tanto la tranquilidad

y me llevan a actuar muchas veces sin pensar.

 

En este momento de intimidad contigo, Señor,

te doy total control sobre cada aspecto de mi vida,

cambia aquello que no viene de ti y moldéame,

quiero ser barro en tus perfectas manos.

 

Es mi deseo despertar siento una persona nueva,

alguien con un propósito en este mundo

y con deseos de alcanzar la meta en ti.

 

Tengo fe en que por tu Santo Espíritu,

todo aquello que en esta oración te pido,

me será concedido conforme a tu riqueza, Dios, 

 

Padre, permite que esta noche haya un cambio

y una restauración en mi interior. Amado Padre,

quiero ser reflejo de tu infinito amor.

 

Dame un corazón fuerte y decidido, Señor,

un corazón como el que le diste a Cristo,

dispuesto al servicio para con otros

y al sacrificio que sea necesario por ti.

 

Que con mi ejemplo otros te vean, Señor,

y busquen un poco más de tu presencia,

así sentiré que cumplo mi misión en la tierra.

 

Confío en tus cuidados como siempre, Señor,

y sé que esta noche, tus ángeles cuidarán de mí,

mientras yo sueño una vez más contigo.

 

Regálame un despertar lleno de tu gozo,

bendice desde ya las horas del alba, Señor,

para que pueda despertar con mi alma renovada,

buscando las alturas como lo hace el águila.

 

Dame tu bendición, Padre de la gloria,

que mi noche sea de descanso y renovación

para mi espíritu, mi mente, alma y cuerpo.

 

Protege mi hogar y a cada uno de

los miembros de mi familia.

 

Amén.

Durmiendo tranquilo y confiado

La paz que siente el corazón luego de una poderosa oración, es una sensación que no se compara con otras, pues es la presencia misma de Dios de quien proviene, así que dispón tu cuerpo a dormir y tu corazón a reposar en el hueco de la mano del padre.

Subir