Oración de la noche del 25 de Febrero

oracion de la noche del 25 de febrero

El día ha terminado y ha llegado el momento de conectarnos con Dios, entra a esta notificación y presenta a Dios tu corazón. En la vida tendrás que enfrentar muchas tormentas, adversidades, conflictos o situaciones que podemos comparar con una fuerte tormenta.

Índice()
  1. Dios puede calmar las tormentas de tu vida
  2. Dios va contigo a pesar de las tormentas

Dios puede calmar las tormentas de tu vida

Dios no se asusta con las tempestades, más bien las usa para su gloria, hoy pide a Dios que disipe toda tormenta que te agobia y que traiga esa paz y tranquilidad a tu vida.

Señor de toda la eternidad, justo y bueno,

Tú eres amor, eres vida y eres la verdad absoluta.

 

Fuera de ti, no hay nada, nada existe sin ti,

porque Tú eres el creador de todo lo que

existe y existirá, te adoro por tu infinito

poder y por el amor que me das a diario.

 

Esta noche te bendigo, Padre amado, porque

veo como en todo momento me has protegido,

además, has prometido que nunca dejarás

de hacerlo.

 

Yo confío plenamente en que tu mano

está sobre mi vida, para guardarme y

darme cada día de ese amor que me

has prometido, sin reservas, solo porque

me amas con el amor más puro y sincero.

 

Esta noche vengo a ti una vez más, amado Padre,

para abrir mi corazón ante ti y exponer

todo lo que hay en él.

 

Señor, así como Tú calmaste aquella tormenta

que azotaba la barca mientras los apóstoles

intentaban no hundirse, llenos de temor

y angustiados por no saber qué hacer en

ese momento, preocupados por la situación.

 

Pero Tú, con tu gran poder y sabiduría, como

ese Dios amoroso y creador de todo, dormías

plácidamente, confiado en que nada malo

podía sucederte, te levantaste y ordenaste

a los vientos que se calmaran.

 

Y la naturaleza que no puede desobedecerte

trajo bonanza al mar y la barca estuvo quieta.

 

De ese mismo modo, quiero, Padre amado, que

calmes las tormentas que azotan mi vida, hoy

me identifico con ese temor de los apóstoles

a ver sus vidas en peligro.

Padre quiero pedirte que me llenes de valentia

Esta noche siento como los fuertes vientos

de la vida, golpean mi rostro, como el frío

sopla sobre mi piel y me hace sentir el mismo

temor, por reconocer que hay tormentas,

situaciones, problemas que atacan mi ser

y pareciera que no podré salir de ellos.

 

Acudo a ti, que eres la fuente de mi seguridad

y mi confianza, para que Tú me rescates de caer

y morir ahogado entre los conflictos y afanes

del día a día.

 

Muchas veces siento un temor que me paraliza,

pero ahora quiero pedirte, Señor, que Tú me llenes

de valentía, para enfrentar cada tormenta que

venga a mi vida con el valor y la gallardía con la

que Tú nos muestras en tu santa palabra.

 

Te ruego, Señor, que traigas a mi vida esa calma

que solo Tú puedes dar, esa paz que está por

encima de cualquier tormenta y que solo tus

hijos podemos disfrutar, porque así lo has

prometido para cada uno de nosotros.

 

Te pido, Señor amado, que saques el miedo de mi

corazón, ese miedo que me paraliza, ese que me

hace dudar y creer por momentos que Tú no

llegarás a rescatarme, hoy renuncio a todo

pensamiento que me haga dudar de tu

salvación para mi vida.

 

Amado Padre, mientras yo tenga vida,

sé que deberé enfrentar muchas situaciones

adversas, que habrá caminos peligrosos y

que mi vida tendrá que enfrentar temores

desafiantes para mí.

 

Pero yo hoy te pido, Señor mío, que tu paz venga

una vez más a mi vida, que tu bonanza haga que

todos los tormentos de mi mente se disipen.

 

Porque toda la creación te obedece a ti,

por eso te ruego, Señor, que seas Tú el

capitán de mi barco, que Tú en todo

momento dirijas mi vida.

 

Gracias por esta noche darme la seguridad de

que ninguna tormenta que venga, podrá

hacerme daño, porque Tú tienes el control

de todo y me defiendes siempre.

 

Amén.

Dios va contigo a pesar de las tormentas

Es importante recordar, que a pesar de que en la vida tengamos que enfrentar diferentes tormentas, grandes y pequeñas, Dios estará siempre con nosotros. Solo confiemos en su salvación.

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