Oración de la noche del 8 de Marzo
En este momento, antes de ir a descansar accede a esta notificación y reserva un tiempo para orar a Dios y dejar en sus manos este día que está por terminar. Él quiere bendecirte en esta noche, acércate a su presencia para recibir su bendición.
Dios desea bendecir todo lo que has hecho hoy
La mejor manera de terminar tu día es viniendo a la presencia de Dios y dejando en sus manos todo lo que has hecho en el día, pedir perdón por los errores cometidos y reflexionar en aquellas lecciones que te han dejado las experiencias vividas hoy.
Bendito Dios amado de mi corazón,
en esta noche que me regalas para
presentarme ante tu presencia, yo
quiero abrir mi corazón ante ti.
Agradezco por este día que me permitiste
vivir, porque pude ver tu mano poderosa
moviéndose a mi favor, guardándome y
defendiéndome de todo peligro que me
perseguía hoy.
Te agradezco porque pude llegar al final del día
integro, pues tu poderosa mano estuvo allí conmigo,
en todo momento para protegerme del peligro, del
mal y de todo ataque que el enemigo levantó en mi
contra.
En esta hora de la noche yo me presento ante ti,
para dejar en tus manos todo lo que pasó en mi
vida este día.
Cada experiencia, cada vivencia, incluso aquellas
cosas que no salieron como yo las tenía planeadas
las dejo delante de ti para que Tú las bendigas.
Tú tienes un propósito perfecto con todo lo que pasa
en mi vida, aunque muchas veces no entiendo el por
qué de muchas cosas que pasan, sé que detrás de cada
cosa, estás Tú haciendo cumplir tu propósito en mí.
Me has hecho saber que Tú trabajas de manera misteriosa
a favor de los que te amamos, es por eso que en este momento
te pido, que tu paz perfecta llene mi corazón.
Que sin importar el panorama que me rodea,
esa paz inunde mi vida y gobierne mi mente,
no permitas que ningún pensamiento trágico
me haga perder la paz.
Enséñame a confiar más en ti, a ser más como Tú
cada día de mi vida, quiero que tu carácter sea
cultivándose en mi ser cada día.
Hasta llegar a la medida de tu hijo amado Jesucristo,
quien fue y es perfecto entre los hombres, el único que
no ha pecado a pesar de ser duramente tentado por el
enemigo, el cordero perfecto y sin mancha.
Quiero en esta noche que esa paz que irradiaba tu
hijo cuando anduvo entre los hombres en la tierra,
sea la misma que dirija mi vida a partir de este momento.
No permitas, Señor, que las circunstancias de la vida
me hagan perder la paz y la fe en ti, usa cada tropiezo
como una valiosa lección de vida que me enseñe a
corregir mi rumbo y seguir adelante, esta vez con
mayor experiencia y más fe en ti.
Hoy bajo la luz de las estrellas, en este íntimo
momento entre Tú y yo, mi Señor, quiero abrir
mi corazón a ti y pedirte que saques de él todo
aquello que no me permite disfrutar de la paz
que Tú ya me has regalado.
Pero que, por alguna razón, el enemigo siempre
intenta robármela para que yo no pueda disfrutar
plenamente de esa hermosa paz, que hace que mi
corazón viva tranquilo y confiado en tu perfecto amor.
Yo en este momento derramo mi corazón ante ti,
te pido que vengas a mi vida y me llenes con esa
preciosa paz que nunca podrá ser reemplazada
por ninguna otra experiencia que esta vida me
pueda ofrecer.
Siempre voy a preferir la paz que Tú le das a tus hijos
que cualquier otra cosa que este mundo pueda ofrecerme.
Hoy dejo mi vida en tus manos, te pido que me
cuides durante mis horas de sueño, cuando soy
indefenso y no puedo hacer nada para que el mal
no pueda tocarme, confío en que Tú me vas a proteger.
Amén.
Nada puede igualar la paz que Dios da
El mundo puede ofrecerte muchas experiencias agradables, pero ninguna jamás se puede igualar a la paz que Dios puede darte, si siempre le eres fiel y obediente.