Fuerte oración pidiendo sanación al Espíritu Santo ¡Purifícame!
Dios envió al Espíritu Santo, para que este se convirtiera en el consolador, como lo dice el evangelio de Juan, Capítulo 14, versículo 26. Entonces esta es la forma que Dios escogió. Para habitar entre aquellos que lo buscan, en tal sentido, orar al Espíritu Santo en la mañana o en cualquier hora está bien.
Oración al Espíritu Santo por la sanidad
Una vez que Jesús ascendió al cielo, se envió el Espíritu Santo, con el fin de que nos guíe por el camino correcto y sea de recordatorio, a lo que Jesús vino hacer aquí en la tierra. Es por eso que en constantes ocasiones, cuando elevamos un clamor al Padre, se puede sentir su presencia en medio de nosotros.
En este momento me presento ante ti,
a alabar y glorificar tu nombre. Yo te agradezco,
pues es por tu inmenso amor que tenemos
la dicha de disfrutar de un nuevo día.
Me postro ante tus pies a darte gracias,
por tus maravillas y tu amor. Agradecido
por tu misericordia y fidelidad, puesto que
eso es lo que nos mantiene en pie,
y nos ayuda a seguir adelante.
Perdona, Padre Celestial, las ofensas hacia ti,
perdón por los malos pensamientos,
malas acciones, el desinterés a las
necesidades del prójimo y a tu obra.
Ayúdanos, Señor, a ser personas fieles a ti,
así como Tú permaneces fiel con la gente,
aunque no merecemos tanto amor.
Que podamos servirte todo el tiempo,
ya que es muy común recurrir a ti,
cuando te necesitamos.
Que tengamos una plena comunicación contigo,
y que el vínculo que nos une, sea de verdaderos amigos.
Permíteme hablarte de forma constante,
y ser digno de tu sacrificio en el madero de la cruz.
En esta hora, quiero pedirte de una manera muy especial,
que seas Tú, derramando la unción de tu Espíritu Santo.
Sobre mí y mi familia, que limpies
nuestras vidas, y los corazones.
Purifica mi cuerpo, mi alma y mi ser, con el objetivo de que
yo pueda estar delante de tu presencia, sin nada
de que avergonzarme. Y con la certeza de que tu amor,
limpia mis pecados.
Quita de mí, aquello que corrompa mi corazón,
lava mis manchas y que yo renazca,
como una nueva criatura en Cristo Jesús.
Que sea renovado y ser mejor persona.
Yo acepto que necesito de ti y de la unción
de tu Espíritu Santo, con el fin de no desviarme
del camino correcto. Que me tomes de la mano,
y así yo cumpla con el propósito que tienes para mí.
Espíritu Santo, que renueves mi vida entera,
mi fe y confianza en ti. Que yo sea fiel a ti,
que mis ojos, mi boca y mis oídos, no hagan otra cosa,
si no alabar y glorificar tu nombre.
Y si mi vista apunta a la dirección equivocada,
por favor, sé Tú, orientándome de nuevo.
Que yo pueda huir de eso, que corrompe
mi esencia y mi mente.
Que mis palabras sean de gloria a ti,
que mis orejas escuchen solo tu voz.
Y que en mi corazón se alberguen
sentimientos de amor hacia ti y mi semejante.
Espíritu Santo, aleja de mí los pensamientos egoístas,
narcisista. Yo echo fuera lo que pueda corromper
mi corazón y me separa de tu presencia.
Ya que mi único deseo es servirte nada más a ti.
Yo quiero ser digno de ti, de tanto amor y de esa
rebosante misericordia. Que tu Espíritu Santo nos cubra
y nos dé tus bendiciones. Así ser testimonio de ti y
una luz en medio de tantas tinieblas.
Que podamos llevar tus enseñanzas a donde
quiera que vayamos. Que el comportamiento
sea el ejemplo, más claro, del amor por ti.
Infinitas gracias te doy en el sagrado
nombre de tu hijo Jesucristo.
Amén.
Puede el Espíritu Santo guiarnos hacia al Padre
La respuesta es sí, incluso es posible asumir que su función acá en la tierra es guiarnos hacia el Altísimo, por el camino correcto. Por eso es importante que busquemos de Dios a través de nuestro consolador. Además, también es válido orar al Espíritu Santo por la salud y la sanación, entre otras cosas.