Oración efectiva para recibir la comunión espiritual ¡Bendíceme!
La Eucaristía es el sacramento que contiene el cuerpo, la sangre, el alma y la divinidad de Nuestro Señor Jesucristo. Y la Santa Misa ofrece a Cristo vivo y resucitado en la representación del pan y del vino, a este acto se le llama comunión sacramental. La Oración efectiva para recibir la comunión espiritual ¡Bendíceme! Contiene las mismas intenciones, ya que es una oración con la que manifestamos el ferviente deseo de recibir a Jesucristo sin estar presentes en la comunión sacramental. Es decir, no recibiendo la hostia consagrada.
La comunión espiritual es una práctica de devoción eucarística que puede realizarse en cualquier lugar y circunstancia. Solo se necesita disposición interna, aquella que sale del corazón en un acto de fe.
Recibir la comunión espiritualmente en mi corazón por medio de una oración efectiva
Recibimos a Jesucristo en la comunión para recibir su alimento para nuestras almas. Con ello también se recibe las fuerzas para vivir como hijos de Dios y para que nos conceda la vida eterna. Además este sacramento promete transformar nuestros sentimientos, pensamientos y actos para permanecer cerca Dios.
Santísimo Sacramento,
glorioso hijo de Dios
Oh Jesucristo vivo y resucitado.
Con humildad vengo a pedirte
perdón por mis pecados
y te muestro mi arrepentimiento
en silencio y con recogimiento
desde lo más profundo de mi corazón.
Porque creo fielmente en el
perdón de los pecados,
en tu resurrección y también la vida eterna.
Además apártame de
cualquier pensamiento,
deseo o acción contraria
a la ley de Dios.
Por favor ven a mi Señor y
muéstrame tus milagros,
bendito seas por tu
sacrificio en la cruz.
También permíteme recordar que
entregaste tu cuerpo y tu sangre
por la salvación de todos los hombres
y así, a través de la comunión
espiritual yo puedo alimentarme de ti.
Por favor que sea en mí
el pan y el vino Señor.
Porque tu estas donde yo estoy,
y sé que no me abandonas y
que te tengo a mi lado.
En este momento y en este
lugar, como humilde creyente,
también aquieta mi alma para sumergirme en
los momentos de tu pasión y muerte,
para recordar con gozo tu resurrección.
Asimismo creo en ti, amado Jesús,
te pido bendigas cada día de mi
vida con tu santo sacrificio.
Así como disciplinaste
a tus doce discípulos,
disciplíname Señor, por favor mantenme
cerca de ti y ayúdame a cumplir.
Con los sacramentos que has instituido
para nosotros los hombres
en el templo del Señor.
Poderosa comunión espiritual acércame
a los mandatos de Dios,
porque quiero participar de la obra del Señor
mantenerme limpio (a) de alma y corazón.
Yo siento deseos de su gloria
e imploro la gracia de Jesús.
Igualmente elévame espiritualmente
para recibir de su cuerpo
y de su sangre vida eterna.
La última cena es el más
importante episodio evangélico
en el cual diste muestra de humildad,
servicio y perdón.
Yo necesito aprender a vivir
bajo esos principios,
sé que esos son los
planes de Dios.
Por ello dame a través de la comunión
la fortaleza y la bendición
de participar en los planes
del Señor Todopoderoso
y aceptar su voluntad.
Finalmente que tu cuerpo sea mi cuerpo
y que tu sangre sea mi sangre,
y así no habrá mal que me perturbe.
Ni miedo que me ataque,
estaré saciado (a) de ti y no habrá
fatiga ni hambre en mi vida.
Porque bendito es el Padre,
bendita es tu Madre
y bendito es el Espíritu Santo.
Bendito sea mi acto
espiritual de comunión
y bendita sea mi vida,
siempre a tu lado Señor.
Con fe y devoción.
Amén.
Jesús es alimento espiritual
El hijo de Dios anuncio el reino de su Padre a los hombres, invitándolos a convertirse, hizo la predicación de la salvación. También instauró los primeros mandamientos de la iglesia y se sacrificó por todos los pecados del mundo. La oración efectiva para recibir la comunión espiritual ¡Bendíceme! nos acerca a Dios y su mandato.
Si por alguna razón justificada no podemos asistir a la Eucaristía de la Santa Misa. Esta oración nos conecta con el Santísimo Sacramento y nos concede la bendición que necesitamos para llevar una vida repleta de amor al Padre y al Hijo. Como fieles católicos debemos vivir a plenitud la vida cristiana.