Oración a San Pedro “Cúbreme con tu manto para liberar magia”
San Pedro fue uno de los apóstoles más fieles de Jesucristo, por lo que se ganó un lugar muy especial dentro de la Iglesia Católica. No solo en su formación sino a través del tiempo y de los siglos venideros. Su labor de la mano de Jesucristo tuvo un fuerte impacto que le hizo convertirse en el primer Papa de la Iglesia Católica. Pidamos en Oración a San Pedro “Cúbreme con tu manto para liberar magia”.
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Desatar ataduras y librarnos de la magia del enemigo es algo que solo Dios puede conseguir. A través de sus santos podemos solicitar la intercesión para que los malos espíritus y las malas intenciones de la gente se mantengan lejos de nuestra vida. Gracias a la voluntad divina sé nuestro Señor Todopoderoso.
San Pedro se llamaba Simón
Cuando Jesucristo empezaba a escoger a sus discípulos, Andrés, amigo de Simón le dijo: “Ven que Jesús quiere conocerte”. Entonces Jesús al ver a Simón le dijo: “de ahora en adelante te llamarás Pedro”. Desde ese momento Jesús tomó posesión de su nuevo discípulo, quien al destacarse entre todos se ganó la familiaridad y la confianza de Jesús.
Pedro era pescador y después de larga noche de trabajo sin lograr pescar nada, Jesús hizo su primer milagro ante él. Jesús subió a la barca y le indicó echar las redes. Pedro obedeció y fue tanta la pesca que las redes se rompieron conmoviendo así a todos los pescadores. Encomendamos esta Oración a San Pedro “Cúbreme con tu manto para liberar magia” y cubrirme del enemigo.
Glorioso San Pedro
Príncipe de los Apóstoles
y de la Iglesia católica,
noble y humilde pescador, podre y honrado hombre.
Hoy glorifico tu presencia
y te entrego en estas plegarias
mi sincera devoción
en el nombre de Dios Todopoderoso.
Tu obediencia ante Cristo
y más fiel amistad hacia él,
te hizo especial
entre sus Discípulos.
También ganaste la confianza
y la misericordia divina
de nuestro Padre Celestial
por el ejemplo que diste ante Jesucristo, su hijo.
Porque fuiste fiel vigilante
como pastor del rebaño que te fue encomendado,
fuiste llamado por el Salvador “Pescador de Hombres”
y recibiste el título de piedra fundamental de la Iglesia.
Hoy glorifico tu nombre
y de rodillas ante ti,
suplico escuches
mi petición.
Escucha mi llamado e intercede ante Dios
por mis necesidades, recurro a tu humilde bondad,
para que protejas mi vida y mi humanidad
de todo aquel peligro que pueda perturbarme.
Aléjalos de mi andar y cancela toda maldad.
Tienes el custodio de las llaves
de las puertas del cielo
y así como resguardas la entrada a ese Reino,
te pido que resguardes mi vida.
Además no permitas
que entre la magia, el pecado, la tentación, el odio
y los malos sentimientos
que puedan entorpecer el camino hacia la vida eterna.
Líbrame San Pedro Bendito
de todo mal que me acecha,
bendice mi sendero, mi casa, mi familia,
mis caminos, mi mente y mi corazón.
Que las perversiones del enemigo
no logren llegar hasta mí,
porque tu manto protector
será barrera impenetrable ante todo ataque.
Protégeme de males, enfermedades,
aleja todo hechizo o encantamiento,
magia, falsedad, egoísmo, rencor;
destroza barreras, cadenas, prisiones
y despeja mi camino para transitar en paz
en obediencia hacia mi Adorado Dios.
¡Oh mi Pedro Querido!
Atiende a mi solicitud,
préstame tu especial favor de contarle a Dios
de mis deseos de ser libre en alabanza a sus enseñanzas.
Finalmente vela y cuida
de todos nosotros como hijos de Dios.
Te lo suplico en nombre
de nuestro Señor Jesucristo.
Amén
Oración a San Pedro “Cúbreme con tu manto para liberar magia”
Jesús promovía a que sus discípulos hicieran oración constantemente para acrecentar la fe y ser fuertes en momentos de pruebas y batallas. Pero en el huerto de Getsemaní, tres de sus discípulos se durmieron, descuidando su fe y dejándose vencer por el sueño. Por ello la oración es la mejor arma para luchar en contra de las tentaciones y los peligros del pecado.
San Pedro, a pesar de haber negado a Jesucristo tres veces. Fue perdonado cuando el Salvador quiso y se apareció luego de resucitar a decirle que lo perdonaba. Maravillosa enseñanza sobre el arrepentimiento y el perdón. Hermano, no te alejes de la oración, confía en Dios y en la misericordia de San pedro.