Oración de adoración, agradecimiento y alabanza a Dios en la Biblia
Dios nos ha bendecido muchas veces, ya sea con un buen trabajo, buenas calificaciones; nos ha protegido de peligros como enfermedades, accidentes y a veces lo hace sin nosotros siquiera habernos dado cuenta; es por ello que debemos realizar una oración de adoración, agradecimiento y alabanza a Dios.
La palabra de Dios nos muestra a muchos hombres y mujeres que agradecen al Altísimo de incontables maneras. En el antiguo testamento se usaban sacrificios de animales como corderos, machos cabríos, entre otros. Después del nacimiento, muerte y resurrección de Jesús, podemos diversificar esa muestra de adoración a nuestro Padre Celestial.
Oración de adoración, alabanza y agradecimiento a Dios
A Dios sea la gloria y la honra, por los siglos de los siglos. Hoy vamos a dedicar este tiempo para adorarle y exaltar su hermoso nombre.
Amado Padre Celestial,
Creador de los cielos y la
tierra; reconozco que eres Soberano,
Rey y Señor de
mi vida y de este mundo.
Eres Omniotente y Vencedor,
con tu mano poderosa sanas
y salvas al abatido.
Por lo tanto, en este momento mi Dios
no puedo hacer mas que
adorar y exaltar tu santo nombre.
Anhelo que esta
ofrenda de oración ascienda
hasta tu trono con olor
fragante toque tu corazón;
recibe adoración, Dios.
Además, padre bueno, eres el Alfa y
la Omega, principio y fin;
eres quien se fortalece en
mi debilidad y quien me
saca de las garras del devorador.
De tal manera, glorifícate,oh
Dios, en mi vida, mi corazón
está lleno de tu presencia.
Porque eres roca mía, más que vivir
prefiero que me ames tú; te
adoraré con mis labios y
alzaré mis manos en señal de
alabanza a ti mi Señor.
Por consiguiente, lleno está mi todo
mi ser de regocijo por tu victoria
en mi vida; porque estás aquí.
También bendito Padre Celestial,
Santo de Israel; eres acción
de amor y no puedo hacer
más que entregar un
corazón humillado delante de ti.
Gracias te doy mi
Señor por todas las bendiciones
que has derramado
sobre mí.
Cordero de Dios y Rey Soberano;
siempre te adoraré y
proclamaré las maravillas
de tu amor.
Ya que eres grande
Dios, mereces toda adoración
y alabanza; siempre
hablará mi boca de tu poder
y majestad por siempre.
En primer lugar eres Santo Padre,
eres un Dios justo;
Tu palabra enseña
que no eres hombre para mentir
ni para arrepentirse
de todas las promesas que
has puesto sobre tus hijos;
es por ello y más que mi
ser alaba y exalta tu nombre.
Por lo tanto, Bendito seas Jesús,
eres santo y bondadoso; tardas en
enojarte y eres grande
en amor y misericordia.
Porque tú te compadeces de
tu creación y eres bueno con ella;
me levantas cuando estoy
abatido y desorientado.
Gracias te doy, oh Padre,
por amarnos tanto; tu
palabra dice que fue tal ese amor.
Que entregaste a tu
único hijo a morir para perdón
de mis pecados e
iniquidades, a pesar de
ser inmerecedor de ello.
Levanto en este momento
acción de gracias por tu
incansable amor y misericordia.
Porque a pesar de mis
infidelidades para contigo,
me has perdonado y guiado
al redil nuevamente;
mi corazón se alegra por tu
gracia.
Gracias Dios mío por
haberme provisto de alimento;
Cuando más lo necesito
se manifiesta tu bondad para
conmigo;
Gracias por la
comida que has puesto sobre
mi mesa; también vivo
confiado porque tú estas aquí.
Te agradezco mi Señor
por haber cuidado mi vida
cuando estoy en la calle;
Por protegerme de los malos
y de todo tropiezo que esté
delante y a veces no puedo
ver; gracias porque por
tu misericordia sigo con vida.
Santo Espíritu, no puedo
comprender la grandeza de tu
amor hacia mí.
Te agradezco porque
puedo ver la luz
de un nuevo día, y con ella,
la inmensidad de tu
misericordia; gracias por
adoptarme como tu hijo.
Finalmente deseo, mi Dios,
que esta oración haya
tocado y movido tu corazón;
Puedas ver cuan
agradecido estoy por tu bondad
y cuan anhelante está
mi corazón de poder
adorarte frente a frente.
Amén.
Dios es bueno y merece que le amemos
Dios, además de ser nuestro Creador, también es nuestro Padre; la principal razón de esta oración de adoración agradecimiento y alabanza a Dios, no es más que reconocer lo bueno y misericordioso que Él ha sido con nosotros. A pesar de no merecerlo, Dios siempre quiere lo mejor para sus hijos.
Siempre tenemos que darle gracias a nuestro Padre por sus bendiciones, por su protección y sobre todo, por su amor. Aunque a veces sintamos que Él no nos escucha o no quiere cumplir nuestras peticiones, confiemos en su voluntad; Él sabe lo que es mejor para nosotros.