Oración poderosa al Espíritu Santo para hijos rebeldes ¡Haz que cambien!

Hoy te presentaremos la oración poderosa al Espíritu Santo para los hijos rebeldes. Con todo, pediremos para que haga que cambien porque, como padres, sabemos todos los sinsabores que esa conducta puede traer a sus vidas.
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En realidad, es indescriptible el gozo resultante de convertirnos en padres. Ver a ese pequeño ser, prolongación de nuestra vida y saber que lo amaremos hasta el fin de nuestros días.
Por otro lado, cuando notamos que en el proceso de desarrollo se torna cada vez más rebeldes, nos invade la preocupación por las consecuencias que puedan sobrevenir como producto de esa conducta.
No obstante, aunque la rebeldía es común en la etapa de la adolescencia, los padres deben estar atentos al círculo de amistades de los hijos, ya que en esta fase los grupos tienen un alto nivel de ascendencia sobre los jóvenes.
Oración poderosa al Espíritu Santo para hijos rebeldes
No obstante, al detectar en nuestros hijos variaciones de su conducta, es importante solicitar ayuda del altísimo para que el Espíritu Santo nos llene de paciencia, entendimiento, sabiduría para abordar la situación de la manera adecuada.
Dios todopoderoso,
creador del universo y
todo lo que hay en él.
¡Alabado sea tu nombre por
los siglos de los siglos!
Te agradecemos
todas las bendiciones recibidas.
Has sido generoso y,
además, nos has otorgado la vida
nos provees y cubres nuestras necesidades.
Gracias por todas las cosas
que nos suministras diariamente.
Con todo, solicitamos a tu Santo Espíritu
nos escuche y acuda a auxiliarnos
en el tratamiento que debemos darle
a la rebeldía de los hijos.
Además, otórganos tus dones para que
entendamos y actuemos correctamente.
Llena nuestra mente y corazones
de bondad e inteligencia,
de tal manera que la comunicación
con los hijos sea en paz.
Entonces, sientan la confianza y el amor
para expresar sus conflictos.
Al mismo tiempo, permite que
nos entendamos mutuamente,
Santo Espíritu.
En efecto, que comprendan nuestro
amor y deseo de apoyarles
con la certeza que siempre
contarán con nosotros.
Abre sus ojos a la luz que tú emanas
para que vean engaños la
verdad y desechen la mentira.
Líbralos de las asechanzas malignas.
Sobre todo, tómales de la mano
para que no tropiecen en el camino,
mora en su alma y en su
mente, Espíritu divino.
No obstante, sólo así estarán a salvo
de las tentaciones.
Haz en ellos tu obra, sé su guía,
fortalece su espíritu,
para no ceder ante malas influencias
de quienes les rodean.
Y puedan enfocar su atención en el
estudio y actividades edificantes.
Dales fe, perseverancia,
paciencia, seguridad.
Asimismo, no permitas olviden los valores y
principios que han recibido de la familia.
Que siempre su conducta sea
coherente con ellos.
Permite que aprecien y aprovechen
sus años de juventud.
Que disfruten de las actividades
propias de su edad sin ceder al mal
y que vivan plenamente y con conciencia
lo que corresponde a su edad.
Haznos instrumentos tuyos, Santo Espíritu
para que al dirigirnos a ellos sea
de la forma que tú quieres.
En ti confiamos y en tu palabra
confiamos, Señor.
Reclamo tu promesa de que, si
aceptamos a Cristo como nuestro salvador,
seremos salvos nosotros y nuestros hijos.
En esa palabra esperamos porque eres
infalible, padre santo.
Que nuestro hogar sea tu morada,
Espíritu de Dios,
para que reine el amor, la paz,
la comprensión y sabiduría.
No obstante, echa fuera todo espíritu
de discordia y disensión.
Abríganos con tus brazos,
sé un escudo protector;
Que los dardos y flechas del
enemigo no lleguen a tocarnos.
Te lo pedimos postrados,
misericordioso padre Dios.
Finalmente, permite que nuestros
conflictos sean resueltos,
guárdanos en tu amor divino,
concédenos la perseverancia
Para cumplir nuestras metas y que
se cumpla tu voluntad.
¡Amén!
Recomendaciones para tratar con hijos rebeldes
En realidad, cuando tenemos que lidiar con hijos rebeldes, suele perderse la paciencia. En efecto, no alcanzamos a entender el por qué de esa conducta y podemos perder el control. ¡Cuidado! Sería muy perjudicial perder la calma.
En primer lugar, debemos hacer empatía, recordar cómo éramos a esa edad y propiciar un clima de confianza, abierto a una comunicación fluida y respetuosa en ambos sentidos para beneficio de las partes.
Sobre todo, dedícale tiempo de calidad a los hijos, planifica actividades familiares donde todos participen, establece normas de convivencia y cooperación; por ejemplo: limita el uso de redes sociales, internet, televisión (incluyéndote).
Por un lado, trátales con todo el amor pero, por otro lado, exige disciplina. Castígales si lo amerita y explica las razones. Por supuesto, nunca cometas el error de hacerlo cargado de ira, antes de educarlos los deformarías. Recuerda que son tu mayor tesoro.