Poderosa oración al Espíritu Santo para iniciar la Hora Santa ¡Con buen pie!
La Hora Santa, es una magnífica oportunidad para conseguir ese silencio interior que el Señor tanto necesita para comunicarse con nosotros. Ya que es una expresión de amor que no tiene una estructura fija. También puede leerse la biblia, recitar oraciones escritas o simplemente orar con el corazón. Podemos dar apertura a este momento de meditación con una Poderosa oración al Espíritu Santo para iniciar la Hora Santa ¡Con buen pie!
Es una hora que dedicaremos a conseguir un profundo silencio espiritual donde Dios Todopoderoso podrá encontrar un alma tranquila y calmada. Donde refugiarse y plasmar su amor.
Oración al Espíritu Santo como antesala a la Hora Santa
El Espíritu Santo tiene un pode particular, pues se puede decir que es la tercera persona que se encuentra en el estrado del cielo. El Padre, el Hijo y el Espíritu Santo decimos cuando entramos en oración.
Poderoso Espíritu Santo
Tú, poderoso Espíritu Santo
que te encuentras sentado al lado del Padre y del Hijo,
eres el más cercano espíritu de Dios Todopoderoso.
Y tu fuerza ante lo que llevas a los oídos de Dios
tiene determinación y sustento,
por eso eres el mejor intercesor
ante peticiones de tus fieles.
Porque eres milagroso en esencia pura,
pues Dios desde cerquita
te confiere poder de sanación y liberación.
Por eso confío en tu poder
desde que he recibido los sacramentos
que me han afianzado a la fe cristiana.
Hoy dedico esta Hora Santa
a mi Dios Todopoderoso,
el creador del cielo y de la tierra y el más poderoso
ser omnipotente con incomparable amor hacia el mundo.
Esta hora que voy a iniciar
será muestra de entrega y devoción,
además será profunda y sincera.
Espíritu Santo Bendito,
te concedo el honor de dar apertura
a un momento de profunda reflexión y silencio
de mis pensamientos,
para caer en el más hondo sentir de paz y serenidad
con la esperanza de recibir a Dios en mi corazón.
Dejo en manos de tus poderosos dones,
el desarrollo de esta Hora Santa,
para que cada uno de ellos se haga presente
y me conceda la divinidad de rendirme ante Dios
con humildad y confianza, en que sanará mis heridas.
Por favor permite Espíritu Santo,
que la presencia de Dios tome mi cuerpo
en reposo e invada mi alma,
para que todo mi ser sea suyo
y purifique lo impuro y libere lo atado.
También para que en esta Santa Hora que voy a dedicar,
me acompañes de la mano y me ayudes
a mantener la calma y la tranquilidad que necesito.
Asimismo no permitas que pensamientos impuros,
recuerdos dolorosos, presencias malignas,
así como magias perversas, personas indeseadas
o situaciones irregulares perturben mi concentración.
Igualmente protege mi meditación
de todo aquello malo que impida comunicarme con Dios
en profunda oración y devoción.
Mientras tanto concédeme la voluntad
de aceptar a Dios en mi vida con la certeza
de ser obediente y de honrar su nombre
sin importar nada.
Finalmente que esta Hora Santa,
traiga a mí el Espíritu de Dios,
tú mismo Espíritu Santo, juntos en un solo pensar,
en una sola comunicación para dejar fluir todo
lo malo de mi vida y atraer las bienaventuranzas
que Dios guarda para mí.
Glorioso Espíritu Santo,
doy inicio a esta Hora Santa
con tu presencia magnífica y superior,
con la mente dispuesta a caer en profunda oración
protegido por tu manto.
Por favor siéntate a mi lado y mantente atento
mientras Dios y yo nos contamos algunas cosas.
Poderoso Espíritu, en ti confío,
te amo y te entrego mi devoción.
Amén
Dialogo con el Señor a través de la Hora Santa
Una vez que se inicia la Hora Santa, después de dedicar esta Poderosa oración al Espíritu Santo para iniciar la Hora Santa ¡Con buen pie! es importante que estemos atentos a escuchar. También a sentir y expresar a nuestro Señor Dios el amor que le tenemos, la admiración que le sentimos y el respeto que le profesamos. Igualmente debemos abrir el corazón y dejar que los sentimientos fluyan.
Por medio de la Hora Santa entramos en un diálogo recíproco con Dios, donde es privilegio atender a tantas cosas maravillosas que Él desea transmitirnos. Nuestra alma necesita llenarse de Dios y esta es la mejor herramienta para conseguirlo.