Oración para niños muertos o difuntos ¡Dales descanso eterno!
Los hijos son la más grande bendición que Dios nos pudo otorgar; por lo tanto nos llena de dicha y alegrías, ilumina nuestra casa llenándola de risas y juegos. Sin embargo, ¿qué pasa cuando un hijo pequeño muere? Esa alegría se esfuma, esa dicha desaparece y solo queda ese sentimiento de pérdida y tristeza; también está la pregunta ¿qué pasará con ese pequeño? Realizar esta Oración para niños muertos o difuntos ¡Dales descanso eterno! Responderá esa pregunta de una manera inmediata.
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La muerte de un niño siempre será motivo de tristeza; debido a que es una vida que recién empieza, y no le dio tiempo de conocer y vivir más tiempo. Pero, Dios conoce el porqué de todo lo que sucede.
Oración para niños muertos o difuntos
Padre Eterno, solo tú conoces el porqué de todo lo que acontece en este mundo. Eres el que sabe lo que está y lo ha de venir; porque eres el Creador de todo, recibe infinita alabanza y adoración. Sea glorificado tu santo nombre en esta tierra, porque solo tú la mereces.
Alabado Señor,
Creador de los cielos y la tierra;
eres merecedor de suprema alabanza
porque en ti fueron hechas
y dejarán de ser todas las cosas.
Reconozco tu soberanía en mi vida,
Oh Padre Celestial;
tu palabra dice que tu voluntad
es buena, agradable y perfecta;
por lo tanto, mi fe reposa en ella.
A pesar de lo que hay en mi corazón,
solo tú conoces lo mejor
para cada uno de tus hijos.
Por consiguiente, acepto y
tomo tus designios
como si fueran los míos.
Sin embargo, Dios mío;
me es menester implorarte por algo,
ese sentimiento está en mi corazón,
y aunque ya tú lo sabes;
no obstante, quisiera manifestarlo.
Dios mío, te ruego por aquellos
niños que no han podido seguir viviendo,
debido a cualquier circunstancia,
su vida ha sido acortado
de manera pronta.
Solo tú conoces el porqué sucedió;
así que reposo en que fue lo mejor,
ya que tu voluntad fue esa.
Te ruego Señor,
que los recibas en tu reino;
porque solo contigo descansará su alma,
dales paz, alegría y mucho amor.
Mi Señor,
dales reposo a su alma;
porque pudieron haber
sufrido antes de morir,
puede que hayan agonizado
y les era insoportable el dolor.
Padre bueno,
brinda consuelo a esos
padres que perdieron
a sus hijos a corta edad,
llena su corazón con tu amor,
abrázalos porque te necesitan.
Amado Dios, te ruego por aquellos
niños que perecieron por enfermedades,
debido a malas decisiones de los padres o
porque no tenían los
recursos para sanarlos.
Llévalos en paz,
tu voluntad fue tenerlos en tu reino;
por tanto, te pido que los bendigas,
los llenes de amor que
solo tú puedes dar.
Bendito Padre,
tus designios son más
grandes que los míos;
a pesar de no entender la mayoría
de tus decisiones;
sé que haces lo mejor para cada uno.
Te ruego, Dios mío,
que en medio de este dolor
y sentimiento de pérdida,
tu misericordia sea manifiesta
en cada vida.
No apartes de la vista,
mientras el alma de esos pequeños
se aparte de su cuerpo;
además, no dejes que el
enemigo arrebate
esa alma inocente.
Finalmente, Dios querido,
te ruego por todos aquellos abortos;
porque ellos ni siquiera
tuvieron oportunidad
de nacer y vivir aunque sea un poco.
Y te ruego que tengas misericordia
de esas personas,
que de manera deliberada,
cometieron tal acto de homicidio.
Dios justo,
te doy gracias por haber tenido compasión
de mí, y me permitiste vivir hasta ahora;
recibe toda gloria y honra, mi Señor.
Confío plenamente,
en que esos pequeños
descansa en tu seno
y debido a esto moran felices en tu reino;
a ti sea la gloria y la
honra por siempre.
Amén.
La voluntad de Dios es buena
A veces los designios de Dios son un misterio para nosotros; por consiguiente, a veces no entendemos porqué pasan las cosas y nos encerramos en echarle la culpa a Dios; sin embargo, lo que no sabemos es que su voluntad es buena, agradable y perfecta. Es necesario realizar esta oración para niños muertos o difuntos ¡Dales descanso eterno! Para que así, Dios nos pueda mostrar que esas vidas están con Él.
El corazón de un niño es algo muy puro; tanto, que el mismo Jesús, mientras enseñaba a sus discípulos dijo: "De cierto os digo que si no volvéis a ser como niños, no entraréis en el reino de los cielos" Mateo 18:3.